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OPINIÓN - LUNES, 22 DE ABRIL DE 2013

 
OPINIÓN / COLABORACION

Una puerta para mi Cristo, una puerta para mis Penas

Por Rafael López García de Vinuesa


Hace ya años (2006 creo recordar) publique un artículo en la Prensa local y titulado “Una Puerta para mi Cristo, Uuna Puerta para mis Penas” y en la que, jugando con los recuerdos de mi niñez, contaba una historia de un padre y su hijo, aficionados coleccionistas ambos, y que cada Domigo se reunían , junto a otros muchos padres con sus hijos, en aquella antigua Placita de los Reyes... Aquella Placita con aroma a misa de once y después al “Matiné” del Cine África con el traje exclusivo de los domingos -esto es: camisa y rebequita de punto blanca y aquellos tan odiados pantalones cortos, junto con unos zapatos relucientes con los que no se podía echar ni tan siquiera un último “partidito” antes de subir a casa a comer, como cada día festivo, aquel maravilloso pollo asado junto con la mejor ensaladilla rusa del mundo ¡la qué hacía mi madre! un pelín de vino con mucha “Casera” y, cuando terciaba, una buena bandeja de pasteles del “Vicentino”- ; Placita con aquel sabor genuino a la mar salada de los “burgaillos”...¡A peseta oiga, a peseta! Y al “Barquillero” con su peculiar ruleta en la que el mayor tesoro para aquellos niños de entonces era el que, trás los varios giros de rigor, esta se detuviera en el punto mágico que marcaba dos barquillos ¡con qué poco se conformaba uno! ; Y el color de los “Estancos verdes” y de aquellas “barras” desde las que mis hermanos mayores, sentados un día trás otro, esperaban el paso de aquella hermosa chica “caballa” de pelo castaño y ojos color como la mismísima miel... Y ella pasó y se quedó para siempre dentro de nuestros corazones...

No sé si recordaréis que hablaba de una colección que llevo realizando junto a mi padre, el coleccionista, desde hace ya casi cincuenta años... De los cuales los últimos trece o catorce, y por desgracia para mí, , lo he ido intentando, de la mejor manera que él me enseñó, completar sin su vital ayuda ¡Cincuenta años! ¡Toda una vida! Os recuerdo que la colección de la que os hablaba versaba sobre la Iglesia de San Francisco... Y de la que me faltaba un “cromo” ¡Un solo “cromo”! “Cromo” que, siete años más tarde, aún sigo sin conseguir... Pero por el que, y hasta el día en que me muera, seguiré luchando... Y del que como buy bien decía nuestro Hermano Mayor: “Rafa: ten por seguro qiue contaremos y contarán nuestras próximas generaciones que hubo una Hermandad que luchó por el engrandecimiento y el Amor hacia unos Titulares... Contaremos y contarán que lo mejor que posee esta Hermandad, su mayor tesoro, no es otro que su patrimonio humano con letras mayúsculas... Y que, en un momento dado, alzaron la voz no solo para pedir una puerta.., la alzaron para que, através de la Hermandad y en consonancia total con los Padres Agustinos encargados de dirigir la Iglesia, la juventud se acerque a ella; para poder cantar a los cuatro vientos que Nuestro Padre Jesús y Nuestra Madre la Virgen María salen de la Casa de Dios y poder hacer así felices a tanta y tanta gente; y a la vez, cuando llegue la Cuaresma, podamos contarles a los más “peques” de nuestro querido Colegio San Agustin el por qué el Señor de la Humildad y Paciencia lleva una corona de espinas, un cetro o una clámide purpura... y por qué somos nosotros precisamente, y en su mayoría, alumnos y exalumnos del colegio los encargados de portarlo sobres nuestros hombros por las calles de nuestra ciudad, haciendo Estación de Penitencia. Y vuelvo a repetir ¡Haciendo felices a tanta gente! Rafa: ese “cromo” tiene que llegar y llegará, y si por desgracia no fuera así, que no nos quede a ninguno la sensación de que no hicimos todo lo posible y hasta lo imposible por conseguirlo”.

