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OPINIÓN - JUEVES, 27 DE DICIEMBRE DE 2012

 

OPINIÓN / EL OASIS

El mito es un problema
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

En la columna de ayer, cuyo título era Sobre gafes, acabé diciendo que al Rey, en su mensaje de Nochebuena, se le había olvidado defender a Casillas y poner a Mourinho como chupa de dómine. Lo cual no dejaba ser un ramalazo de ironía ante lo que viene sucediendo desde que José Mourinho decidió que Iker no jugara frente al Málaga en la Rosaleda.

Lo que viene sucediendo es que quienes escriben y opinan de fútbol han perdido la chaveta. De no ser así, sería imposible aceptar cuanto se viene diciendo contra el entrenador por creer que había llegado la hora de ver cómo respondía Adán en un partido complicado. Máxime cuando el titular llevaba muchísimos partidos haciendo más ostensibles que nunca sus grandes deficiencias como portero.

Las deficiencias de Casillas son de sobra conocidas. Excepto por quienes se empeñan en negarlas. Pero no es tapándose los ojos como podrán hacer posible que el guardameta internacional, convertido en mito, sea capaz de mejorar sus intervenciones en los balones por alto y su ínfimo juego con los pies. Dos aspectos fundamentales en la tarea de cualquier portero. Y qué decir si éste lo hace en el Madrid.

Un mito es alguien a quien magnifican todo cuanto hace. En el caso que nos ocupa, han sido los periodistas quienes comenzaron su obra en 2002. Sucedió en Glasgow. Cuando habían transcurridos setenta minutos de juego y Casillas sustituyó a César, lesionado, en el partido frente al Bayern Leverkusen. Curioso: se consagra el joven portero parando dos o tres remates con los pies, debido a que antes había fallado en sus intervenciones cuando viajaba el balón por encima de él.

A partir de ese momento, quien mejor podría hablar de los errores de este portero podría ser Fernando Hierro. Quien se desgañitaba chillándole durante los partidos a un guardameta que ya se mostraba indefenso en el área chica. Y que, además, era incapaz de enviar con los pies el balón al campo contrario. Exhibía reflejos, intuición y agilidad. Cualidades lógicas en un deportista joven y perteneciente desde pequeño a un club tan grande.

Todos sus entrenadores, en el primer equipo, supieron desde el primer momento que Casillas era una rémora cuando los balones llegaban por alto. Y, desde luego, comprendían los motivos por los que los mejores centrales del mundo naufragaban en el equipo. Ya que a ellos se les achacaban siempre los fallos en los saques desde la esquina y que terminaban casi siempre en la red. Un corner contra el Madrid, desde que juega Casillas, está considerado como altamente peligroso. Situación de riesgo extremo. A pesar de ello, nadie se ha atrevido a denunciar tan grande problema. Por más que entre bastidores sea motivo de comentario generalizado.

Y ha sido y así, y lo seguirá siendo, porque un mito lo hacen quienes cuentan con poder, en este caso la prensa, y dejará de serlo cuando la prensa quiera. Nunca antes. El mito necesitaba que su entrenador, ahora Mourinho, tuviera los dídimos suficientes para hacer lo que en su momento quería hacer Capello y no se atrevió. Como tampoco se atreve ahora Del Bosque ni Hierro a decir por qué no le enmendaron la plana a Luis Aragonés, en el asunto que nos ocupa. El Madrid, con o sin Mourinho, necesita urgentemente un portero alto que haga uso y abuso de su estatura en las zonas que le corresponde. Y que juegue bien con los pies. Y punto.
 

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