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					El Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta, el reverendo 
					Rafael Zorzona Boy, que ofició la Misa de 12 ayer en la 
					Iglesia del Valle con una nutrida presencia de feligreses 
					que abarrotaron el templo y a quienes fue saludando al 
					término del oficio religioso, en la puerta, ha concedido una 
					entrevista exclusiva a este periódico, sobre diversas 
					cuestiones de actualidad, sin poner el más mínimo reparo y 
					afrontando la realidad con toda valentía y sin eludir 
					ninguna cuestión de las que se le han planteado sobre la 
					reuncia del Papa benedicto XVI, la actual crisis económica 
					que se vive a nivel mundial, las ideologías políticas y la 
					persecución que se sigue contra la iglesia católica en medio 
					mundo, han sido cuestiones abordadas por el obispo. 
					 
					Pregunta.- Nos encontramos en el domingo en el que Su 
					Santidad, Benedicto XVI ha cantado por última vez el Angelus. 
					El próximo jueves acaba su pontificado y desde que anunció 
					su renuncia se han venido diciendo muchas cosas. Queremos 
					que, desde su perspectiva de prelado, nos diga qué mensaje 
					puede transmitir como Obispo de la Diócesis de Cádiz y Ceuta 
					al mundo cristiano. 
					 
					Respuesta.- Mire usted, poco más se puede decir de lo que ya 
					se ha dicho. Lo mejor que podemos hacer es atenernos a su 
					propia declaración. Es muy fácil aprovechar una ocasión como 
					ésta para hacer novelas. Y digo novelas, porque se han dicho 
					y se dicen cosas que son verdadera ciencia-ficción. 
					 
					P.- ¿Qué idea se puede transmitir, entonces, sobre la 
					renuncia del Pontífice? 
					 
					R.- Sobre lo que ha manifestado hay dos ideas a destacar: 
					una es su estado de salud, un venerable anciano con un 
					marcapasos, que sufrió dos ictus, que se fracturó la cabeza 
					del fémur y una muñeca, un hombre acostumbrado a una intensa 
					vida intelectual a sus 86 años de edad. 
					 
					P.- Cuando conoció la renuncia ¿qué sensación tuvo? 
					 
					R.- A mí, como testimonio personal y directo me recordó a mi 
					madre: tenía su misma edad, 86 años y estaba muy bien para 
					razonar pero no se tenía en pie. De manera, que en un 
					anciano venerable como Benedicto XVI será un estress 
					comprensible. 
					 
					P.- También se ha hecho una lectura que sirve de lección 
					para los políticos tan aferrados al poder ¿no? 
					 
					R.- En efecto. Cuando tantos mandatarios se aferran al poder 
					de manera obsesiva, hay que resaltar en este caso que nos 
					ocupa la libertad espiritual del Papa Benedicto XVI. 
					 
					P.- Ya que habla de los políticos, ¿cómo se explica que 
					el Papa haga lo que no son capaces de hacer los políticos 
					con su apego, casi enfermizo, al poder? 
					 
					R.- Pues muy sencillo: es posible porque en la Iglesia la 
					autoridad se vive como un servicio al prójimo y en el mundo 
					de la política se hace con un sentido de poder. 
					 
					P.- ¿Hay que entender que el Papa Benedicto XVI ha 
					ejercido su libertad con pleno convencimiento? 
					 
					R.- Sí. Su labor de servicio es agotadora, pero ha ejercido 
					su renuncia con la misma libertad que también aceptó ser 
					Vicario de Cristo en la tierra. Con esa misma libertad 
					acepta su propia debilidad a consecuencia de una precaria 
					salud física y renuncia. 
					 
					P.-Una reflexión profunda que le ha hecho dejar su 
					Ministerio apostólico, sorprendiendo al mundo. 
					 
					R.-Como ama a la Iglesia, sabe lo que quiere el Espíritu 
					Santo y lo que éste finalmente designará. Y además, ha dado 
					un ejemplo de que nadie somos imprescindibles. 
					 
					P.-Cambiando de tema: ¿Qué puede decir la Doctrina Social 
					de la Iglesia sobre las situaciones que se están dando en la 
					actualidad y que tanto proliferan, a consecuencia de la 
					austeridad por las profunda crisis económica, con ese 
					“rosario” de desahucios y suicidios que llevan a tantas 
					personas a situaciones límites, a la precaria coyuntura 
					actual de crisis económica, a tanta desesperación? 
					 
					R.-Hay que conocer en profundidad la Doctrina Social de la 
					Iglesia para difundirla. Le puedo decir que ya la Iglesia se 
					anticipó a la crisis económica actual que tiene su origen en 
					una verdadera crisis de valores y también, crisis de fe. 
					 
					P.- ¿Cuál es su reflexión sobre este particular? 
					 
					R.- Sin principios éticos es muy difícil que la convivencia 
					se ajuste al bien, a la verdad y a la justicia. No se puede 
					olvidar que, en este caso, la ley del más fuerte, es la ley 
					del egoísta y esta actitudes, estas conductas, provoca 
					desequilibrios. 
					 
					P.-¿Qué lectura se hace desde la Iglesia a esta 
					situación? 
					 
					R.- Mire usted, en la Iglesía funcionamos con la caridad: 
					los pobres comparten sus necesidades con otros. Los que 
					pasan necesidad comparten esas necesidades con otras cosas. 
					 
					P.- Queremos conocer su opinión acerca de los 
					comportamientos reivindicativos que, a veces, se tienen en 
					la calle contra la Iglesia. 
					 
					R.-El hombre de Dios con mirada sobrenatural es capaz de 
					iluminar con la Palabra de Dios en un mundo conflictivo y 
					con problemas. Las mentalidades totalitarias impiden la 
					libertad religiosa y aquéllos que se dicen progresistas, en 
					ocasiones tratan de ridiculizar a la Iglesia Católica y no 
					lo hacen con otras religiones porque sus mentalidades 
					totalitarias quieren dominarlo todo y no reconocen la 
					importante labor social, de ayuda a los más necvesitados que 
					hace la Iglesia a través de todos los tiempos. 
					 
					P.-¿Hasta dónde nos lleva esta situación que llama de 
					“conflicto”? 
					 
					R.- Hoy ser cristiano supone estar perseguido por medio 
					mundo. 
					 
					P.-¿Qué opina de las diferentes ideologías políticas? 
					 
					R.- Que no respetan la opinión del otro. Hay una cuestión 
					fundamental: las ideologías, sean del signo que sea, han de 
					confrontarlas con la realidad y no vivir de espaldas a ésta. 
					 
					P.- Estos comportamientos ¿a qué conducen? 
					 
					R.- El totalitarismo nada más que acarrea problemas. Y a 
					través de la historia, tenemos muchísimos ejemplos. 
					 
					P.- En su Homilía ha dicho que hay que rezar por el Papa. 
					 
					R.- Sí. Para que el Señor disponga el Papa que necesitamos, 
					para que nos anime con su palabra. 
					 
					P.- ¿Y cómo ha de ser el papa que necesita en estos 
					momentos la Iglesia y la Comunidad Cristiana, cuál ha de ser 
					su perfil ideal? 
					 
					R.-En mi opinión, ha de ser un hombre de Dios, con mirada 
					sobrenatural, capaz de iluminarnos con la Palabra de Dios en 
					un mundo actual muy conflictivo y problemático. Un mundo que 
					acepta muy mal las mentalidades totalitarias que impiden la 
					libertad religiosa. 
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