Esto como os digo, es uno de lo muchos comentarios existentes en una página del tan traído y llevado “Facebook”... Y que yo aproveché para continuar nuestra lucha, que no por se yo quien la escriba es solo mi lucha, con el fin de conseguir tan ansiado “cromo” ¡Esto de las redes, bien utilizadas, por supuesto, es la repera!

Allí pude encontrar comentarios de personas que residían fuera de la ciudad. Unos en Cádiz, Sevilla o Madrid; otros en Zaragoza, Tenerife o Valencia; otras en Málaga, Asturias o Segovia y que se unían a mi petición con palabras... Unas hechas desde la sensatez: “La Iglesia debería ser parte del Pueblo. Se puede respetar el patrimonio sin olvidar el uso del mismo. Seguro que hay una solución que contente a todos y se pueda hacer esa puerta que tanta gente desea. Yo también quiero unirme a esa petición”... O aquellas otras quizás más apasionadas y cargadas de nostalgia: “Yo soy una de esas madres que acompañaban a sus hijos detrás del palio de la Señora. Ahora no vivo en Ceuta, mi hijo tampoco, pero nadie nos quita ese regusto y esa emoción cofrade. Ese temblor que se siente al acompañar, una veces en silencio, otras rezando, quizás llorando, pero siempre con Ella. Atrás quedaban los pregones de pirulíes y burgaos y nos envolvía en incienso mezclado con el olor a mar, pero no a un mar cualquiera ¡No! El aroma inconfundible del mar de Ceuta, el auténtico, el único... Han pasado los años y por desgracia no he vuelto a verla en olor y en carne, pero sí en mi memoria, sí en mi corazón de caballa y cofrade, sí en mi pasión. Y como la imaginación, el deseo y la esperanza son libres y tiene alas, desde aquí quiero añadir mi voz a la de los que piden una puerta. Una puerta para mi Cristo de la púrpura clámide y una puerta par mi Virgen de la carita de Reina. Una puerta para acercarse aún más si cabe al corazón de sus hijos. Una puerta para llegar al Cielo con Ellos. Una puerta por donde puedad salir y entrar nuestra Humildad y nuestra Pena. El llanto eterno de la Madre. el amor sublime del Hijo. Que ellos os bendigan siempre”.

He recuperado amigos de la infancia y la juventud de los que hacía más de treinta años que no sabia de ellos. Costaleros que fueron en su día y que hoy se encuentran a miles de kilometros de la ciudad que los vio nacer, y que como cada Jueves Santo me dicen: “ Hace aproximadamente la friolera de veintisiete años que por motivos de trabajo tuve que dejar, muy a mi pesar, de ser costalero del Cristo de la Humildad y Paciencia y no ha pasado un solo año desde entonces, que desde los multiples destinos que he tenido no me haya acordado de los diez u once años que tuve la enorme suerte de llevarlo en mis espaldas junto a otros compañeros de entonces ¡Inolvidable época! Desde entonces la Humildad y la Paciencia hasn sido pautas en mi vida. Rafa, con el deseo ferviente de que tu colección de “cromos” se complete y así yo te lo pueda cambiar para completar la mía... Desde la distancia”.

Apoyos de gentes más conocidas en este mundo de la Semana Santa (Hermanos Mayores de otras Hermandades, Pregoneros, Capataces y costaleros), otra por su labor en otros ámbitos como el arte o la cultura. Como aquel que me decía: “Se dice que nuestra casa es nuestro Templo, con lo cual deseo a todos los hermanos de las Penas que su casa sea su Templo y su Templo sea por fin su casa. Veréis como con humildad llegará esa Puerta para mi Cristo, esa Puerta para mis Penas... Una petición, casi plegria, que todo el mundo cofrade realiza casa año cuando llega vuestra salida y que nos llenará de alegria cuando tenga por fin respuesta. Aunque mejor que decir vuestra salida, debería decir nuestra salida porque sin ser hermano siento a la Hermandad como algo mío... Seguir así, con ese trabajo paciente pero constante y siempre andando de frente”.

Personas de a píe, de la Hermandad o no, que con un simple y sincero comentario han ido poniendo su granito de arena “Yo también quiero una Puerta para mi Cristo, una Puerta para mis Penas”... O es otro que nos decía: “Uno de mis deseos antes de morir: Ver a mi Cristo y a mi Virgen salir por donde deben ¡Alucinante!” Comentarios que me ponían los vellos de punta... ¡Si ha habido gente que me ha querido regalar hasta el pegamento para poder pegar mi “cromo”! Y no puedo dejar pasar por alto aquel otro que realiza a demás una petición que yo quizas deje pasar en el anterior escrito. Y no por olvido. si no porque cuando yo lo escribí, año 2006, jamás pensé que en el año 2013 la Iglesia de San Francisco siguiera en obras... “La Cofradia de la Virgen de las Penas y el Cristo de la Humildad y Paciencia, necesitan, por antiguedad, prestigio y arraigo popular, una puerta digna. Y lo ceuties necesitamso ver terminada, de una vez por todas, las obras y abierta a los fieles la Iglesia de San Francisco. Una Puerta para mi Cristo, una Puerta para mis Penas”.

Pero yo sigo sin mi “cromo” ¿A quién me dirijo? Pregunto:

A usted Señor Presidente de la Ciudad, ya que somos los “caballas” los que pagamos las obras (aunque ahora estén un pelín paradas)... A Usted, que ha llegado a decirle a la Hermandad que le alegraría que esta saliera por Plaza de los Reyes para realzar así la Semana Santa de Ceuta... Quiero recordar ahora aquel maravilloso Pregón en el que se solicitaba lo que yo estoy solicitando ahora y que fue respaldado, con una atronadora ovación, por los ceuties que en aquel Teatro se encontraban... Échenos una mano en este asunto en el que debería privar, y como alguien dirá más abajo, algo tan sencillo como el sentido común. A Usted, Señor Presidente, que al igual que a mí, nos gusta el salitre pegado a la piel al volver de la playa en esta isla para la luz nacida... A Usted que, como a mí, nos gusta ir pregonando por ahí, cada vez que nos reunimos con un grupo de “caballas” aquí, en la peninsula, las tradiciones de nuestro pueblo... Y la Iglesia de San Francisco, la Plaza de los Reyes y esta humilde y paciente Hermandad, deben ser, cada atardecida de Jueves Santo, maravilloso luar de encuentro de esas tradiciones, de ese fervor popular bien entendido y que, para muchos, forma parte ya de sus alargadas vidas y, por supuesto lugar de salida y de entrada de una Hermandad que “pasea” sus Titulares por las calles de Ceuta para mayor gloria de Jesús y de su madre la Virgen María... Por esas calles de las que don Manuel nos decía: “Os digo un nombre, una Ciudad ungida... Digo perseverantes primaveras... Digo una luz total, incontenida...” Y que pasean su Humildad y su Paciencia, y también sus Penas. Fervorosamente, como bien dice nuestro título... Agustinianamente, esto es de donde venimos... a la verita del Colegio ¿Qué más quieres? ¿Quieres más?

A Usted Señor Vicario, solo le pedimos que se haga eco de este clamor. La Hermandad de las Penas solo desea salir desde su Templo de toda la vida, donde entrando y a mano derecha han tenido siempre, junto a un Cristo al que llaman del Perdón, su rinconcito... La Hermandad montaría los “Pasos” donde siempre, en la trasera desde donde ahora salimos y solo necesitariamos un “cachito” de la Iglesia el tiempo estrictamente necesario. Dos días para ir y dos para volver ¡Ni más ni menos! Intentando, en todo momento, entorpecer lo menos posible el normal desarrollo de las actividades propias de la Iglesia; y pensando, también en todo momento, que somos parte importante de esa Iglesia... Además de que somos una Hermandad joven y en constante crecimiento, estudiantil y agustiniana por los cuatro costados. Y que desde su fundación y hasta el día de hoy viene haciendo las cosas con sobriedad y con seriedad ¡Y con señorío! Y siempre dentro de lo que nos indique la Santa Madre Iglesia... Pero Señor Vicario: A esta Hermandad sus dependencias se les han quedado pequeñas ¡Excesivamente pequeñas! para el buen desarrollo de nuestra Estación de Penitencia a la Santa Iglesia Catedral cada tarde-noche de tantos y tantos Jueves Santos de nuestras vidas...

