PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
Especiales  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 15 DE OCTUBRE DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

El Goyu Ryu vulnera la libertad de expresión

Por El Pueblo


El club local que compite en Liga Nacional de Juveniles, Gimnasio Goyu Ryu expulsó ayer a un equipo de periodistas de EL PUEBLO DE CEUTA que pretendían cubrir la información de su partido de Liga Nacional de Juveniles, negándose incluso, a venderles la entrada de acceso al campo donde este equipo ceutí, subvencionado por la Ciudad Autónoma de Ceuta, disputaba su partido. El Club Gimnasio Goyu Ryu, trataba así de ejercer la represalia contra este medio contrariado por la crítica realizada desde estas páginas por contar, en lo que va de temporada, con un solo jugador de Ceuta en el equipo titular, pese a la subvención que reciben de dinero público por promocionar la cantera local. Sus dirigentes tratan de acallar a este medio, para que no cuente la realidad de su club.

El Goyu Ryu, en vez de aceptar las críticas o replicar por los medios adecuados, opta por cercenar la libertad de expresión y coartar la misma, negando el libre ejercicio de la información a este medio, discriminando un derecho que contempla la Constitución española y vulnerando un artículo de nuestra Carta Magna.

Un comportamiento censurable e incomprensible en un club como éste, cuya trayectoria por no respetar la cantera “caballa” durante todas las temporadas en División de Honor de Juveniles ha sido un hecho que se ha silenciado sistemáticamente y que ha caracterizado a esta entidad que, por otra parte, ha hecho bien poco por representar el buen nombre de Ceuta sin que se le vinculara a los escándalos y las agresiones a los equipos rivales que temían venir aquí por las “encerronas” que les ocasionaban o los palos que les propinaban. Una y otra vez, la Federación de Fútbol de Ceuta ha mirado para otro lado ante situaciones violentas que en nada tenían que ver con el fútbol (las sanciones de los aún dirigentes del Goyu Ryu han sido una vergüenza deportiva innegable), cosa que esperamos no suceda en esta ocasión, porque se trata de un atentado a la libertad de expresión

La Ciudad Autónoma de Ceuta, a través de su Consejería de Deportes, tampoco debería permanecer impasible ante comportamientos tan deleznables como éstos, en un equipo subvencionado con dinero público que no respeta la Constitución y menos, lo que es mucho más alarmante: teniendo una estrecha vinculación con el portavoz en la Asamblea del principal partido de la oposición, Mohamed Alí, quien desde Coalición Caballas se harta de esgrimir las discriminaciones de todo signo y que ahora, en este caso, esperamos que algo tenga que decir.

Claro que, mucho menos edificante es el comportamiento de Mustafa Mohamed, presidente de la FAMPA, entidad que representa a los padres en el área educativa y que no es ningún ejemplo para ostentar este cargo de responsabilidad, si su propia conducta es pisotear la Constitución española, con un comportamiento de todo punto aberrante, coartando un derecho constitucional, que es muchísimo más grave que todas las proclamas que él esgrime en sus ruedas de prensa con la politización que hace del estamento que representa. ¡En que manos estamos los padres de todos los alumnos de Ceuta!

En una sociedad democrática es un dislate que personajes de dimensión pública, como Mohamed Alí o Mustafa Mohamed, puedan amparar episodios como los que el Goyu Ryu ha protaganizado con EL PUEBLO DE CEUTA. En el caso del portavoz de Caballas, como sujeto pasivo y en cuanto a su responsabilidad subsidiaria y por lo que respecta a Mustafa Mohamed, como protagonista y “artífice” de la prohibición al equipo de este periódico de acceder al recinto deportivo.

Cuando se compite con dinero público en categoría nacional, no existen razones para ejercer actuaciones dictatoriales como si tuviera la propiedad suprema de un equipo que pagamos todos los ceutíes con nuestros impuestos. Comportamientos totalitarios solo pueden ejercerse por parte de quienes, ni entienden la democracia ni la respetan, por mucho que presuman de cargos que, a la menor ocasión, desvelan la verdadera personalidad y el talante de quienes los desempeñan. Los mismos que se amparan en el estado de derecho para sus reivindicaciones se olvidan de éste sin ningún rubor. Estos dictadorzuelos de vía estrecha ni tienen cabida en entidades deportivas, ni en política y, mucho menos, en instituciones donde la educación y la cultura son los bastiones desde donde se han de formar a las futuras generaciones.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto