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economía - DOMINGO, 27 DE ENERO DE 2013


obra paralizada. reduan.

SECTOR DE LA CONSTRUCCIÓN
 

Estrangulamiento financiero de la Banca para el sector del ‘ladrillo’

Varias obras de la ciudad se encuentran paralizadas por la falta de crédito al promotor o por las dificultades para subrogar hipotecas al comprador
 

CEUTA
Alejandro S.

ceuta
@elpueblodeceuta.com

 Ceuta vive en la actualidad una situación financiera en el sector de la construcción que jamás se había podido imaginar: el estrangulamiento financiero causado por las entidades bancarias, a causa de la crisis económica, que impide la fluidez del crédito y mantiene en una paralización casi generalizada las obras que se desarrollan en nuestra ciudad, algunas de ellas en fase de construcción y otras, en período de cimentación. Un panorama desolador que mantiene al sector preocupado y deseoso de que la actividad económica se reactive, con la inyección económica del rescate.

En Ceuta se ven grúas, signo inequívoco de construcción, pero algunas de ellas llevan paralizadas algún tiempo. El sector del “ladrillo” se encuentra bajo una gran incertidumbre y preocupación, a la vista de un panorama desolador: no fluye el crédito. Las entidades financieras, aquéllas que hacían posible la dinamización del sector, primero con el “pinchazo” de la denominada “burbuja” inmobiliaria y después, a causa de la profunda crisis económica, se han visto involucradas en una vorágine de “productos tóxicos”, la “Sareb” (Sociedad de gestión de activos procedentes de la banca) también conocida como “banco malo”. De ahí que, por ejemplo en el caso de Bankia, haya cerrado la puerta al crédito cuando aquí en Ceuta, CajaMadrid ha liderado durante buen tiempo el capítulo hipotecario para la construcción. En la actualidad, las únicas entidades financieras solventes en cuestión de préstamos hipotecarios son los dos grandes: BBVA y Santander. Sin embargo, las condiciones para acceder al crédito se han endurecido.

La falta de crédito lleva a la paralización de obras como la existente en la calle Martín Cebollino que se encuentra en estructura u otra de Punta Almina en la calle Velarde, en situación medio paralizada o como la edificación que se levanta en el Paseo de la Marina junto a lo que era el Restaurante-bar Marina, que ha sido emprendida por el promotor con sus propios recursos y que a la hora de subrogar las distintas hipotecas de los compradores está encontrando serias dificultades para lograrlo, lo que ocasiona un estrangulamiento importante y difícil de eludir.

Caso aparte es la obra que se encuentra en fase de cimentación solamente en el solar en donde se encontraba la Farmacia Zurita en plena Plaza de los Reyes que, igualmente por falta de crédito no se ha levantado.

A todos estos imponderables derivados de que no fluye la prestación de dinero por parte de las entidades crediticias, hay que unir otro factor más y no menos gravoso para el sector de la construcción: el famoso porcentaje vinculado a la lista de compradores que exigen las entidades bancarias para otorgar el crédito al promotor que si antaño se cifraba en el 30% de la construcción lo que se exigía de estar comprometido para su venta, después ascendió al 60% y en la actualidad se sitúa en un nivel altísimo: el 80%. Quiere decirse que aquél promotor que no llegue a un banco con el 80% de sus construcción prácticamente vendida sobre plano, no tiene nada que hacer para obtener financiación. Si no aflora el crédito, si se continúan negando hipotecas a compradores, las obras continuarán paradas, lógicamente, no se venderán y el círculo se convierte en la pescadilla que se muerde la cola. Un círculo vicioso sin salida para el sector de la construcción que se encuentra agobiado, confiando que “los bancos se pongan en orden”, como nos ha dicho algún arquitecto porque reconocen que “el estallido de la crisis bancaria ha hecho mucho daño al sector de la construcción”.

