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OPINIÓN - MARTES, 5 DE FEBRERO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Mindundi dañino
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Días atrás, cuando aprovechaba yo un rato de ocio en un corrillo, a esa hora vaga de mediodía, con el fin de convertirlo luego en literatura dominical, fui provocado por alguien que trabaja para la Federación de Fútbol de Ceuta. Lo cual no me causó extrañeza alguna. El personaje, en cuestión, no era un empleado del campo sino alguien en posesión de una carrera liberal.

No quise entonces relatar lo ocurrido. Ni ahora pasaré de lo dicho, si no me obligan las circunstancias, y tampoco lo habría hecho de no haber leído lo ocurrido el domingo en el Murube: donde Antonio García Gaona volvió a prohibir que la publicidad lograda por los directivos del Ceuta se exhibiera en el campo.

El presidente de la Federación de Fútbol de Ceuta sigue empecinado en perseguir al primer equipo local. Y lo hace a sabiendas de que es un desatino lo que viene cometiendo. Impropio de una persona que preside un organismo que recibe subvenciones cuantiosas por parte del alcalde. Abusando, sin duda alguna, de la protección que éste le dispensa en todos los sentidos.

El daño que le viene causando García Gaona al Ceuta es proporcional a la aversión que siente por las personas que dirigen al equipo. La inquina es superior a sus fuerzas y, por tanto, se deja ver en sus actuaciones. Que son indignas. Abyectas. Ultrajantes. Propias de tipos capaces de disfrutar tratando de echar abajo todas las ilusiones de quienes no ceden en su empeño de mantener con vida un equipo que él detesta. Siempre y cuando el equipo no esté manejado por sus amigos del alma. Los participantes en la famosa mariscada de Pontevedra. Por ejemplo.

Antonio García Gaona, presidente de un organismo cuyas cuentas nunca fueron auditadas. Porque durante mucho tiempo no existió ni contabilidad. O era tan impresentable como para tener que ocultarla. Cuando se le insiste al respecto, sólo sabe decir que él quería tanto al anterior presidente que jamás permitirá que nadie meta un haz de luz en las ya conocidas como las cuentas del Gran Capitán.

Semejantes declaraciones, más que ayudar al anterior presidente, un padre para él, según proclama a cada paso García Gaona, lo que hace es poner en evidencia su larga estancia en el cargo. Dando pábulo a que se puedan tener por ciertas las componendas que se hacían en ese organismo. Chapuzas económicas a la carta. Con el único fin de vivir algunas personas a costa de ellas.

Gracias a que nuestro alcalde y el presidente de la FFC se profesan mucho afecto, afecto indecible, el organismo viene recibiendo subvenciones cuantiosas. Lo cual en los tiempos que corren no son de recibo. Aunque ambos sean lo que son: amigos del alma que se han jurado amparo y protección contra todo lo habido y por haber.

Pero todo tiene su límite. Y lo que están haciendo con el Ceuta se resume así: es una canallada futbolística. Y un atentado contra los aficionados que acuden al Murube a ver un equipo que, sin apenas medios, los está divirtiendo con su juego. Mientras sus directivos se las ven y se las desean para poder cumplir con sus compromisos.

García Gaona, amén de las apetitosas subvenciones que recibe la federación por parte de la Ciudad, de su falta de transparencia económica, y de haber convertido el organismo en sitio donde son colocadas personas afines al Gobierno, está convencido de que la misión más importante que tiene es acabar con el Ceuta. Darle matarile. El odio hacia sus directivos es palpable. Y pasará a la historia como un mindundi dañino. Que se daba aires de grandeza.
 

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