PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales

 

 

sociedad - MARTES, 2 DE OCTUBRE DE 2012


Juan y Susana. cedida.

santo angel
 

Una medalla con mucho amor

Juan Ferrer, el policía nacional que recibió tres puñaladas en la madrugada del 15 de septiembre en las cabañas Miguel de Luque, agradece el apoyo que ha recibido tanto de sus compañeros como de otros cuerpos
 

CEUTA
Paula Zumeta

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Soy catalán, pero con sangre caballa. Con estas palabras comienza su historia el policía nacional Juan Ferrer, que resultó herido por tres puñaladas de un individuo en la madrugada del pasado día 15 de septiembre. Todo ocurrió cuando, sobre las 6 de la mañana, Juan recibió la llamada de su “comadre”, que había escuchado “ruidos” en el ambigú habilitado en el complejo rural de las cabañas Miguel de Luque, donde él y su esposa Susana, tienen su residencia. El policía se levantó corriendo de la cama, se puso unos vaqueros y unas zapatillas. “Cuando vi las puertas abiertas, antes de entrar grité ¡alto Policía! varias veces; entré y no había nadie”. El ordenador se encontraba en el suelo y la caja registradora también estaba abierto. “Estaba todo muy revuelto”, recuerda Juan a este diario.

En ese mismo instante el agente dio el aviso a la sala del 091 de la Policía Nacional para solicitar que una patrulla subiera al lugar. Cuando llegaba a la puerta de entrada de las cabañas, que sólo puede abrirse con un mando a distancia, apareció un individuo de la nada, ya que la oscuridad le guarecía. Entonces le dio una puñalada en el cuello. “Le pregunté, ¿qué has hecho?, ¡me has apuñalado! y le di un manotazo”, cuenta Juan de forma expresiva. “Intentó volver a pincharme otra vez con el cuchillo; en esa ocasión conseguí parar con la mano la puñalada”. Esta segunda le provocó la rotura de una costilla y la mano quedó destrozada. “Se llevó todo, tendones, venas...”, se lamenta. El cuchillo, de grandes dimensiones, era “muy ancho” y al intentar esquivarlo de nuevo, “me clavó el arma, con suerte, por las dos costillas”. En estos momentos fue cuando Juan comenzó a “chillar” y corrió hacia la casa de la dueña de las Cabañas, que estaba con su madre y su hija. “Tenía miedo de que se metiera en la casa y cerramos la puerta de repente”. Al sujeto, de casi dos metros y muy corpulento, además de experto en artes marciales y en la modalidad más extrema de boxeo, explica Juan. “Iba a matar, le daba igual a quién pillara”. La mujer de Juan demostró su valentía “taponando la herida del cuello hasta que llegó la ambulancia; tuvieron que ponerme dos bolsas de sangre”, comenta. “Se portó como una heroína”.

Instantes después llegó la primera patrulla del CNP y, al ver lo sucedido, solicitaron refuerzos. La Guardia Civil y la Policía Local también estuvieron participando en el operativo y Juan destaca lo “bien atendido que estuvo por todos”. “Tengo que agradecerle a todos lo que hicieron”. “Incluso vinieron compañeros de paisano, que estaban libres, para apoyar el operativo”.

“En cuanto esté más recuperado, invitaré a todos a una barbacoa”, dice con una sonrisa en la boca. El individuo fue detenido unas dos horas y media después, ya que se había escondido en un hoyo frente a las cabañas. Dos agentes fueron los que consiguieron inmovilizarle. El agente no quiere dejar de agradecer la atención recibida en el Hospital Universitario, y también ahora en las curas, en la Clínica Galea. “Todos se han portado muy bien, he recibido muchísimas visitas y de personal de los comercios del centro”. Tanto el jefe superior de Policía, Pedro Luis Mélida, como el delegado del Gobierno, Francisco Antonio González, le visitaron en el Hospital. Además, “todos los compañeros a cada turno; a mi mujer, una oficial, Marta, no la ha dejado sola ni un solo segundo, y eso es de agradecer; además de a Jesús González Miaja, del SUP, que ha movido muchos papeles”. “Todo el mundo se ha volcado e incluso se presentaron dos mujeres con bandejas de pasteles”, bromea.

Este mes se cumplen siete años de su llegada a Ceuta y Juan no se arrepiente. También ha estado destinado en Basauri (Bilbao), en Vilanova de la Geltrú, Almendralejo (Badajoz) y en Ceuta. En la ciudad, se ha dedicado a ayudar a los dueños y dependientes de las tiendas del centro para evitar robos. Hoy, en el día de celebración de la Policía Nacional, los Ángeles Custodios, Juan será reconocido con la medalla de más valor, la Orden al Mérito con distintivo rojo. “Después de tantos años en la Policía y llegando a los 56 años, es un orgullo; me he pasado más de media vida en el Cuerpo Nacional de Policía”, destaca orgulloso. Juan quiere seguir en el Cuerpo ya que es su “vida”. “Estoy muy a gusto en Ceuta y me encanta vivir aquí”, finaliza.
 


Susana, su mujer, uno de sus grandes apoyos tras el grave suceso

Juan y Susana se miran con amor. “Lleva su oficio en el corazón”, comenta orgullosa Susana, la mujer de un policía nacional “de los pies a la cabeza”. “Desde siempre ha estado volcado con el Cuerpo Nacional de Policía, ha sido toda su vida y me siento muy orgullosa de él”, explica con una sonrisa. “No sólo por la valentía que demostró en este último hecho sino por todo lo que ha hecho”, asegura. El matrimonio llegó a Ceuta en busca de tranquilidad. “Antes de solicitar destino, vinimos a conocer la ciudad y nos encantó; además, acostarte y levantarte con el sonido de los pájaros es algo maravilloso”, destaca la pareja, que se mira con ternura. Susana da las gracias a todos los compañeros por el gran apoyo que han dado a Juan.
 


NOTICIAS RELACIONADAS

El CNP celebra hoy los Ángeles Custodios en las Murallas Reales

El director de la Policía felicita a los 83.807 agentes a través de ‘Youtube’

El CNP distingue a 300 agentes por el día de su patrón

La Policía Nacional ha participado en más de 25 misiones internacionales

 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto