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					La jornada del Viernes Santo Magno concluyó finalmente 
					con la recogida de la hermandad del Santo Entierro en el 
					Santuario de Nuestra Señora de África tras permanecer 
					durante unos instantes resguardada en la Santa Iglesia 
					Catedral donde realizó Estación de Penitencia, mientras se 
					abría un claro en el cielo ceutí tras la aparición de la 
					lluvia.
 La cofradía del Santo Entierro se encargó de poner el punto 
					y final a un Viernes Santo Magno que contó con la presencia 
					de todas y cada una de las hermandades que componen el 
					Consejo de Hermandades y Cofradías de Ceuta a excepción de 
					la hermandad de los Remedios, las cuales con su insignia más 
					importante, el ‘Bacalao’, escoltada por dos varas a ambos 
					lados engrosaron el cortejo de la Hermandad del Santo 
					Entierro.
 
 Como viene siendo tradicional, las mujeres costaleras 
					portaron con mimo al Cristo yacente, demostrando una vez más 
					la seriedad y el compromiso de estas para con la Semana 
					Santa y el Titular de la Hermandad, mientras que la imagen 
					de Nuestra Señora de la Soledad evitó quedarse un año más en 
					el Santuario de África gracias a los costaleros del 
					Medinaceli y María Santísima de los Dolores que aportaron su 
					granito de arena, como ya hicieran otras hermandades en años 
					anteriores, para que la Titular de la Hermandad completara 
					la jornada y se reencontrara con los ceutíes después de no 
					procesionar los últimos dos años por la lluvia.
 
 El comandante general hizo de representante Real y un 
					piquete de Artillería acompañó musicalmente al Cristo 
					Yacente con cornetas y tambores, mientras que la Banda 
					Municipal fue la encargada de tocar las marchas pertinentes 
					a Nuestra Señora de la Soledad, la cual procesionó sin el 
					techo de palio.
 
 Al igual que al resto de hermandades que procesionaron el 
					pasado Viernes Santo, la lluvia sorprendió a la cofradía a 
					la altura de la calle Jáudenes, pudiéndose guarecer de la 
					lluvia en la Santa Iglesia Catedral, donde entró para 
					realizar su Estación de Penitencia así como para esperar que 
					se hiciera un claro en el cielo de Ceuta para finalmente 
					proseguir con su itinerario y llegar hasta el Santuario de 
					Nuestra Señora de África, donde se puso el punto y final al 
					Viernes Santo Magno. Por último, el presidente del Consejo 
					de Hermandades, Juan Carlos Aznar, destacaba el 
					coportamiento “ejemplar” de todas las hermandades que 
					acompañaron al Santo Entierro.
 
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