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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 22 DE MAYO DE 2013

 
OPINIÓN / COLABORACION

Los comercios de la ciudad

Por Giovanna Tagliavía*


Imagínese un día en el que todos los comercios de la ciudad están cerrados. Pensará que es domingo o fiesta e irá a un museo, a tomar el aperitivo, al cine, al teatro, a hacer algo de deporte, al parque con los niños, a pasear… Pero no es domingo, tampoco es fiesta y a la ciudad le falta algo. Uno no puede entrar en ninguna tienda. Están cerradas.

Hay Comunidades Autónomas que viendo la que se avecina con los pequeños comercios han decidido utilizar parte de los fondos europeos en fomentar con medidas políticas el pequeño comercio, para que no se hunda, pero eso no es suficiente.

Si el comercio pequeño cerrara como consecuencia de esta crisis que conlleva tal falta de confianza que el consumo desciende a marchas forzadas, lo hará paulatinamente, no será como el cierre inmediato de una gran fábrica de coches o un gran almacén, es un sector atomizado que emplea no sólo a su propietario y a parte de su familia sino a muchos dependientes que, lamentablemente, ya se van dirigiendo al paro.

Pero todos los gobiernos españoles han decidido que no debe importar demasiado que las ciudades se conviertan en una mala copia de un país en el que sólo existan grandes almacenes, quizá, incluso, a las afueras de la ciudad.

Se ha olvidado de que el pequeño comercio no sólo abastece a la ciudad sino que la hace vivir y disfrutar.

Pero en una crisis como la que tenemos, periódicos de gran tirada nacional, venden relojes, y Bancos, como el BBVA, ofrecen en sus sucursales folletos con todo tipo de artículos para sus clientes. No importa que el personal de las sucursales bancarias haga de dependientes y realicen actividades laborales ajenas a su contrato. Además, la liberalización horaria permite que los domingos abran los grandes almacenes, en la práctica, los pequeños comercios no pueden abrir todos los domingos porque tendrían que contratar a alguien y las ventas no dan para ello.

A veces nos dicen que es por el turismo. Eso sí, si usted es un turista asiduo de países tan desarrollados y civilizados como Austria, Suiza, Alemania, Francia, etc. verá todo el comercio, incluidos los grandes almacenes cerrados los domingos y festivos. ¿Estarán atrasados? Parece que no. Parece que intentan mantener los trabajos del comercio - que se autoemplean y no suponen costo para el Estado además del empleo directo e indirecto que éstos proporcionan -, permitir que las familias estén juntas un día a la semana y dejar que sus ciudades dispongan de esas tiendas que les dan vida.

Hay un Ministerio de Economía y “Competitividad”, una Secretaría de Estado de “Comercio” diecisiete Comunidades Autónomas que podrán ejecutar aspectos de la normativa de comercio pero no podrían legislar en contra de una prohibición clara de una Ley estatal.

Hay muchas organizaciones de comercio y, también nosotros, diciéndole esto a todas las Administraciones de todos los Gobiernos. Pero nada. Debe ser de lo poco en lo que están de acuerdo los grandes partidos políticos, que los periódicos y los bancos actúen como comerciantes minoristas y que el escaso mercado que le quedaba al comerciante se diluya por esos canales tan poco potentes que tienen una red de quioscos y sucursales por todo el país

Las ayudas económicas no sustituyen la toma de decisiones necesarias para no poner el mundo al revés. Hay que empezar por ahí.

* Directora de la Asociación Española de Joyeros, Plateros y Relojeros
 

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