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OPINIÓN - LUNES, 24 DE JUNIO DE 2013

 
OPINIÓN / COLABORACION

1513: Núñez de Balboa y “el mar del sur”

Por Miguel R. Calderón


En los próximos años, asistiremos a conmemoraciones extraordinarias en la historia de España. Son las gestas acaecidas cinco siglos atrás, y vinculadas muchas de ellas al descubrimiento y conquista de las tierras americanas. Llegará el aniversario del descubrimiento del estuario del río de La Plata en 1516; el quinto centenario del inicio de la primera vuelta al mundo (1519) y la conquista de Méjico (1521), por poner unos ejemplos.

Este año, toca recordar el 500 aniversario de un acontecimiento mayúsculo que tendría una gran trascendencia en fechas posteriores. Vasco Núñez de Balboa alcanzaría la gloria con el descubrimiento del Océano Pacífico un 25 de Septiembre de 1513.

Balboa fue uno de esos hombres que arriesgaron su vida impulsados por conocer qué hay más allá de las líneas dibujadas en los mapas, de afrontar los riesgos y vencer el miedo a lo desconocido. Ciertamente, en estas aventuras se puede encontrar un deseo de riqueza, de búsqueda de la gloria y la fama, pero en el fondo el verdadero impulso que los mueve a poner incluso en juego su propia vida es la aventura, lo desconocido, ser el primero en ver algo, es una emoción que no hay nada que la pueda sustituir y que nunca acaba, como decía Thomas S. Elliot: “ No debemos dejar de explorar. Y al final de nuestras exploraciones llegaremos al lugar del que partimos, y lo conoceremos por primera vez”.

En los años posteriores al descubrimiento de América, zarparán hacia el Nuevo Mundo todo tipo de personajes, desde los nobles en busca de gloria y fama, hasta ladrones, adúlteros, hombres que huyen de sus deudas y todo tipo de maleantes que buscaban tanto dejar atrás sus problemas con la justicia como hacerse ricos, recogiendo del suelo el oro que Colón les había prometido.

Vasco Núñez de Balboa, natural de Jerez de los Caballeros (Badajoz), nacido en 1475, era conocido en sus años mozos como el “esgrimidor” por su destreza en el manejo de la espada, circunstancia ésta que le causó más de un problema, ya que no en vano se vio metido en más de una ocasión en asuntos de faldas o haciendo honor a su fama de pendenciero y justiciero a la vez.

En 1501, cumplidos los veintiséis años, podía decirse que se encontraba entre estos hombres que, animados por los relatos de los viajes colombinos, deciden emprender la aventura. Y ni corto ni perezoso se embarca en una expedición dirigida por Rodrigo de Bastidas, a quien los Reyes Católicos le habían otorgado una licencia que le permitía recorrer y tomar posesión de “todas aquellas tierras que no hubiesen sido descubiertas por Colón y que no pertenecieran a Portugal, conforme a lo establecido en el Tratado de Tordesillas (1494).

La expedición zarpaba desde Cádiz a bordo de las naves San Antón y Santa María de Gracia y otras dos más pequeñas. En dicha expedición iba también el ilustre cartógrafo Juan de la Cosa, que había participado en los dos primeros viajes de Colón.

Recorrerían la costa de Venezuela y la costa atlántica de Colombia, descubriendo la desembocadura del río Magdalena, las bahías de Cartagena y Santa Marta y el istmo de Panamá, llegando finalmente a la isla de La Española (actual Santo Domingo) donde Balboa se asienta como agricultor, aunque con escasa fortuna, arruinándose y quedando endeudado.

En 1509, huyendo de los acreedores, Balboa se embarca con su fiel perro Leoncico como polizón , escondido en el interior de un barril en la nao de la expedición que Martin Fernández de Enciso dirige en socorro del gobernador Alonso de Ojeda. Percatado de su presencia, Enciso amenaza a Balboa con abandonarlo en un islote desierto, pero consciente de los conocimientos geográficos que el extremeño poseía sobre aquellos lugares, decidió que continuara viaje hasta la colonia de San Sebastián de Uraba, logrando derrotar a los indígenas que la hostigaban constantemente.

Balboa recomendó a Enciso cambiar la ubicación del emplazamiento de la población, trasladándola a Daríén donde florecerá el considerado primer núcleo urbano continental de América: Santa María la Antigua de Darién.

Pasado el tiempo y con el beneplácito de los vecinos, Balboa se convertiría en alcalde de la villa.

En 1511 es nombrado gobernador de la provincia de Veragua, iniciando entonces el recorrido por el istmo de Panamá, enfrentándose a las tribus que vivían en la zona.

Una de las tácticas empleadas en el combate por los españoles, inferiores en número a las tribus a las que se enfrentaban, además de concentrar todo su esfuerzo en la captura o muerte del cacique , que conllevaba la inmediata rendición de toda la tribu, era el uso de perros que atemorizaban a los indíos y mataban a muchos de ellos.

Tras vencer al cacique Careta en la zona del istmo y entablar amistad con el caudillo indígena, Balboa supo por boca del mismo, de la existencia de un inmenso mar al otro lado de la cordillera que cual espina dorsal, recorre toda Centroamérica hasta Panamá. Y también le da noticias de una rica región situada al sur en la que abundaba el oro.

El día 1 de Septiembre de 1513 , se interna en la selva panameña con una columna de 190 hombres armados con espadas, lanzas, ballestas y arcabuces a la que se unen unos 800 indios que había aportado el cacique Careta, y con la compañía de una jauría de perros .

Tras vencer y dar muerte en el interior de la selva al cacique Torecha, Balboa, con un pequeño grupo expedicionario de veintiséis hombres, alcanza la cima de una cordillera desde donde se podía divisar a lo lejos las aguas de un mar desconocido e inmenso. Era el 25 de septiembre. El descubridor baja desde la cima montañosa e invierte dos días en llegar hasta la orilla del mar, y entrando en él hasta las rodillas y enarbolando la espada en una mano y en otra un estandarte con la imagen de la Virgen María, toma posesión en nombre del rey de España Fernando el Católico. A aquel océano lo bautizó como Mar del Sur por oposición al Océano Atlántico que quedaba al norte del istmo de Panamá. Y no será hasta 1520 cuando Magallanes en su periplo de circumnavegación a la Tierra lo rebautice con el nombre de Océano Pacífico por la aparente tranquilidad de sus aguas.

El descubrimiento del O. Pacífico tuvo una gran trascendencia en un futuro no muy lejano. Años más tarde se convirtió en una gran ruta comercial conocida con el nombre de “Galeón de Manila” .Era el nombre con el que empezaron a cruzar el Océano las naves españolas una o dos veces al año. desde Manila hasta los puertos de Nueva España (Méjico), principalmente Acapulco y Las Peñas (actual Puerto Vallarta) y viceversa.

El servicio se inauguró en 1565, cincuenta y dos años después de la gesta de Vasco Nuñez de Balboa, por el marino, también español, Andrés de Urdaneta tras descubrir el llamado “tornaviaje”, es decir, la ruta de regreso desde Manila a Acapulco a través del Pacífico, aprovechando la corriente asiática del Kuro Sivo. En total se invertían unos cuatro o cinco meses en la realización de la travesía.

Volviendo a nuestro héroe, Balboa fue nombrado tras el descubrimiento del más grande océano de la Tierra, Adelantado del Mar del Sur y Gobernador de Panamá. Sin embargo el destino quiso que fuera acusado años más tarde de un delito de traición por el gobernador Pedrarias Dávila y juzgado y condenado a muerte, siendo decapitado junto a varios compañeros en la ciudad de Acla, en Enero de 1519, justo el año en que daba comienzo Magallanes su viaje alrededor del Mundo.

Pero a pesar de su triste final , Panamá no ha olvidado al descubridor. Hoy, diversas avenidas y parques del país centroamericano llevan el nombre de Balboa, que es también la moneda panameña y uno de los puertos principales en el Canal de Panamá. En España, su nombre aparece en calles de diversas ciudades como Sevilla, Salamanca, Jaén, Valladolid, e incluso una estación del Metro madrileño, recuerda al insigne extremeño rotulando la entrada a la misma con su nombre.

El descubrimiento de Balboa dejaría también planteado un reto geográfico: la búsqueda de “un paso” que comunicara el Atlántico con el Pacífico. Siete años después del avistamiento por primera vez del “Mar del Sur”, Magallanes despejaría la incógnita. Pero ésta es otra historia.
 

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