PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

sociedad - DOMINGO, 30 DE SEPTIEMBRE DE 2012


La flota amarrada por el mal tiempo. rd.

REPORTAJE / PESCA
 

El pescado de Marruecos, “primero” a la lonja de Ceuta

El sector pesquero ceutí se enfrenta a la competencia desleal y también a la imposición de no poder vender sus capturas en la península, debido a la normativa comunitaria europea
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

De aquellos polvos vienen estos lodos. La situación actual del sector pesquero de Ceuta es crítica y lo cierto es que proviene de que hace muchos años, la importante flota ceutí prefería vender sus capturas en la península. Si quizá se hubiera actuado de forma coordinada y con visión de futuro, se habría podido evitar lo que ahora parece inevitable: la caída en picado. Como se prefería vender en lonjas de la península -cercanas a los caladeros donde faenaban- se conseguían pingües beneficios, además de ahorros incluso en combustible. ¿Qué ocurrió? Pues que Ceuta estaba desabastecida de pescado, con lo cual desde la Delegación del Gobierno se arbitraron medidas para que pudiera entrar pescado en Ceuta desde Marruecos mediante la aduana comercial ceutí y con las debidas garantías sanitarias. El resultado: la mayoría del pescado, la inmensa mayoría del pescado que se vende en Ceuta proviene de Marruecos. Y ahora se ven los resultados: una flota pesquera prácticamente inexistente, que no pesca más porque no puede vender las capturas, e incluso ha de devolver las piezas al mar.

Antonio Sosa de Haro es el patrón mayor de la Cofradía de Pescadores de Ceuta. Lleva al frente de la misma casi cuatro añoss. Mañana lunes saldrán los ocho barcos registrados a la mar, teniendo en cuenta que hoy domingo hay luna llena, y que el tiempo ha impedido salir a la mar. En las almadrabas, poco pescado. La luna o la marea ha cortado el negocio momentáneamente.

Están pendientes de que se les llame desde la Delegación del Gobierno para una reunión, de cara a analizar posibles vías de ayuda. Por el momento, la situación se reduce a subvenciones para el desguace y ayuda a pescadores que dejen de pescar. Prácticamente un certificado de defunción. A estas subvenciones podrían acogerse las tripulaciones de dos o tres barcos, con personas de edad avanzada, por lo que la flota pesquera ceutí podría quedar reducida a sólo ocho o nueve barcos. Concretamente, se espera que mañana salgan a faenar un barco de cerco, un barco de arrastre, cuatro palangreros y dos de artes menores (trasmallo y volaera).

Los principales problemas que afectan actualmente al sector, según Antonio Sosa, son dos: “la competencia desleal del pescado procedente de Marrucos y la imposibilidad de que podemos vender nuestro pescado en la península, debido a que existe una prohibición por parte de la Unión Europea”. Por supuesto, queda descartado que se venda pescado de Ceuta en Marruecos.

En los mercados de la ciudad, casi todo lo que se vende procede de Marruecos, excluyendo voraces, caballas, jureles y las capturas procedentes de almadraba, como la melva o el bonito. Por supuesto, no se pesca marisco, ya que éste se encuentra fundamentalmente en aguas marroquíes y entra fresco y vivo, día a día, por la frontera de El Tarajal.

“Los pescadores queremos que el pescado que entre por Marruecos pase por primera subasta en la lonja, como está previsto por ley de septiembre de 2009”, explica Antonio Sosa, que además recuerda que en este sentido “no se hace nada”. Al menos, confiesa resignado, “ya que nos perjudica, al menos que reporte algún beneficio”, indica no sin falta de razón.

Los pesqueros ceutíes faenan en caladeros del Mediterráneo, fundamentlamente: en la bahía sur, en la norte, en las inmediaciones de Algeciras, Tarifa, Barbate e incluso en Estepona.

“En las aguas cercanas a Gibraltar pescamos, pero cuando no se puede, pues no vamos, qué vamos a hacer. A ver si se arregla de una vez el asunto. No obstante, teniendo caladeros aquí, no nos vamos a meter allí para crear4 problemas. La primera vez que se produjeron, incluso, nos echaron la culpa a nosotros”, indica Sosa. Es notorio que el Gobierno gibraltareño que preside el ministro principal Fabian Picardo está poniendo las cosas muy difíciles al sector pesquero español que siempre ha faenado en la zona, con reinvidicaciones de aguas territoriales imposibles. Los desencuentros entre las lanchas de la Royal Gibraltar Police, las de Aduanas, las de la Guardia Civil y los propios pesqueros han sido últimamente una constante, que ha llevado a conversaciones para tratar de solucionar un problema ficticio en todo caso. De ello pueden dar buena fe los pescadores de Algeciras y de La Línea de la Concepción, los que se encuentran en la zona más cercana y que son los que se enfrentan casi de continuo al hostigamiento de las autoridades de la colonia británica, que defiende a capa y espada unas aguas que no están reconocidas en el Tratado de Utrecht de 1.713.

