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OPINIÓN - DOMINGO, 16 DE SEPTIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Los asaltos del SAT
 


Jesús Carretero
jesuscarretero@elpueblodeceuta.com

 

En pocas ocasiones van a ponerse de acuerdo el PP y el PSOE al tratar un tema de verdadero interés para toda la sociedad.

Y es que unos y otros han llegado a tal grado de indecencia que lo que para unos es favorable, para los otros es detestable. Así son estos jetas que se dedican a la política, desde los ayuntamientos, que es donde más desvergonzados hay, hasta las altas esferas, que es donde se cuece todo lo que tiene arruinada a la sociedad.

En esta ocasión, y quedándonos en Andalucía, PP y PSOE rechazaron en el Parlamento los asaltos del SAT.

Ya era hora de que, aunque fuera de boquilla, se reprobaran las acciones del bandolero y líder jornalero, Juan Manuel Sánchez Gordillo, alcalde de Marinaleda y, además, diputado del Parlamento Andaluz por IU.

El Parlamento, por fin, aprobó el pasado jueves, con los votos del PP y del PSOE, rechazar las ocupaciones y las rapiñas de este verano por parte del sindicato Andaluz de Trabajadores.

Esto está bien, no me cabe ninguna duda, pero es muy poco y el paso definitivo tendría que haberse dado, llevando al diputado Gordillo a donde nunca fue un diputado anteriormente.

A nadie, fuera de la política, se le oculta que Juan Manuel Sánchez Gordillo es un delincuente, un ladrón con todas las de la ley y los políticos, en su apreciación, se han quedado a medio camino.

La iniciativa que partió del Partido Popular quería, además, reprobar al líder de los jornaleros, pero aquí llegó el frenazo de los políticos y la Mesa de la Cámara no calificó este punto, argumentando que los diputados nunca habían merecido este tipo de condenas.

Es doloroso y además asqueroso que, una vez que entran en un problema serio, se queden en “amagar pero no tocar”, algo que se vio claramente en las intervenciones de una diputada del PP, que quería llegar hasta el final, frente a otra del PSOE, que no se acercó, ni de lejos, a valorar las fechorías del sindicalista y de IU, Sánchez Gordillo.

Y ya es lamentable que un asunto que afecta a toda la sociedad no fuera atacado frontalmente por la diputada socialista, Cinta Castillo y que, en parte de su intervención se enfrentara a la del PP, Esperanza Oña, como si se tratara de asuntos de sus correspondientes partidos, sin más.

Y cuando digo que todo se quedó en un “amagar y no dar” me refiero a que el acuerdo entre el PP y el PSOE, que naturalmente contó con el voto negativo de IU, malejos delincuentes, ni siquiera evitó que ese debate llegara a ser una auténtica bronca, enfrentando a Oña y a Castillo.

¿Para qué acuerdos, a medias, de este tipo?.¿Por qué, si están de acuerdo en el fondo de rechazar todas las rapiñas de Gordillo durante el verano que está concluyendo, a la hora de la verdad terminan casi en un tono de reyerta callejera?.

Algo lograron ya, pero fue tan poco que el nombre de Andalucía sigue en entredicho al no abordar como es debido los asaltos de ese sindicato y de su líder.

Se habló de un “silencio cómplice” por parte del presidente de la Junta y de un “bandolerismo político” del Ejecutivo, pero mientras tanto Gordillo sigue en la calle y dispuesto a seguir con sus fechorías.

El bandolerismo de Sierra Morena no parece que haya terminado aún, Sánchez Gordillo es su continuador, con complicidad de ciertos grupos políticos.
 

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