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                     Y no es para menos. Volvemos a 
					situaciones típicas de juegos de palabras como:”el juez 
					juzgado o el alguacil alguacilado”. 
					 
					Pero en este caso es mucho más complicado, cuando los 
					encargados de que haya vigilancia y seguridad intervienen de 
					forma que esa vigilancia no ha existido, o si ha existido no 
					ha dado la seguridad que se pide en estos casos. 
					 
					Y todo esto viene a cuento de que la Policía Nacional detuvo 
					a los autores del robo de 5.000€ en el Mercado Central. 
					 
					No es que se tratara de coger unos cuantos euros para poder 
					tomarse un par de cafés, con o sin leche, sino que fueron 
					donde lo había y no parece que haya ninguna duda, por cuanto 
					los propios detenidos, que han reconocido su participación 
					en los hechos, trabajaban en el turno de noche, como 
					vigilantes del mercado. 
					 
					Los resultados de la investigación no han tardado en dar sus 
					frutos, por cuanto el robo, en cuestión, se produjo a 
					finales de enero, concretamente, el día 29 en este Mercado 
					Central de Ceuta. 
					 
					Los vigilantes, a los que no se cogió con las manos en la 
					masa, pero que tras las averiguaciones han confesado su 
					autoría, han llegado, incluso, a devolver parte del dinero 
					que habían cogido y que no era suyo. 
					 
					Buen trabajo de la Policía Nacional, ahí estaba cerca, pero 
					no era lo más fácil, aunque solo fuera porque no es lo 
					normal que los vigilantes tengan que ser ellos mismos 
					vigilados, al haberse perdido la confianza en ellos. 
					 
					En un comunicado de prensa, la Policía Nacional informó hace 
					ya varios días de la detención de los presuntos autores del 
					robo de una caja fuerte con 5000€. 
					 
					Y otro asunto a enfocar, aquí ya no parece que sea seguro 
					casi nada, puesto que incluso la caja fuerte puede ser 
					“trasladada” de sitio, si es que no forzada allí donde 
					estaba. 
					 
					Está claro que los finales de enero, tras la cuesta famosa, 
					son muy duros, no dan para casi nada y, por tanto, hay 
					quienes buscan por ahí fuera lo que puedan coger, suyo o de 
					los demás y en este caso han tirado más que de lo propio, de 
					lo ajeno. 
					 
					Y ello ha sido así y se ha quedado sólo en eso, porque 
					además de esa caja fuerte hubo algún otro local que estuvo a 
					punto de, también, ser saqueado. 
					 
					La situación nos parece complicada o incluso más que eso y 
					ya veremos cual va a ser el futuro de estos “¿vigilantes?” y 
					de las vigilancias que personas de este tipo u otras van a 
					poder llevar a cabo. Y es que los hechos se han producido 
					después de que la Ciudad determinara suprimir el servicio de 
					Seguridad Privada que era la que desarrollaba las labores de 
					vigilancia del edificio. 
					 
					Y el problema principal, por esto y por situaciones futuras, 
					se empieza a agravar ahora, por cuanto la detención se da en 
					dos trabajadores del plan de empleo a los que habían 
					colocado, como vigilantes, en el Mercado Central. 
					 
					Uno, llegados a estas situaciones, no sabe como poder 
					enjuiciar hechos de este tipo, pero lo que sí se nos ocurre, 
					a bote pronto, es que dar un puesto de mucha responsabilidad 
					a personas que no son expertas en eso, sino que son los 
					primeros que han llegado, eso puede traer consecuencias como 
					ésta. 
					 
					El plan de empleo soluciona, de momento, situaciones 
					complicadas a muchas personas, pero no parece que, desde el 
					principio, sean las personas más ideales para puestos de 
					gran responsabilidad, desde el primer día que lleguen ahí. 
					Eso es lo que parece. 
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