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economía - DOMINGO, 7 DE OCTUBRE DE 2012


Mustafa Enfeddal, en su puesto. REDUAN

REPORTAJE / MERCADO CENTRAL DE ABASTOS
 

Día a día en el Mercado Central

Los profesionales del Mercado Centralo se enfrentan a la competencia de las grandes superficies y experimentan un descenso en el volumen de ventas como consecuencia de la crisis económica
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Mustafa Enfeddal es el concesionario de la frutería F1 ‘Frutas y Hortalizas Anisa’ y es el representante del gremio de frutas y hortalizas del Mercado Central de Abastos de Ceuta en la asociación de concesionarios. Se dedica al negocio desde el año 1987, y desde entonces, como afirma, “las cosas han cambiado bastante”, pero “a peor”.

El principal problema para los vendedores de frutas y hortalizas del Mercado Central de Abastos es la competencia “desleal” de las grandes superficies, tal y como apunta Enfeddal.

Asegura que no pueden luchar en igualdad de condiciones frente a muchos factores que favorecen a dichas grandes superficies, como pueden ser los aparcamientos.

Conviene en que hay muchos puestos cerrados en la zona de frutas y hortalizas y lo atribuye a que bastantes de los puestos fueron clausurados por personas que eran de cierta edad y que finalmente se jubilaron, aunque otros muchos cerraron “aburridos”. Así, han sido bastantes los puestos que han echado el cierre “definitivo”.

Un concesionario medio de un puesto de la zona de frutas y verduras tiene un gasto importante al mes, teniendo en cuenta por ejemplo incluso los costes de Seguridad Social. El mantenimiento de un puesto de estas características suele costar entre treinta y cuarenta euros diarios.

“Las ventas van tirando, pero ya no es como antes”, apunta Mustafa Enfeddal. Así, indica que con los recortes “a la gente le cuesta trabajo comprar, tienen que pensar antes”. Por ejemplo, quien con anterioridad compraba un kilo y medio de fruta o de hortaliza, ahora como mucho compra medio kilo “y pensándolo”, añade el comerciante.

Es un gremio además que trabaja con artículos que son muy perecederos, por lo que han de calcular muy bien el volumen de compra y las perspectivas de venta a diario.

Otro de los problemas con los que han de luchar es la competencia desleal de productos del sector que provienen de Marruecos.

El 80-90% de las frutas y hortalizas que se expenden en los puestos del Mercado Central de Abastos es de procedencia nacional, indica Mustafa Enfeddal. Finalmente, se muestra crítico con los permisos que la Ciudad concede de cara a puestos ambulantes. Próxima está la celebración de la Mochila, y entiende que se debería ser más rigurosos en torno a aquellos que venden frutos secos en la calle: “queremos que vengan a sufrir con nosotros el día a día”, añade, indicando que considera que se produce una competencia “desleal”.

“Puesto que nosotros pagamos impuestos, creemos que es justo que también los tengan que pagar aquellos que montan sus puestos una vez al año en la calle. Además, también debería controlarse la actividad, puesto que si un puesto callejero está autorizado a vender castañas, pues eso, que venda castañas, no otros productos”.

Abdelmalik, junto a su empleado Abderrahman, regenta el puesto P-41 de la zona de pescado del Mercado Central de Abastos. El negocio “va por días. Un día más, otro menos... Un día nos llega el pescado más caro, otro día más barato... “, explica.

Su concesionario luce reluciente, con chipirones y mariscos fresquísimos, calamares, huevas, langostinos...

Abdelmalik lleva unos 17 años en el negocio y reconoce que la crisis les está haciendo un flaco favor, pero mantiene su reconocido puesto de venta en la zona de pescado de la planta superior del Mercado Central de Abastos a base de ofrecer calidad a sus clientes y de un trato personalizado.

Mientras tanto, en su puesto C-8, la Volatería Mohamed, la señora Azaoui, viuda, sigue al pie del cañón en el negocio desde que desgraciadamente falleciera su marido. Junto a ella se encuentra su amable y eficiente empleado, Abdelhalak, atentos ambos a satisfacer las necesidades de los clientes en cuanto al sector relativo a las aves. Como explica la propietaria, es el único tipo de carne que están autorizados a vender, puesto que otro tipo de carnes se encuentra a la venta, precisamente, en el sector que se halla en otro pasillo.

“Ahora -apunta Azaoui- la cosa está muy mal. Antes sí se vendía más, pero ahora, desde luego que no”.

En lo que ha transcurrido de año, la situación se ha vuelto muy negativa, y apenas se vende: “no vendemos nada -apunta con pesar- y es cierto que durante los últimos nueve meses ha bajado muchísimo la venta”.

El mercado aúna muchísima variedad de ofertas, y dar una vuelta por él, simplemente por el placer de andar, mirar y conversar, depara muchas sorpresas al viandante. Volatería, carnicería, pescadería, charcutería, floristería, puestos especializados en aceitunas, pescaderías, marisquerías, colmados en general, supermercados... En definitiva, un mundo que todas las mañanas abre sus puertas a Ceuta. Como explica el propio presidente de la asociación de concesionarios, hay ceutíes que viven fuera de la ciudad y que vuelven durante unos días y foráneos que visitan el mercado como una de las atracciones de Ceuta que resulta imposible de ignorar. Hay que verlo. Y comprar.
 

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