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OPINIÓN - DOMINGO, 2 DE DICIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

Nervios y mala conciencia
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Apareció en Radio Televisión Ceuta, días atrás, en un programa deportivo. Y, a cada pregunta que le hacía el entrevistador, el hombre respondía con ese hablar entrecortado y pobretón que le caracteriza. Yo sufría lo indecible viendo de qué manera la fatiga producía discontinuidad en sus palabras. Y, de haber podido, le habría aconsejado que contestara mediante monosílabos. Para evitarle la mala sensación que estaba dando en un espacio tan afamado…

Pero él, es decir, el extraordinario dirigente de la Federación de Fútbol de Ceuta, se extendía en sus replicas. Que solían durar cuatro o cinco minutos. Tiempo que es una eternidad en la televisión. Máxime si quien se permite semejante lujo hace ruidos nasales a cada paso, carraspea sin cesar, y hasta saca a relucir una risa sardónica que le destroza el semblante.

Sí, ya sé que los nervios hacen mella en muchas personas cuando son entrevistadas en un medio tan reputado como es la televisión pública. Pero un presidente de la FFC debe estar preparado para salir ileso de una prueba que estaba hecha a su medida para que los ciudadanos se enteraran, de una vez por todas, que es muy buena persona y lo mucho que está haciendo por el fútbol de esta ciudad.

Los nervios y la mala conciencia, todo hay que decirlo, hacen que el presidente de la FFC sepa perfectamente que las cuentas del organismo presidido por él han sido siempre las del Gran Capitán. Y que gran parte de los dineros han servido para que algunas personas pudieran vivir a costa de ellos. Por lo que hace ya muchos años que vengo reclamando una auditoría. Sin éxito. Por supuesto.

El presidente de la FFC, tras tomar posesión de su cargo, lo primero que hizo fue cerrar a cal y canto la posibilidad de que trascendiera la contabilidad del estamento federativo, basándose en lo mucho que había significado para él su antecesor en el cargo. A quien dice seguir queriendo como a un padre. Y a mí me parece bien ese amor. Por aquello de que es de bien nacido… Pero esa pasión no debe evitar que se nos venga diciendo que es imposible saber las cuentas porque nunca han existido libros de contabilidad.

El presidente de la FFC respondía al entrevistador de RTVCE, días atrás, en un programa deportivo de aquí te espero, con su hablar entrecortado y pobretón que le caracteriza. Y su risa sardónica, queriendo esbozar ironía, se convertía en una mueca de insatisfacción interior. Que lo ponía en una situación tan incómoda como grima daba verlo.

Pero él, a medida que iba transcurriendo el tiempo, no se cortaba lo más mínimo en hacerse el artículo: así que nos dijo que el Murube es como el Bernabéu. Y que la gente va y se hace fotografías en el recinto deportivo para enviarlas a la Península. Con el fin de que vean la joya de la corona: el césped artificial recomendado por el vicepresidente de la RFEF. Nos dijo que ser presidente de la FFC es el no va más. Un manjar que le quieren quitar a él a toda costa. Nos dijo que el alcalde y todos los miembros del gobierno son canonizables. Y lamentó que lo estén persiguiendo por una nadería. Por algo que carece de importancia: por facturar a los equipos siendo él quien dirige Viajes Trujillo y la FFC.

En lo tocante a la publicidad estática, y demás concesiones, no dudó en decir que el 50% de lo recaudado sería para la Ciudad. Se le fue la lengua. Erró. Pegó el petardo. Pero ya habrá tiempo de ahondar en un asunto tan molesto para algunos y tan de mi agrado.
 

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