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OPINIÓN - VIERNES, 12 DE ABRIL DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Discurso vibrante de Mohamed Alí
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Leo con interés parte del discurso de Mohamed Alí en el Debate del estado de la Ciudad. Y me alegro de que haya recuperado ese tono vibrante que lo distinguía cuando daba sus primeros pasos en la política y me contaba en el salón de estar del Hotel Tryp sus ideas con un entusiasmo contagioso.

Además, valoro en gran medida que haya prescindido de los consabidos folios escritos para no salirse del guión establecido de antemano. Es decir, que ha acometido su intervención sin echar mano de la red de seguridad que significa llevar escrito cuanto se va a decir.

Lo dicho, o sea su arenga política, ha llegado en un momento crucial para su trayectoria política. No en vano Mohamed Alí estaba necesitado de dar señales de vida como líder de la Coalición Caballas. Puesto que llevaba muchísimo tiempo sometido a las directrices marcadas por Juan Luis Aróstegui. Sometido a su voluntad.

Aróstegui, en cuanto Caballas y PSPC firmaron el pacto, fue quitándole protagonismo a MA y hasta se permitía el lujo de decir de él, entre sus amistades, que el líder del partido musulmán era más que pardillo, perezoso en extremo. Es decir, un vago. Y que se había acostumbrado muy pronto a que él, Aróstegui le sacara las castañas del fuego. Es más, no dudaba en jactarse de haberle presentado en sociedad. En esa sociedad de los organismos que tanto y tan bien dice conocer el sindicalista.

Por todo ello, y porque Aróstegui no es de fiar, me ha sentado más que bien el discurso de Mohamed Alí en el Debate del estado de la Ciudad. Me ha encantado verlo expresarse de corrido y poniendo a contribución la palabra cálida y la denuncia basada en desgracias que a todos nos duelen. Sean quienes sean los que la padezcan.

Ahora bien, dicho lo dicho, me gustaría preguntarle a Mohamed Alí si su cerrada defensa de los más necesitados, expresada a voz en cuello y con la expresión compungida, es debida a que está defendiendo ya su liderazgo al frente de una coalición musulmana, que le exige, para ser su hombre fuerte, que deje a Aróstegui en la estacada.

Si es así, pues en política todo cabe, excepto robar, bien haría Alí en decirnos que, más pronto que tarde, deberá decirle adiós a Aróstegui. Que no lo necesita más. Que está perdiendo el tiempo a su vera. Y que él se debe a la llamada de esa coalición musulmana que desea participar en las próximas elecciones.

Mientras tanto, Aróstegui, que lleva mucho tiempo esperando que los socialistas lo reclamen para que sea el candidato de ellos en la ciudad, está pendiente del hecho. De momento, su capital político, que era contar con el voto de todos los musulmanes de la coalición Caballas para llenar las urnas en su momento, se ha venido abajo. Al encontrarse con la desagradable sorpresa de ese nuevo partido musulmán que reclama a Alí que se separe, cuanto antes mejor, del sindicalista. Ya que los votantes de religión musulmana lo tienen muy mal catalogado.

En fin, que a mí me ha gustado sobremanera la actuación de Mohamed Alí en el Debate del estado de la Ciudad, ya que le visto como en sus mejores tiempos. Que fueron los de sus comienzos en la política de esta tierra. Cuando iba a pecho descubierto y exhibiendo un entusiasmo contagioso de ideas y proyectos. Luego, tras dar bandazos absurdos, cometió el error de unirse a un socio perdedor.
 

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