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sucesos - MIÉRCOLES, 20 DE FEBRERO DE 2013


Hospital de la Cruz Roja de Ceuta. e.p.

justicia
 

Tres médicos van a juicio por una falta leve de negligencia con muerte en el año 2005

El juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº5 celebró ayer la vista oral, que duró más de cinco horas, y en la que declararon personal sanitario y la hija de la fallecida
 

CEUTA
Angela Gilabert

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº5 de Ceuta celebró ayer un juicio en el que estaban acusados tres médicos, y el Ingesa como responsable social subsidiario, por una supuesta negligencia leve médica con muerte. Los hechos ocurrieron entre octubre y noviembre de 2005 y el hijo de la fallecida interpuso la denuncia el el 2 de abril de 2006. Durante el jucio, que ha durado más de cinco horas, han comparecido dos de los médicos acusados, otro ha realizado una declaración por escrito. Asimismo, la hija de la fallecida ha asistió en calidad de testigo y su hermano como denunciante.

El juzgado de 1ª Instancia e Instrucción nº5 de Ceuta celebró ayer un juicio de faltas en el que estaban acusados tres médicos, y el Ingesa como responsable social subsidiario, por una supuesta negligencia médica leve con muerte. Antes de comenzar el juicio, el magistrado quiso recalcar la presunción de inocencia de cualquier imputado.

Los hechos se remontan al mes de octubre de 2005, cuando una anciana, J. de 73 años, ingresó el día 5 en el hospital de Ceuta por un cólico biliar. Tras pasar la noche en observación, la médica que estaba en el turno de mañana le ofreció la opción a los familiar de que continuara ingresada o que fuera al médico de cabecera, aseguró durante el juicio la hija de la fallecida. Finalmente optaron por ir al médico de cabecera.

El día siguiente, el 6 de octubre, la mujer vuelve a encontrase mal, así que regresan a urgencias. En este segundo ingreso, por la noche, le diagnosticaron una Colecistitis aguda. Tal y como han declarado los médicos en el juicio, existen varias opciones ante esta enfermedad. Por un lado un tratamiento conservador con antibióticos o uno más agresivo con cirugía. Los doctores que trataron a la paciente aseguran que optaron por el primero, ya que J. presentaba obesidad mórbida, avanzada edad y otro tipo de patologías que provocaban serías complicaciones.

El médico encargado de la paciente el día 9 comprueba que la colecistitis estaba evolucionando mal y por tanto optan por operar. Cuando el anestesista ve a la paciente comprueba que es peligroso operar por una serie de complicaciones que han surgido y que hasta que no se mejore la salud de la anciana no se puede anestesiar. “Lo que para la intervención fue el paro renal”, declaró uno de los doctores en relación a la negación del anestesista.

Para mejorar su situación le ponen una sonda el día 14 para alimentarla con más líquidos, pero el día 19 surgen diarreas con sangre y se interrumpen los antibióticos. Finalmente el día 20 remiten a la paciente a la UCI y el 21 es operada, aunque la infección y otras complicaciones provocan que la enferma no se recupere, y desde el día 20 es dependiente de las máquinas.

El desenlace llega el día 17 de noviembre de 2005 cuando fallece la anciana.

Durante el juicio han estado presentes dos de los médicos a los que se le acusaba de la falta, el tercero ha declarado por escrito.

El Ministerio Fiscal ha pedido una sentencia absolutoria ya que considera que J. fue bien diagnosticada en todo momento, pero que una serie de complicaciones llevaron a la mujer a la muerte. Por su parte, los abogados de la defensa -uno de ellos de la entidad aseguradora del Ingesa-también piden la absolución.

El letrado de la acusación particular solicita en cuanto a responsabilidad civil, entre otras indemnizaciones, por el homicidio por negligencia más de 46.000 euros para el primer hijo y 7.773 euros para el resto de los hijos (tenía un total de ocho), por lesiones permanentes una indemnización con un suelo mínimo de 77.639 euros y el máximo de 155.278 euros.
 


La prueba pericial de forenses y perito se realizó de forma conjunta e intercambiaron puntos de vista

Los forenses y el perito acudieron al juicio para informar sobre la prueba pericial y los informes que habían realizado de la asistencia que recibio la enferma. Aseguran que el día 7 de octubre se solicitó una radiografía en el que se apreciaban dos piedras, barro biliar y líquido alrededor de la vesícula. El perito afirmó que recibió el aporte “suficiente de líquidos”, aunque en este punto estuvieron todos de acuerdo en que faltan los datos exactos de la diuresis -control de la orina-. “Recoger la diuresis sí era un dato importante”, aseguró el forense. En cuanto al tipo de alimentación del día 14 el perito afirmó que “no fue una idea brillante, hay otras cosas mejores”, pero el forense contentó: “Pero mejoró, tampoco fue tan malo”. También declaró que los antibioticos fueron los habituales y que si no iban bien se debería hacer un cultivo, aunque el lugar de la infección de la enferma era recóndito. “La terapia es la que normalmente se pone, eso estuvo bien”, aseguró. Al no reducir la infección es cuando deciden intervenir a la mujer.
 


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