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sociedad - SÁBADO, 27 DE JULIO DE 2013


personal sanitario. cedida.

salud
 

El Ingesa de Ceuta investiga sobre cómo prevenir la obesidad infantil

La Dra. Laura Martínez elabora un estudio en el que destaca la inadecuada actividad física entre los niños de 3 a 12 años. Ejercicio Y alimentación saludable; principales recomendaciones
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

El Ministerio de Sanidad informó recientemente de cifras alarmantes en relación con la prevalencia de obesidad infantil. Y es que, según los últimos estudios, el 19% de los menores de seis a diez años presenta obesidad y un 26%, sobrepeso, por lo que uno de cada dos niños sufre exceso de peso. La ministra Ana Mato puntualizó en sus últimas declaraciones relacionadas con la prevención de la obesidad infantil que, a pesar de los datos, esta “es una tendencia reversible, ya que puede modificarse con pequeños cambios en el estilo de vida, como una alimentación equilibrada y la práctica regular de actividad física”.

El Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) de Ceuta trabaja e investiga sobre cómo prevenir la obesidad infantil entre los más pequeños de la ciudad. Un caso ejemplarizante es el de la Dra. Laura Martínez, Médico de Familia en Consulta de Pediatría del Centro de Salud de la zona III-Tarajal, quien ha concluido recientemente un estudio analítico-descriptivo sobre sobrepeso y obesidad infantil en el centro de salud en el que desempeña sus funciones. El estudio ha sido realizado sobre 40 niños de 3 a 12 años con esta problemática que han acudido a su consulta. En él, la doctora analiza sexo, edad, tipo de dieta, actividad física y antecedentes familiares en relación con cada uno de los casos de obesidad.

Entre los datos obtenidos, destaca la Dra. Martínez, “llama especialmente la atención la falta de ejercicio, ya que sólo uno de los 40 niños participantes practica una adecuada actividad física, lo que correspondería a más de siete horas a la semana”. La Organización Mundial de la Salud (OMS) califica como actividad física adecuada, más de siete horas a la semana; aceptable, entre cinco y siete; e inadecuada, menos de cinco.

En general, la valoración es “positiva” en lo que respecta al tipo de dieta llevada a cabo por los niños del estudio, aunque este dato no hace más que poner el foco de atención en la relación obesidad-vida sedentaria, ya que “se denota que la falta de ejercicio impide percibir los buenos resultados obtenidos en el estudio respecto a la ingesta de productos alimenticios saludables, tradicionalmente identificados con la dieta mediterránea”.

En cualquier caso los padres son un ejemplo para el hijo, por lo que “insistimos a la familia de nuestros pacientes en que son el principal modelo a seguir por sus hijos, así que deben predicar con el ejemplo”, recuerda la doctora. “Ellos deben aprender a comer para así poder enseñar a sus hijos”.

Fundamentalmente, todo se reduce a asumir hábitos de vida saludables (dieta equilibrada combinada con ejercicio físico regular) para acabar con esta “epidemia que afecta a medio mundo mientras, paradójicamente, la otra mitad muere de hambre”.

En las consultas de Pediatría de los centros de salud del Área Sanitaria, las recomendaciones de los profesionales sanitarios a padres y niños pasan por tener una alimentación sana “sin obsesionarles y sin dietas estrictas”. Igualmente, es aconsejable “comer despacio, en familia, sin televisión ni móviles; algo que fomenta el contexto de imitación”, vuelve a hacer referencia la Dra. Martínez. Los pequeños de la casa deben aprender a comer y a disfrutar de la comida, “evitando las críticas sobre el aspecto físico ante un posible sobrepeso”.

En cuanto a qué comer, una buena referencia es la dieta mediterránea, rica en vegetales, pan y otros cereales, y aceite de oliva como grasa principal; o bien se puede acudir a la pirámide nutricional o alimenticia, en la que se expone gráficamente –a modo de pirámide- de lo más recomendable para la salud hasta lo menos nutritivo. La doctora insiste en la importancia de comer fruta “al menos una vez al día” y sustituir con ella productos habitualmente consumidos a media mañana o durante la merienda como zumos artificiales o bollería industrial. De hecho, la médica advierte que los zumos industriales contienen “una cantidad de azúcar similar a la de tres azucarillos; una barbaridad”. Además, pierden todas las vitaminas y nutrientes de la fruta recién exprimida. También deben desterrarse de nuestra alimentación las bebidas carbónicas, “con alto contenido calórico y sin nutrientes” o la ‘comida rápida’. Los helados de leche, y preferentemente artesanales, “se pueden permitir”, no así los de hielo que son azúcar fundamentalmente.

Por otro lado, la bollería industrial debería ser eliminada de la dieta de los niños por su alto contenido calórico, de azúcar y grasa. “Contra esto, animo a que volvamos a los tradicionales bocadillos que antaño nos llevábamos al ‘cole’ o con los que merendábamos. Quizá la sociedad actual se ha vuelto más cómoda y vamos a lo fácil pero eso es algo que puede conllevar graves problemas como la desnutrición, el sobrepeso o la obesidad”.

La doctora recuerda la relevancia de hacer cinco comidas al día. El sentido está en que es una correcta manera de distribuir equilibradamente los nutrientes diarios recomendados entre las 12 horas que en general estamos despiertos. De este modo, “la sensación de hambre no te acompaña, algo que suele desembocar en los típicos atracones a deshoras”.

Una mala nutrición puede reducir la inmunidad, alterar el desarrollo físico y mental o aumentar la vulnerabilidad a otras enfermedades. A nivel psicológico, como “baja autoestima”, a nivel locomotor y endocrino, como “diabetes o hipertensión arterial”.

La Dra. Martínez subraya que la obesidad es una enfermedad y como tal hay que curarla. Igualmente, no hay que olvidar que “el sobrepeso acaba derivando en obesidad si no se controla a tiempo”. El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El índice de masa corporal (IMC) es un indicador simple de la relación entre el peso y la talla que se utiliza frecuentemente para identificar el sobrepeso y la obesidad. Se calcula dividiendo el peso de una persona en kilos por el cuadrado de su talla en metros (kg/m2). La OMS determina como sobrepeso los casos en los que el IMC es igual o superior a 25 y como obesidad cuando el IMC es igual o superior a 30.

La lucha contra la obesidad está en nuestras manos. Recuerda que la alimentación saludable, la actividad física y la ayuda de los profesionales del Ingesa de Ceuta son tus aliados.
 

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