PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 13 DE ENERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL MAESTRO

Videojuegos: Adictos
 


Andrés Gómez Fernández
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Es la “historia” de Daniel, un niño de 10 años desaparecido el pasado día dos de Enero, durante tres días porque estaba jugando a la “play”, en casa de un amigo.

El chico le dijo a su madre que se iba a casa de su abuela. Regresó tres días después, acompañado de la madre de un amigo, en cuyo domicilio, a escasos metros del suyo, estuvo todo el tiempo jugando de forma ininterrumpida a la “play”. El niño había engañado a los padres del otro niño, a quienes dijo que “había llamado a su familia, que le habían dado permiso y que, por lo tanto, sabían donde se encontraba”.

Del “caso” Daniel, se pueden extraer varias lecturas, según se desprende del análisis del caso, por un equipo de consultores. “Este parece un caso claro de doble falta de comunicación y control de los padres del chico desaparecido y la del vecino donde se alojó durante todo ese tiempo”. Y, por otra parte, de ausencias de límites. En este caso, a la hora de jugar a la videoconsola, un hecho que puede convertir al pequeño adicto con el paso del tiempo.

Para los psicólogos, no hay excusas. En el caso de los progenitores, por desconocer donde estaba su hijo. Si el niño se escapó, lo primero que tenían que haber hecho es llamar a todos los padres de los amigos. Y es que, en la actualidad tenemos a nuestra disposición todas las vías de comunicación posibles: existen grupos de padres en Facebook, en whasapp, por mail…Los padres deben saber de su hijo, deben conocer su círculo social, y si no, investigar. Porque a la postre, cuando son adolescentes, quizás estas cosas se pueden escapar de nuestro ámbito de conocimiento, pero no cuando sólo tienen diez años.

Y, en el caso de los padre del amigo, prosigue el grupo de expertos, no ha habido ningún tipo de comunicación en absoluto. “Cuando un amigo de tu hijo lleva varios días durmiendo en tu casa, hay que asegurarse que se cuenta con permiso. ¿Tus padres saben que estás aquí?”. Y después, con una llamada de teléfono, comprobarlo.

Pero, ¿cuáles han sido las consecuencias, en ambos domicilios? La ausencia total de límites parece que también se ha dado en ambas familias. En casa de Daniel –explican los especialistas- “todo esto debería tener consecuencias para el pequeño, a pesar de la alegría mostrada durante el reencuentro, que el niño, se entere del sufrimiento que ha causado a sus padres su infantil egoísmo”. Las consecuencias deberían ir parejas al daño causado. Es decir, su ausencia debería tener una gran consecuencia. Si dejamos que todo esto pase con “un espero que no vuelvas a hacerlo“ mañana se habrá olvidado y puedo que se repita. Prohibirle todo contacto directo o indirecto con maquinitas durante un período de tiempo determinado quizás pueda cambiar las cosas, o cualquiera otra sanción que realmente le duela, debe proponerse.

Los expertos señalan que la falta de límites es más llamativa si cabe en la familia de acogida. “No se puede permitir jugar a los niños tantas horas a la videoconsola, como parece ser que así ocurrió, a tenor de las informaciones publicadas”.

En cualquier caso, y según se matiza, en el caso del niño de Alcobendas no se podría hablar todavía de adicción, sino de falta de control externo. “Un niño siempre va a tener problemas de control, y se convertirá en una adicción cuando anteponga esa conducta., (en este caso el excesivo del videojuego) a cualquier otro tipo de actividad, bien los estudios, bien las salidas con los amigos, su deporte favorito….”

Como también es verdad que los “videojuegos” enganchan y atraen de una forma que con otros medios de ocio jamás se ha podido ni imaginar. Y se señala que los efectos de la “dopamina” que nuestro propio cuerpo produce debido al denominado “circuito de la recompensa”, podrían ser uno de los motivos de “enganche”. La “dopamina” nos hace sentir bien y resolver los retos de este tipo de juegos nos ayuda a generarla. Esto puede llegar a determinadas personas, incluidos los más pequeños, a buscar en el juego esa sensación de plenitud momentánea y efímera, pero desde el punto de vista químico e inmediato se añade.

Se recomienda a los padres estar muy atentos a cualquiera de los siguientes síntomas para buscar alternativas que reduzcan el consumo de los videojuegos: A) Si el niño parece pensar continuamente en el juego, llegando a la obsesión. B) Si cada vez necesita pasar más tiempo jugando para conseguir satisfacción. C) Si detectan pérdida de control para parar o disminuir la dedicación al juego. D) Si presenta síndrome de abstinencia con ansiedad o irritabilidad, cuando no puede participar en el juego. E) O negación, mediante mentiras a la familia y amigos acerca del nivel de implicación en el juego, por ejemplo: en caso de que el niño juegue cada vez más por las noches y duerma durante el día, o falta cada vez más a clase y finja estar enfermo con frecuencia para dedicarle tiempo a la videoconsola; entonces puede que ya estemos ante un problema de adicción que requiera tratamiento especializado, concluye el equipo que ha estudiado el caso.

Inmediatamente que aquellos padres se vean abocados a tomar serias decisiones para modificar este tipo de conductas, que hace que nuestros pequeños hijos se vean afectados por el problema. ¡Y mucho deben estar vigilantes porque atajar el problema de raíz, a tiempo, se verá la familia liberada de esta “epidemia” de nuestros tiempos.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto