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OPINIÓN - JUEVES, 25 DE JULIO DE 2013

 

OPINIÓN / ESCRITOS CABALLAS

La cigarra y la clientela
 


Javier Chellarám
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

No entiendo de la hosteleria, pero si entiendo de la atención al cliente, de la atención al público, y tener ese ojo, esa vista, esa visión y la mirada atenta, a que no se descuide ningún cliente, y por eso me viene una frase, que dice cliente contento, venta segura...

Ahora están de moda las terrazas de verano, cada esquina caballa, cada rincón veraniego y fresquito, se surgen las terrazas, con los anafes de pinchitos, los camareros dando bandazos con la bandeja, los niños correteando y los padres, refrescando el gaznate y comiendo a dos carrillos.

Y el cálculo es por los tres meses de verano, si bien en el mes de septiembre empiezan a asomar las lluvias y los vientos, y los colegios a la vuelta de la esquina, se hace la extrema soledad por las calles de Ceuta.

Desconozco por eso el criterio de organizar las mesas, las peticiones, los encargos a la plancha, las docenas de pinchitos, las cervezas con las aceitunas y que todo el mundo esté atendido...

Hace ya 32 años, dieron las casas del Poligono, la primera fase y aquello era un solar y un terreno desértico, sólo estaban las casas entregadas con las mudanzas, las peticiones al panadero y los niños mirandose unos a otros en el nuevo barrio.

Pero aquello era un Via Crucis, un calvario y sufrimiento cuando tocaba ir a por los mandados del mediodia, no había una tienda , un super ni existian los chinos en el territorio caballa.

Ahí estaba un servidor, vestido de futbolista con medio equipo esperando en el portón , a subirme a las Carmelitas, al Morro, a medio Hadú a hacer las compras, hoy se queja Joselito Mermoño por cruzar al Covirán... y hasta apareció una tienda cutre de comestibles, donde estaba Carrilero cambiando las ruedas.

Aquello era una tienda como las de las cartillas de racionamiento, oscura, con la mirada de la muerte del tendero y unas 50 personas esperando a que las atendieran.

Al poco tiempo, algún espabilado con vistas de negocio, montó el primer supermercado y todos los vecinos contentos, con los carritos y cestas haciendo sus compras, el de los comestibles, empezaba a gritar ¡ voy a denunciar , esto no puede ser ! ...

Pongo estas dos historias, no se puede tener a dos tios como un trinquete con dos cañas de cerveza y la media docena de pinchitos, perdida durante 45 minutos, sin olvidarme que hubo dos parejas que se fueron de la mesa contigua... y poca vista comercial los dos camareros dando bandazos y no observar que a las mesas hay que servirlas con lo que sea, pero así esta el cliente pillado, está picando y está entretenido.

No vaya a ser que a la terraza le pase como a aquel comestible del Poligono hace mas de treinta años, que aquí los clientes son como las olas, o te subes, o te pasan por encima, o te revuelcan o te llevan la resaca....
 

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