No hay sesión del hemiciclo en la
que se enfrenten Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba en
la que no aparezca un nuevo pasaje con el cual los que
tienen por obligación escribir los comentarios o reseñas (“bloguistas”,
se llaman ahora lo que toda la vida de Dios han sido
comentaristas o columnistas) de lo que ocurre en el
parlamento y, más, en días que se llevan a cabo sesiones de
“alto voltaje” como pueden ser, y de hecho lo son, las
dedicadas al Estado de la Nación, a algunas de las cuales
nos hemos referido en distintas ocasiones utilizando el
símil de un combate de boxeo, o sea, reseñando los “golpes”
que se diferencian entre si ya sean claramente de distinta
trayectoria o de la forma de ejecución de los mismos. Así
los hay que se denominan “directos” (jab), laterales
(crochet), ascendente vertical (uppercut o gancho), mixtos o
golpe lateral con puño rotado (swing), hook (golpe similar
al uppercut pero dirigido en vez de al mentón al cuerpo) y
otros mas que no nos hemos entretenido en buscar.
Ahora las tornas, para nosotros, se han modificado: en vez
de golpes se han intercambiado diatribas y hemos visto como,
por parte de Mariano Rajoy se han utilizado las fichas,
quizás con mas enjundia que los golpes, que le hubieron sido
confeccionadas por sus adláteres Soraya Sáez de Santamaría
(“nada de brotes verdes ni nubes pasajeras, ni anticipos
primaverales”), es decir, directo o jab al mentón de su
opositor Rubalcaba, dicho sea de paso entablado en una pelea
de “pesos libres”, ya que el representante socialista
(pluma), en su confrontación con el líder popular (categoría
de los pesados) quedó superado en peso, estatura y
envergadura, además en dialéctica, de su oponente.
Otro golpe lateral (crochet) fue aquel en que anticipándose
a las propuestas del ex-Vicepresidente del Gobierno,
solicitó se procediera a una auditoría para conocer los
bienes de todos los cargos públicos, antes y después de sus
mandatos, y un amplio acuerdo para evitar la corrupción,
(“el estado general de la corrupción no es verdaderamente,
eso es una insidia”), final que creemos no le fuera
facilitada por un tal Bárcenas, experto en estas lides. Mas
bien pensamos que se la redactaría el Ministro de Justicia
Ruiz Gallardón.
“Tenemos un futuro y eso hace un año que no lo teníamos”
frase que sonó como un uppercut o gancho directo al mentón y
de la que tanto Rubalcaba como Soraya Rodríguez (apuntadora
que no confeccionadora de fichas del jefe de la oposición),
disentían con evidentes giros laterales de cabeza.
Después toda una serie de asaltos (en los que ofreció una
extensa gama de golpes) como que el abono del I.V.A. se
llevará a cabo una vez efectuado el cobro de las
facturaciones; apertura de un crédito de 45.000 millones de
euros para apoyar la liquides de las Pymes; acuerdos
logrados después de maratonianas sesiones en la cumbre
europea, “sin quedarse ni dormido ni despachar el asunto a
la media noche”; situación del déficit público en menos del
7 %; que el año 2013 será el último año de la recesión y que
las cosas empezaran a mejorar en el segundo semestre lo que
afectará para bien al paro; la próxima entrada en vigor de
las 50 medidas de apoyo al emprendedor y de estimulo al
crecimiento y a la creación de empleo; rectificación de las
tasas judiciales para la asistencia jurídica a determinados
colectivos… O sea, toda una colección de fichas, algunas
redactadas por el equipo de gobierno (que para eso están ahí
y entienden de su parcela) y, otras, pudiéramos llamar, que
son las fichas con que su autor, Mariano Rajoy, se presentó
en el Congreso (que no es el Madison Square Garden de Nueva
York) para salir airoso (inferioridad manifiesta de su
contrario al final del combate) ante su débil opositor
Alfredo Pérez Rubalcaba.
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