Sábado. Dos y media de la tarde.
Transito por el paseo de la Marina. Encamino mis pasos hacia
un establecimiento donde me esperan varios amigos. Sopla
viento de poniente agradable. El color del cielo es celeste,
celeste, celeste. El cielo que merece una Ceuta marinera. Y,
claro, me acuerdo de nuestro alcalde y me invade un
patriotismo indescriptible.
Mas de pronto, y no me pregunten por qué, se me viene a la
memoria que el Ceuta juega en Mairena. Y tengo un
presentimiento. Un mal presentimiento: los ceutíes van a ser
derrotados. Cuando llego al restaurante, los allí reunidos
se percatan de que me ocurre algo. Pues se refleja en mi
cara. Y quieren saber de qué se trata. Así que les pongo al
tanto de mi malestar. Producido por haber tenido el pálpito
de que al equipo entrenado por Álvaro Pérez no le iba
a salir nada bien en tierras sevillanas. Una corazonada
desagradable.
Los comensales se ríen de mí. Por no entender que, a estas
alturas de mi vida, me preocupe yo porque el Ceuta, equipo
de Tercera División, pueda perder fuera de casa. Y
principian a producirse los pareceres. “A ver si te has
creído tú que el equipo va a ganar todos los partidos…”.
“Tengo entendido que las aspiraciones del club son nada más
que mantener la categoría…”. “Demasiado bien ha comenzado el
Ceuta. Puesto que ni siquiera ha podido jugar partidos de
pretemporada…”.
Poco a poco me voy haciendo a la idea de que no pasa nada si
el Ceuta pierde en Mairena. Y que llevan razón todos los que
han opinado al respecto. Y ello me da pie para decir que
ojalá mi corazonada se cumpla. Vamos, que me apunto a la
derrota del conjunto caballa.
-¿Qué has dicho…? -pregunta uno que es más del Ceuta que
nadie.
El único que no se había manifestado hasta entonces y que
parece estar a punto de ponerse hecho un basilisco.
Y no tengo el menor empacho en responderle que la derrota
del Ceuta puede que sea hasta necesaria en estos momentos.
Dicho ello, me veo obligado a dar las explicaciones
oportunas. Conque me dirijo a la persona que está en
desacuerdo con mi manera de pensar. Mira, Fulano, si el
Ceuta obtiene hoy los tres puntos, a buen seguro que
volverán a padecer de distonía neurovegetativa todas las
personas que hicieron lo indecible para que la AG Deportiva
Ceuta perdiera la categoría. Unos trastornos que se han
venido agudizando a medida que el Ceuta ha ido cosechando
puntos. Que me consta, vamos.
Mi oponente, no sé si por las explicaciones recibidas, o
porque el vino está de dulce, baja el tono de la
confrontación y acaba asumiendo lo que yo decía. Máxime
cuando deslizo en el debate algunas anécdotas que suelen
entrar tan bien como cualquier buen caldo riojano.
Cuando me enteré del resultado negativo del Ceuta, ya
entrada la noche, respiré hondamente; con enorme
satisfacción… Y es que, tal y como están los tiempos, no
podemos permitirnos el lujo de que nuestro alcalde y el
presidente de la FFC, entre otras personas, causen baja
laboralmente, debido a los trastornos digestivos que les
puedan ocasionar las victorias de un equipo con el cual no
contaban y al que desprecian a cada paso. Otro día será… Hay
mucha Liga por delante. Para que la risa vaya por barrio.
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