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sociedad - DOMINGO, 25 DE NOVIEMBRE DE 2012


carlos torrado. v.s.c..

ENTREVISTA / CARLOS TORRADO, DIRECTOR PROVINCIAL DEL SEPE
 

“El error histórico ha sido pedir mayormente peones»

El director provincial del SEPE, Carlos
Torrado, explica que el próximo Plan de Empleo tiene una oferta más “realista” y corrige la tendencia de los últimos años de contratar mayormente a personal no cualificado
 

CEUTA
Virginia Saura

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Plan de Empleo de la Delegación del Gobierno ya está en marcha. El próximo mes de enero los 1.108 beneficiarios de este programa ocuparán sus puestos de trabajo. Pero, antes el Servicio Público de Empleo Estatal deberá hacer una última criba para seleccionar a los adjudicatarios de entre los demandantes de empleo que ya han aparecido en el primero sondeo publicado. Su director, Carlos Torrado, ha hablado con EL PUEBLO para explicar en qué punto se encuentran los Planes de Empleo después de doce años en funcionamiento, y explica que en este programa se corrigen algunos errores históricos como ofrecer un gran número de puestos de trabajo para personal no cualificado, lo que desvirtúa el objetivo de inserción laboral.

Pregunta.- ¿Cuál debe ser el papel actual del Plan de Empleo?


Respuesta.- Al margen de otras influencias, debemos atender a nuestros demandantes de empleo en la proporción en que están representados en esa demanda tanto el colectivo de mujeres y de hombres; el de jóvenes o mayores de 45 y 55 años; y según los perfiles profesionales; al mismo tiempo que hay que atender también a otras categorías que están contempladas en el Plan Nacional de Acción para el Empleo y la Ley de Empleo como las personas discapacitadas, las víctimas de violencia de género, presos en tercer grado, o grupos de riesgo de exclusión social. Con todo ese tipo de demandantes y todos los perfiles registrados en la oficina de empleo es con lo que debemos de elaborar un buen Plan de Empleo, pero para hacerlo no solamente depende de las intenciones del SEPE, sino también del centro colaborador que va a ser adjudicatario.

P.- ¿Cómo se conjugan los intereses del SEPE y de la entidad colaboradora?

R.- Eso es más complicado. Ahí entra el interés político al que, a fin de cuentas, nosotros debemos de servir. Ese interés está manifestado a través de la oferta, que a su vez es la concreción de las memorias donde se explica qué se quiere atender y qué perfil hace falta. Hay órganos de consulta y toma de decisiones donde nosotros intentamos participar para que la entidad colaboradora conozca cuál es el perfil de nuestros demandantes y que en la oferta de empleo se satisfaga la demanda. Históricamente, el error del Plan de Empleo ha sido solicitar mayormente peones. Hemos visto planes donde había 1.300 trabajadores y 1.100 eran peones. Este ha sido uno de los grandes errores de los Planes de Empleo y se ha debido siempre a una decisión política.

P.- ¿Por qué se han realizado planes con tantos puestos de trabajo para peones?

R.-Se basaban en la idea de que el Plan de Empleo debería de atender a cuanta más gente mejor y para ello hay que pagar cuanto menos mejor. Yo creo que eso es peor. La idea de la que se partía es que el programa debía atender a muchos demandantes de empleo, y lo mejor era que fueran todos peones, el salario era menor, y se podía emplear a más personas.

P. Se ha utilizado más como paliativo que como herramienta de inserción en el mercado laboral...

R.- Exactamente. Ese ha sido uno de los grandes errores de los Planes de Empleo, y han hipotecado muchas decisiones que se han tomado después. Entre ellas, la principal es que no se han atendido los criterios que marca la orden ministerial. Tenemos que atender el perfil demandado por el usuario, pero si lo empleas como peón no lo estás haciendo. Cuando el Plan de Empleo empezaba, y hasta el 2006, la cifra de personas que estaban inscritas como peones no era tan alta.

P.- ¿Y en la actualidad?

R.- No es normal que en un fichero de casi 13.000 demandantes de empleo, 10.400 sean peones. No es real. Cuando analizamos ese valor nos encontramos con que hay universitarios que se inscriben de peones porque piensan que si no les llaman de maestro, mecánico o periodista, por lo menos que lo llamen de peón. Entre las profesiones que se registran, que son seis, una la dedican a peón. No son peones, pero están dispuesto a trabajar en este puesto. Es muy legítimo, pero eso desvirtúa totalmente los planes de empleo porque si queremos dedicar una oferta a peones, esta ya no es real. Para una ocupación no cualificada estamos llamando a un cualificado. Vemos a fontaneros, mecánicos o maestros barriendo las playas o recogiendo las hojas de los montes y yo entiendo que no fue para eso para lo que se apuntaron a la oficina de empleo, sino para satisfacer su demanda como trabajador cualificado.

P.- ¿Cómo se puede cambiar la dinámica de que profesionales cualificados aspiren a puestos de peón? ¿La iniciativa debe partir desde los ciudadanos, de la entidad colaboradora o del SEPE?

