PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - MIÉRCOLES, 5 DE DICIEMBRE DE 2012

 
OPINIÓN / ANALISIS

Menores ¿no acompañados?

Por Ramiro T.


Un documento gráfico captado por este periódico deja mucho margen para la duda: prohibir a los Menores no Acompañados de la Residencia de La Esperanza “que se pongan en contacto” con familiares. Un hecho que, “per se”, sin entrar en otros componentes, resulta hasta cruel, por lo que encierra de aislamiento humano y físico. Y de otra parte, ¿no estamos hablando de MENAS? Es decir, Menores no Acompañados, entiéndase, los que no se les reconoce vínculo familiar alguno, abandonados a su suerte (que es mucho decir).

Por estas razones, no acabamos de entender la orden restrictiva de privar de contacto a unos menores que están siendo tutelados por la Ciudad Autónoma de Ceuta a muy elevado coste en época de crisis, y encima, nos permitimos no indagar o facilitarles el contacto con sus familiares para que se hagan cargo de ellos y, así, acoger, estrictamente, solo y absolutamente, solo, a los desvalidos que no cuentan con vínculo ni respaldo alguno y han sido abandonados de manera inmisericorde al mundo para que se busquen la vida o malvivan si no encuentran alguna posibilidad humanamente favorecedora.

En estos asuntos hay que ser muy humanitario, muy solidario y, a la vez, muy riguroso abordando los casos auténticos y huyendo de políticas cínicas, que en nada tienen que ver con el carácter tolerante y filantrópico a coste supermillonario. Quienes tengan disposición, posibilidad, y localización de familiares, no sólo hay que permitirle que se pongan en contacto con ellos sino estimularlos a que lo hagan cuanto antes para evitarle el desarraigo familiar e integrarlos en su hábitat, en vez de ir poniendo letreros prohibitivos que confieren a estos Centros un carácter de reclusión sin posibilidad de comunicación con el entorno familiar deseable.

La Fiscalía de Menores debería vigilar esta situación para que la ayuda se haga realmente a quienes han sido realmente abandonados y no para aquéllos que pudieran buscar en la picaresca una fórmula de subsistencia con una mal entendida solidaridad que en nada tiene que ver con el mundo farsante y de pillería que sobrecarga las arcas públicas de nuestra hacienda en época de crisis. Habría que ser mucho más cuidadosos, estrictos y beligerantes para quienes traten de hacer del acogimiento un negocio o una forma fraudulenta de sobrevivir al amparo de unas leyes en las que no tienen encaje ni la pillería ni las conductas negligentes de quienes habrían de velar por el buen uso de los fondos públicos para que cumplan realmente su misión.

El hecho es que carteles como el que hemos fotografiado deja mucho que desear y parece que, también queda al descubierto un hecho que mueve a la desconfianza y a la sospecha: prohibir el contacto con familiares a menores que, por la situación en la que se encuentran, no los tienen o, al menos, su propio estatus así lo certifica para formar parte de un Centro de Menores donde su abandono es la seña de identidad común.

A ver si alguien comienza a aclararse o a aclarar esta situación que no por variopinta o confusa, es menos incomprensible. No caben carteles en donde no son necesarios.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto