PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 6 DE ENERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Imputado
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

La gente está cada vez más soliviantada por mor de la crisis económica y porque tiene todo el miedo del mundo a formar parte de la nómina de parados que es millonaria, millonaria, millonaria. Los parados, a su vez, están que se suben por las paredes. Y muchos de ellos tienen más que asumido que nunca volverán a tener la oportunidad de acudir a un tajo en condiciones. El pánico de los parados es indescriptible. No me cansaré de repetirlo. Puesto que he pasado por ese mal trance.

Los jubilados hacen malabares con su paga de supervivientes con el fin de que sus hijos y nietos puedan comer caliente hasta que Dios quiera. Todo antes de que los suyos se vean obligados a tener que recurrir a los comedores sociales en actitud vergonzante. Porque comer la sopa boba está más que bien antes de morir por inanición. Pero tampoco es menos cierto que la pérdida moral ocasiona trastornos imperecederos. No se trata de recibir caridad sino de obtener justicia.

Las gentes están que trinan. Y cuentan con motivos sobrados para poner el grito en el cielo contra los políticos y sobre todo contra quienes vienen dirigiendo la economía española, aunque sean simples subordinados de la señora Merkel.

De Guindos y Montoro son los mejores colocados para ser quemados en las próximas Fallas valencianas. A no ser que lo impida Rita Barberá. Que lo impedirá. Ya que los políticos suelen estar muy hermanados y prestos a echarle un capote al primero que cometa errores de bulto. Y qué decir de cómo se protegen cuando alguno de ellos resulta imputado.

Imputar, según la primera acepción que leo en uno de mis varios diccionarios, es atribuir a alguien un acto, normalmente condenable. Los políticos honrados se quitan de en medio cuando cae sobre ellos la menor sospecha. No es mía la cita, pero me valgo de ella porque creo que le viene a esta columna como anillo al dedo.

Quitarse de en medio, es decir, desaparecer de la vida pública, por estar bajo sospecha, o sea imputado, es lo que ha debido hacer Rodrigo Rato. El cual, desde hace la tira de tiempo, todo lo que ha tocado lo ha convertido en ruina. Pero está comprobado que cada cual poner su nivel de ética donde le parece. Y la de RR debe ser de una de condescendencia inconmensurable para admitir cuanto le echen a la buchaca.

De no ser así, vamos, de no tener tan grandes tragaderas, Rodrigo Rato le habría dicho a su cuate, el afamado Alerta, presidente de Telefónica, que rechazaba su propuesta de incorporación a los consejos asesores de la Compañía en Europa y Latinoamérica

Las tragaderas de quien fue presidente del Fondo Monetario Internacional y presidente de Bankia deben estar preparadas para engullir hasta un venado con la misma o más facilidad que una serpiente pitón. E incluso digerirlo sin necesidad alguna de regurgitarlo por culpa de una mala digestión. De no ser así, díganme ustedes cómo se lo monta Rodrigo Rato. Y lo peor de todo es que el tío, en cuanto ve que pintan bastos, sale de los sitios por piernas. Sin mirar hacia atrás. Aunque luego se vea obligado a comparecer en cualquier juzgado por estar imputado en asunto feo y se vea sambenitado.

Vaya con cuidado, pues, este señor, el señor Rato, ya que los ciudadanos, con el miedo de la miseria patente, pueden un día perder los estribos. Ya que pobreza y corrupción son material inflamable. Alguien debe poner coto a tanta desvergüenza.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto