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                     Recientemente, salió a la luz 
					pública, según el cuarto informe del Instituto Nacional de 
					Toxicología y de la Universidad Complutense de Madrid, que 
					los huesos encontrados en los restos de la hoguera de la 
					finca de Las Quemadillas (Córdoba), pertenecen a seres 
					humanos. Hoguera u horno crematorio realizado por José 
					Bretón, coincidiendo con la desaparición de sus hijos Ruth y 
					José, el día ocho de octubre del pasado año.  
					 
					Dicho informe, coincide su resultado con los otros dos 
					realizados, uno de ellos a petición de la familia materna de 
					los niños desaparecidos, llevados a cabo por Francisco 
					Etxeberria y el tercero por José María Bermúdez. 
					Contradiciendo los tres al primer informe realizado por la 
					antropóloga de Policía Científica, Josefina Lamas, el que 
					decía algo así como que los huesos encontrados “eran de 
					pequeños animales no existiendo restos humanos”. 
					 
					Por tales circunstancias tan contradictorias, el primer 
					informe policial le vino ni caído del cielo a José Bretón, 
					pero estos tres últimos le han dado un vuelco total a las 
					investigaciones. Porque si el primero era más que favorable 
					para la exculpación de José Bretón. Estos últimos demuestran 
					todo lo contrario, recayendo sobre José Bretón todas las 
					presuntas sospechas, de haber quemado cruel y vilmente en 
					esa hoguera a sus dos hijos. 
					 
					Deseo un imposible desde lo más profundo de los pilares de 
					mis sentimientos. Y es que, las investigaciones realizadas a 
					los restos óseos aparecidos en la hoguera, en los que los 
					expertos certifican que los huesos aparecidos pertenecen a 
					seres humanos, no sea así. Pero mucho me temo, que esos 
					resultados son tan reales como la crueldad y sangre fría 
					demostrada por el presunto asesino de los niños, porque esas 
					eminencias que han realizado las investigaciones, no han 
					errado en sus conclusiones. 
					 
					Por lo tanto, el pueblo español, lleva llorando desde hace 
					un año aproximadamente la desaparición y pérdida de estos 
					dos niños, Ruth y José, sin haberse aún repuesto la 
					población, de los mazazos que le produjeron años atrás los 
					crueles casos cometidos con Mari Luz, Marta del Castillo y 
					Sandra Palos. Y otros tantos casos que permanecen en la 
					memoria de la gente de bien, como fue también el triple 
					crimen cometido con las niñas de Alcásser.  
					 
					Así que, estamos reviviendo esos casos con la desaparición 
					de los inocentes ángeles, Ruth y José. Los que salvo un 
					milagro que nos lo devuelva sanos y con vida, es más que 
					probable, que se encuentren en los altares de sus glorias, 
					pero, sin embargo, su padre y presunto criminal de Las 
					Quemadillas, ha pasado ya a la historia más negra de España. 
					 
					Provocando el caso Bretón, que el ministro del Interior del 
					Partido Popular, Jorge Fernández Díaz, ofreciera una rueda 
					de prensa hace un par de semanas, anunciando los resultados 
					del segundo y tercer informe citado, así como, que el 
					comisario jefe de la investigación, tuviera que comparecer 
					en un programa de televisión, liándola parda los dos, hasta 
					el punto, que pueden rodar más cabezas a sus alrededores, 
					aparte de la de Josefina.  
					 
					Creyendo, que como muy tardío, en la próxima remodelación 
					del Gobierno estatal que llevará a cabo Rajoy. El primero 
					que debe abandonar el Ministerio del Interior, es el propio 
					señor ministro Jorge Fernández Díaz, porque de nuevo ha 
					vuelto a dar la nota en esa rueda de prensa y no 
					precisamente notablemente, sino con un cero patatero, porque 
					peor no se puede actuar como lo está haciendo él, en un 
					ministerio tan complejo e importante, para la seguridad 
					estatal y de la ciudadanía española en general. 
					 
					Y lo que debería haber hecho, es haber ordenado 
					urgentemente, la apertura de una investigación interna, para 
					esclarecer los hechos y depurar las presuntas 
					responsabilidades habidas, al haberla solicitado cierto 
					sindicato policial, como consecuencia, de que el informe de 
					la antropóloga Josefina Lamas de la Policía Científica, ha 
					provocado un enorme malestar en el seno del Cuerpo Nacional 
					de Policía, y por ende, en la población española en general, 
					porque su presunto error es de bulto e inadmisible, habiendo 
					prolongado la investigación cerca de un año, así como, el 
					dolor de la madre y del resto de familiares, amigos y 
					conocidos o no de los niños. 
					 
					Por lo tanto, es evidente, que ha quedado en entredicho la 
					profesionalidad de Josefina Lamas, hasta tal punto, que un 
					sindicato policial ha solicitado realizar nuevas pruebas a 
					los huesos aparecidos en un pozo de Canarias, cuando se 
					intentaba localizar a los niños Sara Morales y Yéremi 
					Vargas. Ya que, al parecer, la susodicha Josefina, fue 
					también, al parecer, la autora de los informes de aquellos 
					casos, indicando “que eran de animales”. 
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