R.- Tiene que partir de la entidad colaboradora, de la propuesta de oferta. Y en este caso se han sensibilizado tanto la Delegación del Gobierno como la Ciudad Autónoma. Puede ser que de un Plan de Empleo bien hecho respecto a otro genérico de peones la diferencia de beneficiarios sea de doscientas personas, pero hay que preguntarse si merece la pena o no el esfuerzo. Yo creo que sí. Para hacerlo se necesitan unas memorias bien planteadas que determinen unas ofertas más realistas de acuerdo a la cualificación de los demandantes de empleo. En la actualidad existen 3.000 peones, personas que en su demanda no tienen entre sus profesiones ninguna cualificada y carecen de formación académica. Con eso ya tenemos acotado el problema y hay que convencer a la entidad colaboradora de que nos presente una oferta proporcionada a 3.000 peones. Por tanto, las ofertas tienen que ser para peones y trabajadores cualificados y esto es lo que ha sucedido este año.

P.- Sin embargo, desde la Ciudad Autónoma han hecho hincapié en que en este Plan de Empleo iban a intentar ofertar más plazas con sueldos más reducidos, ¿se puede conjugar esa intención con una buena proporción de empleos cualificados?

R.- Sí porque si decidimos sacar plazas cualificadas y de peones, es verdad que hay salarios distintos, pero la entidad colaboradora puede plantear que las jornadas sean más reducidas. En este caso, las jornadas del Plan de Empleo van a ser del 75% respecto a las 40 horas habituales. Cómo se trata de personal cualificado, el recorte deja un salario aceptable y hemos conseguido que se emplee a más de mil personas y en el caso anterior a 320. Al final vamos a juntar un Plan de Empleo de casi 1.500 personas, lo que está muy bien.

P.- Este Plan de Empleo se ha caracterizado por ir al límite de los plazos previstos para su puesta en marcha, ¿cómo se ha vivido la situación desde SEPE?

R.- Con inquietud, porque no se pudiera llevar a termino cuando parecía que era un asunto presupuestario. Tras confirmarse la partida, la incertidumbre ha sido por la fecha de su puesta en marcha y por la lentitud que muchas veces caracteriza a los procesos administrativos. Todo esto nos ha llevado casi al límite. No obstante, nosotros nunca nos paramos a pensar en la fecha de resolución ni en el presupuesto, y desde principios de año empezamos a trabajar en la base de datos que es lo que nos preocupa. Empezamos a sondear primero la demanda para trabajar con un rango de antigüedad, y situamos a los demandantes en orden del más antiguo al más moderno. A raíz de ahí, se ven uno a uno los demandantes y se van enriqueciendo sus datos y el último que se añade es el de la carga familiar. Ese trabajo empieza en febrero y se va actualizando continuamente hasta que se cierra la puntuación, porque es un fichero vivo.

P.- ¿Los criterios de selección van marcados por la orden ministerial o también influye las preferencias de la entidad colaboradora como pasó en el Plan de Empleo dirigido a jóvenes?

R.- Los criterios están en la orden ministerial, y toda la legislación que afecta al empleo, y son los mismos para corporaciones locales y para la Administración del Estado. Pero estos criterios no son suficientes para satisfacer este programa, y para hacerlos buenos tienen que venir enriquecidos por los baremos, que son los que propone la Dirección Provincial a la Comisión Ejecutiva, que se discuten y se hacen firmes. El perfil adecuado, la carga familiar, ser preferentemente parado de larga duración, y pertenecer a cualesquiera de los grupos de riesgo de exclusión (violencia de género, discapacitados, tercer grado, inferior renta, situación de subsidio más desfavorable o drogodependiente) son los criterios que se barajan. A todos ellos hay que darles unos valores en puntuación y eso es lo que se publica como criterios y baremos para hacer buenos los parámetros. Pero también es muy importante como miden la oferta las entidades colaboradoras y qué nos proponen ellos. Esas propuestas y aquellas singulares como la de ocupar a los menores de 30 años son las que determinan los Planes de Empleo. En un pleno de la Asamblea se aprobó que si había Plan de Empleo querían que se satisfaciera la necesidad de empleo de los menores de 30 años y a nosotros nos pareció bien. En ese sentido, en la resolución que hice como director provincial del SEPE intentamos explicar por qué ese Plan de Empleo va dedicado a jóvenes. Esto ha sido contestado por UGT y ha sido motivo de polémica, e incluso tenemos un recurso de alzada.

P.- ¿Qué ha supuesto este recurso de alzada de UGT reclamando la suspensión de los programas?

R.-Cuando yo veo la demanda que pone UGT, el por qué no está de acuerdo me llena de sorpresa. Existe un elemento de discrepancia sobre la fecha de los cursos de formación que se valoraban en la convocatoria. Este no puede ser tema para hacer un recurso de alzada. Porque además está aprobado en Comisión Ejecutiva. En cualquier caso, no es un elemento que distorsione un Plan de Empleo. Me llenó de sorpresa que todo un sindicato como UGT haga un recurso de alzada, con el peligro que tendría eso, cuando a ciencia cierta UGT sabe que el grupo de jóvenes desempleados es prioritario porque es el de más parados de toda España. Además, después viene un Plan de Empleo que atenderá al resto de demandantes del que será sustraído este grupo. Más me parece un rebote contra un tercero que contra la propia Comisión Ejecutiva o el SEPE. Contestaremos y Madrid resolverá la cuestión. No llego a entender el motivo.