El noventa por ciento del personal de tripulación de los pesqueros de Ceuta procede de Marruecos, aunque los propietarios de los barcos que aún quedan en la ciudad tratan de contratar personal español, ya que cada vez son más los problemas a los que se enfrentan para contar con mano de obra a extranjera. De hecho, en la Casa del Mar se están haciendo cursos de formación y capacitación de marineros y pescadores para que poco a poco vayan sumándose a las tripulaciones, en detrimento de los marroquíes. Por el momento, en cuanto a las soluciones por parte gubernamental, los pescadores de Ceuta están a la espera de ser citados por la Delegación del Gobierno y también confían en mantener conversaciones con la Autoridad Portuaria de Ceuta.

Normalmente, la jornada de trabajo es partida. Se levantan a las 04.45 horas para embarcar, en el caso de Antonio Sosa, los palangres, piedras, los equipos eléctricos -sonar, sondas, radar- ya que todos los días han de evacuar de los barcos todo el material sensible, puesto que se están produciendo numerosos robos, y por ello han de tener mucho cuidado. Así, se solicita por parte de la Cofradía de Pescadores que la Autoridad Portuaria de Ceuta acreciente la vigilancia porque les roban las artes, los plomos... Los ladrones los venden incluso como chatarra. Salen normalmente al alba, en los momentos en los que aún el sol no está visible. Trabajan del orden de dos horas por la mañana y después unas seis horas por la tarde, según la marea.

“Lo gracioso -dice Antonio Sosa con tristeza- es que hay pescado, pero los barcos tiene que dejar que se vayan después de haberlos capturado”. La razón: muy sencilla. Sólo venden entre veinticinco o treinta cajas diarias. Lo demás han de soltarlo al mar porque saben que no se va a vender.

Las primeras veinte cajas se suelen vender en lonja en torno a los diez euros, aunque el precio cae en picado poco tiempo después.

“Muchas veces llamamos a Cruz Blanca para que se lleven el pescado que nos sobra. Sería una pena que capturaramos hasta 200 cajas para depués tener que tirar el pescado”, afirma Antonio Sosa de Haro.

Por si fuera poco, barcos de Marruecos se acercan a faenar en aguas cercanas a Ceuta y capturan todo lo que pueden, puesto que saben que van a poder venderlo.

Paradójicamente, mucho de ese pescado se vende en la ciudad.Los gastos que soportan los armadores ceutíes son numerosos. Una traíña, por ejemplo paga del orden de 800 a 1.000 euros mensuales sólo en Seguridad Social. Además, los gastos en cuanto al combustible que necesitan los barcos oscilan entre los 2.000 y 3.000 euros, también al mes. Por otra parte, han de hacer frente al dinero que supone lo referente al mantenimiento de los barcos, y la reposición de materiales -hay que insistir- que siguen siendo robados impunemente. Y evidentemente, los sueldos de los tripulantes de los barcos pesqueros de la exigua flota ceutí.

Otra cuestión es que ahora están obligados a pagar por los almacenes en donde tienen sus pertenencias, y que se encuentran en la zona de los terrenos ganados al mar cercanos al helipuerto. Allí se encuentra la zona de atraque y de varadero de los buques, así como la propia sede de la Cofradía de Pescadores de Ceuta y también de la lonja.

En total, la tripulación mínima de una traíña se sitúa entre 6 y 7 personas, mientras que los palangreros están tripulados por dos o tres profesionales, al igual que suele ocurrir con los barcos de artes menores. Los de arrastre cuentan con una tripulación de 4 o 5 hombres. Entiéndase, ciertamente, que cada persona representa el ingreso de una familia, por lo que el asunto afecta a un número importante de personas.

La sensación que produce visitar la zona pesquera de Ceuta es casi desoladora. Un vacío. Dos o tres hombres ocupándose de las redes, el patrón mayor andando y esperando que llegue el lunes para salir a faenar, la lonja cerrada a cal y canto a media mañana, la Cofradía de Pescadores cerrada también, de no ser por la presencia del patrón mayor Antonio Sosa de Haro...

En definitiva, una situación que parece difícilmente sostenible, pero que se mantiene gracias al esfuerzo diario de aquellos que siguen confiando en las cada vez más exiguas posibilidades de un sector que antaño fuera más que importante, que daba vida a Ceuta, pero que se está yendo al garete por un cúmulo de circunstancias que parecen ser insalvables y que están abocando al desguace de los pocos barcos que quedan y al pase de los pocos marineros que aún quedan trabajando en Ceuta hacia una jubilación o una petición de prestaciones.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto