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					Luis Herlindo Mendieta Ovalle es el Mayor general de las 
					Fuerzas Armadas de Colombia, hace 38 años ingresó en la 
					Policía Nacional y es agregado de policía de la Embajada de 
					Colombia en España. Estuvo secuestrado por las FARC (Fuerzas 
					Armadas Revolucionarias de Colombia) entre el 1 de noviembre 
					de 1998 -cuando tras pasar por varios cargos, dirigía uno de 
					los comandos- y el 13 de junio de 2010, cuando fue rescatado 
					por el Ejército Nacional de Colombia, bajo el Gobierno del 
					presidente Álvaro Uribe. Ayer impartió una charla en el 
					salón de actos del Palacio Autonómico sobre ‘Paz, 
					narcotráfico y terrorismo’. Durante su conferencia recordó 
					esa experiencia y cómo sobrevivió a ella en las selvas de 
					Colombia. 
					 
					Pregunta.- ¿Tenía alguna referencia de Ceuta antes de venir 
					aquí? 
					 
					Respuesta.- Antes de llegar a Madrid no, pero estando en 
					Madrid como agregado de Policía me fui enterando, así como 
					en los estudios que realicé en la Universidad de Madrid 
					sobre una especialización de derechos humanos en Ceuta y en 
					Melilla.  
					 
					P.- ¿Qué trata en su conferencia? 
					 
					R.- Las inquietudes de muchas personas que quieran escuchar 
					hablar sobre el narcotráfico y el terrorismo. La parte 
					central es los casi doce años de secuestro que estuve en la 
					selva de Colombia en poder de las FARC en unos campos de 
					concentración. 
					 
					P.- ¿Qué secuelas quedan tras doce años de secuestro? 
					 
					R.- Son doce años totalmente perdidos donde las secuelas son 
					permanentes. Ese tiempo no se podrá recuperar ni en la 
					familia ni en la institución ni con la sociedad. Tampoco 
					intelectualmente. Nuestro doctorado fue en la selva, en 
					infrahumanas condiciones y con candados atados a los 
					árboles.  
					 
					P.- ¿Uno es capaz de superar una experiencia como esa? 
					 
					R.- La lucha siempre será en el día a día y a quienes somos 
					cristianos nos queda Dios y nuestras creencias para 
					apoyarnos y nos sirvió para poder resistir porque uno nunca 
					sabía si aquel día iba a ser el último. Cada día había que 
					luchar para resistir, aspirábamos a salir y regresar a la 
					libertad con los seres queridos. La recompensa era el abrazo 
					con los hijos y los seres queridos. Yo pude relacionarme de 
					nuevo con la familia y los compañeros y con Colombia y 
					retomar las cosas. Por ejemplo, sorprendía la tecnología, 
					encontrar internet y todos estos aparatos tecnológicos. Se 
					sorprende uno de tantas cosas y de lo que queda por 
					aprender. Durante los doce años cambiaron muchas cosas.  
					 
					P.- ¿Le consta o tiene sospechas de que en algún momento 
					ETA se entrenara en Latinoamérica o estuviese relacionado 
					con las FARC? 
					 
					R.- Por lo que he leído en la prensa en España, los casos 
					que lleva el Tribunal Nacional hay unas investigaciones 
					sobre las relaciones entre miembros de la ETA y las FARC. 
					Mientras estuve en cautiverio nos enteramos del 
					entrenamiento de otros integrantes de IRA dieron a los de 
					las FARC en los campos de concentración de Colombia. Tres de 
					ellos fueron capturados, pero después dejados en libertad y 
					luego juzgados a 17 años, aunque seguramente ahora no 
					sabremos dónde están pero están condenados por esa relación. 
					 
					P.- ¿Se puede negociar o dialogar con los terroristas? 
					 
					R.- El conflicto vasco es diferente. El policía y el soldado 
					lo que más quieren es la paz y siempre estaremos abierto a 
					ella, pero las decisiones las tomen los dirigentes 
					políticos, son los que pueden entrar en una negociación.  
					 
					P.- ¿Se llega a perdonar a quienes le tienen doce años 
					secuestrado?  
					 
					R.- En mi caso particular sí porque si no los hubiera 
					perdonado y olvidado, no podría vivir. Ahora agradezco a 
					Dios que me permita vivir y vivo con intensidad cada minuto. 
					Ahí me olvido de esa parte dolorosa de la vida.  
					 
					P.- ¿Qué debería aprender España de Colombia y viceversa 
					a la hora de afrontar el terrorismo? 
					 
					R.- Colombia de España el intenso trabajo que está 
					desarrollando la sociedad civil con el conflicto de las 
					víctimas del terrorismo para que los delitos no queden en la 
					impunidad. España de Colombia que nosotros somos pioneros en 
					la ley de víctimas, que para resarcir a víctimas de los 
					conflictos. El Gobierno nacional puede intervenir y 
					recuperar tierras para dárselo a desplazados.  
					 
					P.- ¿Cómo está la situación en estos momentos? 
					 
					R.- Los grupos terroristas quieren llegar al poder y la 
					negociación, pero ya son casos aislados de dos o tres 
					terroristas que colocan una granada, causan daño pero son 
					casos aislados, ya no hay esas inclusiones de hace diez años 
					con 500 guerrilleros y gran trascendencia.  
					 
					P.- Sobre el narcotráfico, ¿qué opina de la legalización 
					de las drogas? 
					 
					R.- El primer paso que se debe dar la sociedad mundial es 
					enseñar a los ciudadanos a no consumir drogas. La campaña 
					informativa es fundamental para que los niños no caigan en 
					el vicio. En Colombia, la Policía Nacional tiene grupos 
					especializados por los colegios. El drogadicto seguirá 
					consumiendo mientras tenga dinero, pero hay un trabajo 
					intenso por desarrollar. La legalización es difícil.  
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