PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - LUNES, 24 DE JUNIO DE 2013

 
OPINIÓN / EL 7º DE MICHIGAN

España: de ETA a Al Qaeda

Por Fidel Raso


El gran error en el que puede caer un país bajo la amenaza terrorista es el de considerar que “todos los terrorismos son iguales”. Falso. Jamás una mentira de este tipo, por muy repetida que sea, debe convertirse en verdad. También es cierto que como eslogan ha podido funcionar en ciertos sectores.

En el periodismo, las palabras claves que deben dar respuesta a una buena noticia son aquellas que hacen referencia al quién, cómo, cuándo, dónde y por qué. Con ellas, el periodista intenta estructurar una información dentro de la ortodoxia más aceptada. Con el terrorismo se podrían formular las mismas preguntas para navegar con algo más de luz por tan tenebroso camino. Sólo habría que poner en el “quién” el nombre de un determinado país y hacer un recorrido por el resto de las preguntas para ver cuál es el resultado de tan complejo análisis sobre una organización terrorista en concreto.

También es partir de una equivocación el creer que Estados Unidos y la Unión Europea, por ejemplo, tienen en común la misma lista de grupos terroristas. Pues no. Podríamos decir que para la UE la lista es más pequeña que para EE UU. Aunque ambas superpotencias estén de acuerdo en aquellos grupos determinados que suponen las principales amenazas. En esta línea, un pequeño detalle: el actual primer ministro turco Tayib Erdogan dijo en mayo de 2010, con motivo del “ataque a la Flotilla de la Libertad” por parte de la Marina Israelí que Hamás (creado por Irán) “no era un grupo terrorista” pero que Israel había actuado como los “piratas somalíes”. Casualmente, y un año antes, el presidente de Estados Unidos, Barak Obama, decía que Turquía podía jugar “un papel importante en la cuestión nuclear iraní”, pasando claramente por alto que para Norteamérica Hamás es una organización terrorista.

Terrorismo nacional

El terrorismo de ETA (Euskadi y Libertad) ha acabado. Así de claro. La banda busca “una salida” y el Estado democrático, un encaje de esa salida con las víctimas. A esto se ha llegado después de numerosas treguas: (1981-82 disolución ETA-pm), Argel (1988), Argel 2 (1989), petición de “garantías al Gobierno” y detención de la cúpula etarra en Bidart (Francia 1991-92), Pacto de Ajuria Enea (1996), tregua con tema cárceles y policía vasca (1997-98), alto el fuego “indefinido” (1998), tregua “solo para Cataluña” (2004), “cese armado contra cargos políticos” (2005), atentado de Barajas, que rompe la tregua de 2006, otra en 2010 y el “cese definitivo” (2011).

España ha sido, y quizás siga siendo, un país acomplejado. Acomplejado porque desde Felipe II no ha dejado de perder territorios y soberanía global y eso nos ha quedado como gen político maligno. Francia, Alemania o el Reino Unido representan la otra cara. En este último país sus fuerzas de seguridad tiroteaban en plena calle de Gibraltar a “un comando” del IRA sin apenas repercusión política en 1988. De la misma manera que agentes de la Seguridad Exterior francesa hundían el ‘Raimbow Warrior’ de Greempeace porque protestaba contra las pruebas nucleares en el atolón de Mururoa por fechas parecidas (1985).

Pero hay que ir más lejos. Los mismos británicos que tiroteaban “un comando terrorista” en Gibraltar tampoco se sorprendían en exceso de que la la reina Isabel II diese la mano al ex jefe militar del IRA, McGuinnes, eso sí, como viceprimer ministro de Irlanda del Norte. Para entendernos, es como si el rey Juan Carlos diese la mano al hipotético consejero del Gobierno Vasco, Arnaldo Otegui, en iguales circunstancias.

Conviene recordar que franceses y británicos llevan doscientos años de democracia ininterrumpida frente a nuestra paupérrima cifra durante el mismo periodo. Algo debe funcionar mal en nuestro país en tan complejo tema. Prueba de ello es que en marzo de 2011 el Tribunal de Derechos Humanos condenaba a España por vulnerar la libertad de expresión de Arnaldo Otegui y haberle condenado a un año de prisión por haber llamado al Rey “jefe de los torturadores”. Estrasburgo más o menos nos dijo que nos habíamos pasado.

Para terminar este capítulo señalar algo importante: ETA es y ha sido una organización terrorista de ámbito nacional, sin mayor conexión con otras organizaciones al menos en el apartado operativo. Sus postulados fundacionales así pueden reflejarlo. Cerca de 1960 el embrión del terrorismo vasco nacía con las siguientes reivindicaciones fundacionales: la defensa del euskera, el antiespañolismo, el etnicismo (alejarse del racismo) y la independencia de unos territorios que consideraban suyos: Vizcaya, Álava, Guipúzcoa y Navarra en España y, Lapurdi, Baja Navarra y Zuberoa en Francia.

España y el terrorismo global

Así, casi ingenuamente, llegamos hasta el fatídico atentado de 2004, cuando los españoles quedaron aturdidos por la magnitud de una catástrofe que nos dejó 192 víctimas y toda una clase política caduca en asuntos de defensa antiterrorista.

Hay una situación que resulta vital reconocer para ver nuestro futuro en este campo de la defensa nacional sobre acciones terroristas y nuestra colaboración con otros paises en este campo. Nuestra clase política se ha demostrado bastante ineficaz tanto en asuntos internos como externos. Por si fuera poco, la corrupción actual es de tal calibre que se han vaciado las arcas del Banco España hasta límites desconocidos.

A comienzos del presente año, el CIS arrojaba unos datos preocupantes: el 67% de los ciudadanos están insatisfechos con la democracia y más del 50% con la Constitución. Así, ustedes dirán dónde se va en la lucha contra el terrorismo global. Con una clase política pensada para poner jardineras y enchufar gente, mientras vacían los presupuestos de la Defensa Nacional. El caso de Ceuta es patético y paradigmático. Cuarteles sin mantenimiento y las fuerzas de Seguridad trabajando en edificios de vergüenza.

Al Qaeda no es ETA. La organización terrorista vasca nunca pidió a España que “retirara su fuerza de Irak” ni reclamó para el gran Magreb Ceuta y Melilla. A lo sumo dijo que salieran los militares del País Vasco en algunos momentos de aturdimiento.

Si ETA fue una organización de corte analógico, por decirlo de una manera, el ciberterrorismo del futuro ya está aquí. Este mismo mes el presidente norteamericano, Barak Obama, defendía la “vigilancia masiva de las comunicaciones”. Vieja aspiración de la CIA desde 2009, cuando creó aquel departamento siniestro al que llamó Servicio Clandestino Nacional. En la misma línea se encuentra el primer ministro británico, David Cameron, a quien el diario británico The Guardian acusa de que Londres habría recibido de Estados Unidos información obtenida por el programa ‘Prish’, que analiza correos electrónicos, chats y otros archivos procedentes de servidores como Facebook, Twitter, Google o Skype.

Francamente, si España puede ponerse a la altura de este endiablado ritmo de seguridad, lo primero que necesitaría es que los españoles se diesen cuenta de que necesitan políticos preparados para tal fin.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto