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OPINIÓN - MARTES, 22 DE ENERO DE 2013

 
OPINIÓN / ANALISIS

Campaña de desprestigio contra Carracao

Por Alejandro S.


José Antonio Carracao, un político joven sin pasado tenebroso ni cadáveres que sacar del armario es el objetivo de la Coalición Caballas erigida en paradigma de la legalidad vigente, en el garante de cuanto se mueve en este pueblo, en la formación política sin mácula y capaz de poner en el disparadero a todo aquél en quien sitúe su diana de desprestigio.

Carracao viene siendo, desde hace un tiempo, por mor de su condición de secretario general del PSOE en objetivo prioritario de sus diatribas cuando no imputaciones sin fundamento para desacreditar su honorabilidad. Desprestigiar, es la norma de conducta de algunos para tratar de arremeter contra sus adversarios políticos y, si es recurriendo al Facebook, mejor, utilizando así las redes sociales y las nuevas tecnologías de manera maliciosa y perversa, como argumento para sustentar sus cabriolas argumentarías. “Dos ayuntamientos del PP acuerdan una permuta para un funcionario, concejal socialista en uno de ellos, cuando las plazas no son permutables. Pero es q ademas piensan liberal al socialista para q cobre como funcionario sin ir a trabajar, lo cual es ilegal. El socialista concejal se queda con la plaza, cobra sin trabajar y se dedica a hacer “ oposicion” al PP. Q asco de Pppsoe. Al juzgado con ellos!!”, fue la valoración que de la noticia hizo Caballas (UDCE) en la red social.

En este pueblo, los corruptos e ilegales son los otros. Caballas, que precisamente es una coalición surgida de un juego maléfico de intereses políticos, con muchos pecados a sus espaldas y bastantes contradicciones en su haber, no tiene legitimidad moral ni política para erigirse en paradigma de nada. Más bien debería callarse y no confundir a la opinión pública cuando aborda la crítica a una permuta de puesto de trabajo entre dos funcionarios, uno de Ceuta (María Antonio Suárez, delegada del CSIF) y otro de Algeciras (José Antonio Carracao, ambos del nivel C-1.) ¿Dónde está la ilegalidad en intercambiar sus puestos cuando es un derecho del funcionario? Siempre que concurran las condiciones necesarias, la Administración ha de tramitar simplemente los expedientes, sin tan siquiera opinar al respecto. Es un trueque de dos personas con intereses coincidentes.

Ya se conoce que José Antonio Carracao, para hacer viables sus desplazamientos entre las dos orillas, hizo renuncia expresa a su nivel y categoría, pasando de la C-1 a la E, la más baja con la pérdida económica que ello comporta. ¿Dónde está el problema si ahora surge la oportunidad no solo de restituir su situación legítima sino volver a Ceuta como él quería coincidiendo con otra persona que busca todo lo contrario, es decir, marcharse de aquí?

Un caso de estas características es cosa de dos y recientemente se ha dado, hace un mes, con otra permuta por la que vino a Ceuta desde Tarifa a Fomento una funcionaria y en el caso de policías locales, se da con muchísima frecuencia, hasta el punto que el agente fallecido recientemente en su vivienda, era foráneo.

Un asunto meramente funcionarial se ha querido revestir con intencionalidad maliciosa de matiz político, por la cerrazón de Caballas de arremeter contra José Antonio Carracao, a quien llevan tiempo intentando desacreditar sin conseguirlo, ya que es un político limpio, con trayectoria intachable. Es obvio que se ha querido revestir de intencionalidad política un trámite por el que se ha perseguido al secretario general del PSOE hasta en su aspecto funcionarial como si no tuviera derecho a acogerse al mismo trámite que tantísimos funcionarios realizan.

No hay ningún aspecto ilegal en algo que es un derecho legítimo de los funcionarios. Desvirtuar este asunto descubre la intencionalidad de quienes propugnan descrédito con perversas maniobras.

Hay aspectos en los que no se debería entrar políticamente hablando, ya que cuántas veces ha solicitado cambiar fechas de Plenos por parte de Mohamed Ali por coincidencias con sus juicios u otros tipo de actividades profesionales con las que le coincidían. Jamás, el PSOE ha hecho bandera de estas “acomodaciones” a los intereses de unos o de otros.

Entrar en los detalles para hacer una inmensa bola de nieve sin razones lógicas es un ejercicio de cinismo político impresentable y una gran farsa en la que ocultarse cuando no se tienen mejores argumentos para criticar al adversario político.

Carracao tiene su honradez intachable y, de momento, no se le puede imputar ningún escándalo con el que ensuciar su imagen pública. Los chismes, los dimes y diretes, no son el mejor soporte para ejercer una acción política seria. Se precisa rigor y mucha más seriedad.
 

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