P.- Ya se ha publicado una lista en la que aparecen el doble de demandantes del número de beneficiarios final que tendrá este Plan de Empleo, a partir de ahora, ¿cómo se realizará la selección?

R.- Nosotros tenemos ya baremados a los demandantes de empleo. Pero, queremos desmitificar la idea que tiene muchos ciudadanos de que el Plan de Empleo está mal elaborado porque se da prioridad a los parados más antiguos. Este es un concepto, preferente, pero entran muchos más a la hora de elaborar la lista de beneficiarios. Hemos publicado un listado para que se vean las personas que están sondeadas y comprueben si los datos que se reflejan son los que ellos tienen. Si la fecha en la que se dan de alta como desempleados, la carga familiar y el número de cursos coinciden con los datos que saben que tienen. Si hay un error, alegan, lo modificamos y el segundo listado aparecerá filtrado. En este, aunque el usuario lo ve todo junto, nosotros vamos segregando por grupos de oferta. La oferta de camioneros, auxiliares o peones no se mueven en los mismos parámetros de antigüedad en la demanda que las otras. Cuando veamos que los datos son los buenos, se le adjudica a cada persona su ocupación y tiene que competir con el número de plazas que hay ofertadas para esa ocupación.

P.- Este será el primer Plan de Empleo que se ponga en marcha sin Unidad de Promoción y Desarrollo, ¿cómo puede afectar eso al desarrollo del Plan de Empleo?

R.-Si lo gestionan bien no debería de afectar a su desarrollo ese cambio. Lo que es verdad es que nos despachamos con un Plan de Empleo a final de año, con una labor ingente que hacer en las últimas tres semanas del año, lo que es el procedimiento de contratación, dar de alta los documentos económicos, la intervención, etc. Para eso hay que tener cintura, que te la da la experiencia, pero si hay funcionarios que se van preparando para este trabajo, no tiene por qué representar un problema la falta de UPD. Otra cosa es que si la UPD sería útil en estos tiempos y por supuesto que lo sería.

P.- Se ha corregido un error en los Planes de Empleo, ya no se buscan la mayoría de trabajadores con el perfil del peón, pero ¿todavía queda mucho camino para perfeccionar estos programas?

R.-Uno de los caminos es conciliar la demanda y la oferta. Es decir, si los Planes de Empleo se hacen para que el SEPE pueda satisfacer la demanda de los parados, la oferta tiene que responder a estos perfiles y desde el SEPE debemos convencer a las entidades colaboradoras de que la oferta tiene que ir en ese sentido. Si de verdad tuviéramos diez mil peones, la oferta tendría que ir en esa dirección. Por un lado esa necesidad que tiene el político de dar una satisfacción social al mayor número de personas, de alguna manera debe de conciliarla con la formación laboral. No creo que sea satisfactorio ofrecer un puesto para cuidar las playas a un maestro. Puede que se satisfaga su necesidad de subsistencia, pero nosotros tenemos que atender el aspecto laboral. La persona beneficiaria tiene que trabajar en su profesión más adecuada porque, sino, no se fomenta la inserción. No ha de servir a la inserción algo que no te abre tu curriculum experiencial, ni académico ni profesional.

P.- Pero esto supone también tener menos beneficiarios...

R.-Puede ser que la diferencia esté arriba o abajo en tener doscientas personas más o menos. Pero, tenemos que afinar para que esa pérdida sea lo menos dolorosa posible. Eso quiere decir que debemos atender a las personas que desde el punto de vista laboral, familiar o de otros condicionantes, le sea más satisfactoria la oferta de empleo. Trabaja, satisface su necesidad formativa para una futura inserción laboral y además puede ayudar a su familia. Esos dos mundos son complicados de conjugar. A veces nos dicen que con el Plan de Empleo no atendemos socialmente a los parados, pero quisiera que me demostraran si no atender socialmente significa tener un 30% de beneficiarios que pertenecen a uno de los grupo de riesgos de exclusión marcados en la Ley de Empleo. De todos los adjudicatarios del Plan de Empleo, el 29% son beneficiarios de grupos con una distinción social. Discapacitados, víctimas de violencia de género, presos en tercer grado, drogodependientes, personas con menor nivel de renta, y con menor nivel de subsidio. Es injusto decir que el Plan de Empleo de Ceuta no tiene un carácter social.

P.- Sin embargo el Plan de Empleo encuentra voces críticas por parte de algunos sectores políticos...

R.-Quieren que se incluya la declaración de la renta como criterio de selección. Pero la renta es un concepto que distorsionaría el Plan de Empleo y sería difícil de evaluar. Dicen que debe dirigirse a las personas con menos renta. La Consejería de Asuntos Sociales puede realizar un programa destinado a estas personas y luego ponerlas a trabajar, o que en nuestra orden ministerial se ponga este concepto. Entonces nosotros lo valoraremos. Pero no está.
 

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