Otro factor negativo con la falta de crédito es su incidencia en el mercado de segunda mano que, al decir de uno de nuestros informantes, “está perdido”. De esta manera, entre la falta de financiación a los promotores, la consiguiente paralización temporal de las obras, las dificultades de subrogación hipotecaria y, por si todo esto fuera poco, encima llega en el momento más crítico e inoportuno, la subida de impuestos. El IPSI para proyectos del promotor ha pasado del 4% al 9%, lo que ha supuesto rizar el rizo de un estrangulamiento financiero espectacular.

Con este sombrío panorama, el sector de la construcción se encuentra muy contrariado, incluso con la Ciudad Autónoma de Ceuta por la escasa sensibilidad mostrada en estos momentos de crisis económica, ya que en nuestra ciudad se han subido los impuestos en este sector.

En el propio Colegio de Arquitectos han comprobado la espectacular caída de los visados por la escasez de construcciones pero a la vez, igualmente han comprobado y no sin cierto estupor, como el Gobierno de la Ciudad ha subido la carga impositiva a un sector que se encuentra herido de muerte.

Otro tanto sucede en el mercado del alquiler, donde el capítulo de impuestos, igualmente ha experimentado una subida de la misma índole: ha duplicado su carga impositiva, pasando del 2% al 4%. Un capítulo recaudatorio que no se corresponde con la actual coyuntura económica de extrema dificultad que provoca un gran malestar en el sector.

Las críticas se acentúan cuando se evalúa el difícil trance del sector del “ladrillo”, la Ciudad promueve la denominada Escuela de la Construcción, se han hecho gestiones y establecido acuerdos para que las contrataciones de obreros serán en su mayoría de nuestra ciudad para estimular el empleo y, entrando en una profunda contradicción, se suben los impuestos, se grava al promotor y, encima, las entidades financieras cierran el ”grifo” de los créditos, ponen serias dificultades a las subrogaciones hipotecarias y, en definitiva, se produce un estrangulamiento, un verdadero colapso del todo el sector que mueve muchos millones de euros,

Por otro lado, si no se venden casas el Ayuntamiento tampoco percibirá el pago de impuestos derivados de la adquisición de viviendas ni tampoco el IBI correspondiente que anualmente se recauda y, en definitiva, la actividad económica se paraliza entrando en “vía muerta” y ralentizándose toda la dinámica que en otro tiempo fue muy fluida, próspera y rentable para todo el mundo.

Las críticas al Ayuntamiento no se ocultan: “Suben los impuestos cuando no tenemos mercado”. Una contradicción que no se corresponde con tantas reuniones para reactivar la actividad económica local.

“El sector está asfixiado, los convenios que hay pendientes no se firman”, se lamentan los promotores, los arquitectos, y demás persona vinculado a este sector. “Nos creíamos que la crisis no iba a llegar nunca a Ceuta, pero ya la tenemos aquí y se acusa”, nos dicen.

La falta de liquidez es un “handicap” en estos momentos y se estima que hasta 2015, no se emprenderán nuevas construcciones, si bien el problema actual es el final de las que ya están en marcha. Aunque siempre hay excepciones que cuentan con suficiente solvencia como son los casos de Africana de Contratas y Grupovi, las excepciones.
 


El crédito al promotor se eleva al 80% del valor del coste de la obra

Todo son problemas y dificultades en el sector de la construcción. Las entidades financieras aprietan en sus exigencias al promotor.Partiendo de que emprender una construcción con recursos propios es muy difícil, los promotores han de acudir al crédito y la situación actual se ha puesto tan exigente que cualquier entidad crediticia ha situado ya el denominado “crédito al promotor” en el 80% del valor del coste de la edificación y dado que el valor del suelo va aparte, y lleva otros créditos, el presupuesto de la edificación está encontrando serias dificultades en la actualidad. Antes, el promotor unía el crédito a la construcción con el del suelo y salía adelante en su proyecto. En la actualidad le resulta imposible aplicar esta fórmula y, menos si ha de aportar también la venta comprometida del 80% de la edificación.
 

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