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sucesos - JUEVES, 28 DE FEBRERO DE 2013


sede de los juzgados de lo Penal. e.p.

tribunales
 

Un procesado increpa a la Sala de lo Penal por la pena que él mismo acepta

El acusado al salir de la juzgado preguntó que si estaban “contentos” por la condena con la que se había conformado
 

CEUTA
Angela Gilabert
ceuta
@elpueblodeceuta.com

El acusado intentó robar en el bar-casino de La Legión y le acusaban de un robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa. El procesado se conformó con una pena de nueve meses de prisión que le pareció excesiva y pidió que se tuviera en cuenta su condición de ex drogodependiente y que cuando sucedieron los hechos estaba con el “mono”.

El día 28 de febrero de 2011 Yusef A. intentó robar en el Bar-Casino de la Legión. El hombre accedió a las intalaciones escalando por el muro exterior que está en la zona de la playa. Propinó una patada a la puerta del bar y accedió a él, pero no se llevó nada.

Ayer en el juzgado de lo Penal nº1 de Ceuta le enjuiciaba por un delito de robo con fuerza en las cosas en grado de tentativa, pero el juicio no llegó a celebrarse porque aceptó una conformidad de nueve meses de prisión y pagar las costas procesales.

La jueza le recordó que al tener antecedente debería cumplir la pena. Ante este hecho el acusado aseguró que cuando cometió los hechos estaba con el síndrome de abstinencia a causa de su condición de ex drogodependiente y que solicitaba que se suspendiera la condena por esta causa. En ese momento la magistrada le informó que eso era competencia del juez de vigilancia penintenciaria y que su abogada debería solicitar la suspensión, así como aportar los documentos que fueran necesarios para que se la concedieran.

A pesar de que él mismo había aceptado la pena mostró su disconformidad por una pena que él valoraba alta, y en ese caso el fiscal le dijo que si en dos años no cometía ningún delito, el agravante de reincidencia se borraría.

Finalmente, cuando el procesado abandonaba la sala esposado y acompañado de un policía nacional, increpó a la sala -en la que se encontraba la jueza, el fiscal y su propia abogada- preguntándoles si estaban “contentos”, haciendo referencia a la pena.
 

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