A Patrimonio. A los arquitectos y aparejadores que dirigen la obra... La excusa o el problema era aquel escudo que allí existía, creo recordar que Franciscano, y que ya no está porque se resquebrajo la Iglesia por todas partes... Y que es precisamente la puerta que habría que agrandar. Si está mal y hay que repararla ¿Cuál es el problema que hay en hacerla un poco más grande? ¡Si está hasta el proyecto! A la Hermandad se le pidió un informe técnico sobre la viabilidad de la puerta, el cual se presento.., y en el que se veía claramente que no existía ningún problema... Pero jamás se nos ha dado una explicación argumentada de la negativa a nuestra petición y más teniendo a escasos metros una puerta, la que da a la Plaza de los Reyes, con las medidas adecuadas y en la que preside, os prometemos que no lo hemos puesto nosotros, el escudo de la Hermandad entremezclado con el del Colegio San Agustín...

Mientras tanto, y siguiendo el hilillo del “FacebooK”, hay algún cometario que por su claridad y por su sencillez merecen figurar en esta historia, como aquel que nos decía: “Amigo Rafa, la verdad que con la salida por Plaza de los Reyes la Semana Santa se vería reforzada y más contando que en nada perjudicaría al patrimonio de la ciudad ni de la cofradía... Creo que todo es cuestión de que se sienten las partes y utilizar una cosa que se llama sentido común”... O este otro: “Desde el campo exterior, me uno a esa ilusión de ver salir por la puerta lateral de San Francisco a Nuestra Señora de las Penas. Creo, amigo Rafael, que un “cromo” es poco... Con que poco nos conformamos los cofrades y cuanto trabajo cuesta alcanzar algo que se puede conseguir con un poco de buena voluntad. Deseo de todo corazón a todos los miembros de esa querida Hermandad, que veáis cumplida esta aspiración lo antes posible”. o este último que por su brevedad y contundencia me alegro de incluir: “¿Es tan difícil que las partes implicadas se sienten y busquen una solución?. Una Puerta para mi Cristo, una Puerta para mis Penas”.

Y me gustaría poner aún un último cometario en este escrito... El de un ceutí de pro y cristiano convencido y que me decía algo así como: “Tan solo decirte que estoy casi de acuerdo con todo lo que dices, creo que efectivamente tienes unos álbunes preciosos de todos tus recuerdos, pero en mi modesta opinión creo que donde te equivocas es cuando dices que te falta un último “cromo” para completar tu último álbum ... Y es que pienso que el último “cromo” lo tienes, aunque quizá no te has dado cuenta, y es cuando la gente que te aprecia y te quiere pone de su parte su granito de arena, para dibujarlo y decir una puerta para mi Cristo, una puerta para mis Penas”. Y cuanta razón tiene...

Llegado a este punto quiero dirigir esta carta ¡A Ceuta entera! De veras... No veáis el capricho de cuatro tontos de capirote en este tema tan delicado ¡Por favor, no! Mirar tan solo la aspiración de una Hermandad con “solera” en nuestra Ciudad y que tan solo quiere, engrandecer más si cabe, la Semana Santa de nuestra bendita Ceuta... Y que por supuesto acatará con humildad las sabias decisiones de quienes tienen que decidir sobre este tema; con pena ¡con muchísima pena! si esta fuera desfavorable y con toda la paciencia del mundo para volver a la carga de nuevo con el único fin posible de conseguir, algún día ¡Cuándo Él así lo quiera! Al fin y al cabo “El hombre propone y Dios dispone”, tan anhelada puerta...

Y terminar este escrito de la misma manera que hace ya algunos años... Porque sigo necesitando ese “cromo”. Vuelvo a repetir, es el último que me falta para completar este Álbum de mi Iglesia de San Francisco. Se lo cambio por mi álbum de “Naturaleza y vida”. Se lo cambio por una importantísima colección de sellos (la herencia que de aquel hombre recibí). Se lo cambio ¡Se lo cambio por mi vida! Ver de anochecida recogerse a Jesús y a María en San Francisco por Plaza de los Reyes ¡Qué “cromo” padre..! Entonces, y estoy seguro de ello, Él estará orgulloso de que su hijo acabe esta colección.
 

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