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					La Ciudad Autónoma niega toda responsabilidad, e incluso 
					la existencia de las demandas judiciales presentadas por un 
					ciudadano al que a consecuencia de una obra ilegal de sus 
					vecinas acabaron tirándole su casa, ubicada en el Recinto 
					Sur. Jesús Sánchez Baglietto denunció por primera vez el 
					caso ante la Consejería de Fomento en 2005, y aunque se 
					reconoció que la causa de las grietas en su vivienda era el 
					recrecimiento ilegal de la casa contigua, al final la que 
					acabó derribándose de oficio fue la suya y las de otros 
					vecinos afectados. El caso se encuentra ahora en apelación 
					ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). 
					 
					La Ciudad ha optado por negar la evidencia en el caso de un 
					vecino del Recinto perjudicado por una obra ilegal. El 
					calvario de este ciudadano, Jesús Sánchez Baglietto, comenzó 
					en el año 2005, cuando presentó sus primeras denuncias ante 
					la Consejería de Fomento y la Policía tras aparecer en su 
					vivienda unas grietas que, tal como confirmarían después los 
					técnicos de la administración, eran consecuencia de una obra 
					ilegal realizada por unas vecinas. Pero lejos de atender sus 
					denuncias, que le llevaron a interponer una demanda 
					judicial, la Ciudad acabó decretando la ruina de su casa, 
					que demolió de oficio; además, y tal como relató a este 
					diario el pasado 18 de febrero, le reclama los 4.000 euros 
					que costó el derribo.  
					 
					Preguntada sobre este caso, la subdirectora general de 
					Fomento, Carolina Pérez, negó la existencia de las múltiples 
					denuncias presentadas por Sánchez Baglietto, y aseguró que 
					su vivienda “se declaró en ruina, se le dieron todos los 
					plazos y como ni alegó que le causaran daños ni nada, cuando 
					llegó la sentencia, se demolió”. 
					 
					“Si le causó daño un tercero no fue el ayuntamiento, pero se 
					le dieron los plazos legales establecidos para que se 
					personara y alegara y dijera, y no consta nada”, reiteró. 
					Pérez afirmó que “en todo caso sería un tercero al que 
					tendría que haber denunciado, ante la Ciudad y en el 
					Juzgado, y eso este señor no lo hizo”. “Ahora bien, si 
					quiere denunciar al ayuntamiento..., el ayuntamiento no hizo 
					esa casa”, agregó la subdirectora de Fomento, quien repitió 
					que en la Ciudad “no consta nada” y que “en todo caso 
					debería haber denunciado en Obras Públicas y también en el 
					Juzgado”, porque la Ciudad “no ha construido eso”. “El 
					ayuntamiento ve una casa que tiene grietas y que está en 
					ruinas, se le da los plazos, que además son larguísimos 
					hasta que se llega a la demolición”, apuntó, para agregar 
					que al que le había causado daño en sus bienes “ni se le 
					denunció ni nada, o al menos en el expediente no consta 
					nada”. 
					 
					En la misma línea, la responsable de la Subdirección de 
					Fomento reiteró que “lo que habrá dicho este señor es que a 
					él le tiró la casa el ayuntamiento cuando el culpable es el 
					de al lado y no se le hizo nada”, pero repitió que “tenía 
					que haber presentado denuncia y una valoración técnica y 
					denunciar al señor ese que dice que tuvo la culpa”.  
					 
					Según la documentación facilitada por los abogados que 
					representan a Sánchez Baglietto, a la primera de las 
					denuncias que presentó ante el ayuntamiento, el 11 de agosto 
					de 2005, se le respondió diciendo que la Ciudad no tenía 
					competencia por tratarse de “daños a terceros”. Como estos 
					daños se agravaban, solicitó una inspección. Aunque 
					volvieron a decirle que la Ciudad no era competente, esta 
					vez el arquitecto técnico municipal informó de la apertura 
					de un expediente de disciplina urbanística a los causantes 
					del daño en su vivienda, los vecinos, por realizar “obras 
					sin licencia consistentes en la ampliación en una planta más 
					castillete”. Esto fue el 16 de marzo de 2006, pero las 
					medidas y la ejecución de la demolición por Fomento llegaron 
					finalmente más rápido en el caso del vecino perjudicado que 
					en el del infractor.  
					 
					Sánchez Baglietto llegó incluso a contratar, por cuenta 
					propia, un perito que tasó los daños en su vivienda en 5.950 
					euros, en un informe en el que en ningún momento se le 
					advirtió de la ruina del inmueble ni de la “previsión” de 
					que pudiera producirse. 
					 
					La demanda judicial contra las vecinas -que como señalaba el 
					afectado se lucraron con la venta de la casa en parte ilegal 
					y ya no viven en Ceuta- se formuló el 4 de julio de 2006. A 
					pesar de los recursos de las demandadas, la Justicia 
					reconoció al perjudicado su derecho a una indemnización por 
					los daños causados en su casa. 
					 
					Pero entre tanto, las grietas y el hundimiento de la 
					vivienda de Sánchez Baglietto y de “toda la hilera 
					colindante” se agravaron. El 5 de noviembre de 2008 pidió de 
					nuevo una inspección a la Consejería de Fomento, cuyos 
					técnicos decretaron la ruina inminente de su vivienda y 
					constataron el “hundimiento del acerado y de la solería” en 
					el linde con la casa ilegal, “de lo que se deduce que se ha 
					podido producir un descenso en el plano de cimentación del 
					edificio debido al aumento de cargas que se ha producido en 
					el terreno una vez ejecutada la edificación”. Junto a la 
					suya también fueron declaradas en ruina otras tres 
					viviendas, de modo que la única que quedó en pie fue la 
					causante del daño, tal como señalan en la demanda. 
					 
					La abogada de Sánchez Baglietto, Caridad Casadevante, 
					ironizaba respecto a la respuesta dada por la Ciudad 
					Autónoma a este diario: “A mi no me gusta decir que mienten, 
					quizá es que se han perdido los papeles”. 
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					El caso, recurrido ante el Tribunal Superior de Justicia de 
					Andalucía 
					A las respuestas negativas de la 
					Ciudad -denunciada también por el afectado ante la Justicia 
					por no ejercer sus competencias-, la víctima de esta 
					situación suma una sentencia en su contra del Juzgado de lo 
					Contencioso Administrativo nº2 del Tribunal Superior de 
					Justicia de Andalucía (TSJA). Con un razonamiento “similar” 
					al que utilizó el letrado de la Ciudad Autónoma, el juez 
					acusa al denunciante de que desde el informe pericial de 
					2006 no consta actuación alguna por su parte “tendente a 
					reparar o al menos estabilizar” las patologías apreciadas en 
					su vivienda. Según el juez es por tanto, su “conducta 
					omisiva” la causa de la ruina del inmueble. Esto a pesar de 
					que Sánchez Baglietto denunció la situación desde que 
					aparecieron las primeras grietas y de que el informe de 
					2006, alega, “no exigía la reparación urgente de los daños” 
					ni alertaba de la posible ruina. El demandante presentó, en 
					septiembre de 2012 un recurso de apelación ante el TSJ. 
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