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ACTUALIDAD - LUNES, 19 DE AGOSTO DE 2013


Los inmigrantes aparecieron “de repente”. gorka ocio.

CRÓNICA / INMIGRACIÓN EN EL ESTRECHO
 

“A los inmigrantes los dejaron ahí los pescadores marroquíes”

Un barco de recreo salvó el pasado día 7 la vida de seis subsaharianos a la deriva en el Estrecho; sus ocupantes, expertos navegantes, están “convencidos” de que fueron trasladados hasta allí en un pesquero de atún
 

CEUTA
Tama Crespo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

Estamos totalmente convencidos, dada la alta experiencia que tenemos los seis amigos en la observación de fauna marina, de que los inmigrantes fueron embarcados en esa balsa de juguete por uno de los dos pesqueros marroquíes con cabina que había en la zona pescando atún rojo”. Así de contundente se muestra el naturalista y marinero profesional Gorka Ocio, uno de los ocupantes del velero ‘Aroha Rahi’, que el pasado día 7 partió de Barbate, en Cádiz, con seis expertos en fauna marina más el patrón, y la intención de avistar orcas en el Estrecho. Lo que iba a ser una tranquila e “idílica” jornada, como la describe otra de las personas a bordo, Nuria Liz, se convirtió en una experiencia que ninguno de ellos olvidará: asistieron en primera persona al drama de la inmigración clandestina y salvaron seis vidas.

Pero además de lo impactante que resulta comprobar cuán frágiles son los destinos y las vidas de las personas que se arriesgan a lanzarse a estas peligrosas aguas con la esperanza de llegar a España, estos navegantes han sido testigos de uno de los posibles métodos que emplean las redes de inmigración clandestina. La conclusión a la que han llegado daría explicación al hecho de que algunos subsaharianos aparezcan tan lejos de las cosas marroquíes y en buenas condiciones físicas a bordo de estas frágiles embarcaciones.

“Pensamos que fue un pesquero marroquí el que les dejó allí en medio porque estuvimos tres horas por la zona seis ‘máquinas’ en esto de buscar cetáceos y aves marinas con los prismáticos y de repente aparecieron allí. Y gracias a que volvimos... pero lo tenían muy mal”, relata Ocio a EL PUEBLO.

Este experto en observación de aves y animales marinos considera -como asegura que concluyeron todos los testigos del suceso-, que los marroquíes salieron a pescar desde su país, “antes de poner proa de vuelta al puerto, dejaron a los inmigrantes ahí en medio”. “Luego las corrientes y el viento los hace desaparecer, a no ser que alguien con sentido común y corazón se cruce en su camino y llame a Salvamento Marítimo. Los nuestros iban rumbo a Marruecos... había viento de poniente, del Atlántico. Estos días hay Levante en el Estrecho y los pobres infelices desaparecen en el Atlántico. A saber cuántos morirán así”, afirma todavía conmocionado. En algunos casos, como explican desde Salvamento Marítimo, son los propios inmigrantes quienes, provistos de móviles, dan aviso a las emergencias españolas, pero en este caso, no fue así.

El yate ‘Aroha Rahi’ llevaba más de tres horas en la misma zona, a unos 6,6 kilómetros de distancia de Tarifa pero en aguas aún marroquíes, como comprobaron en ese momento. “Los dejaron ahí 10 minutos antes que les viéramos”, explica Ocio. “Llevábamos tres horas y media en el mismo sitio, algo comprobado por el GPS del barco, y no vimos nada naranja chillón que viniera de tierra. Es más, los africanos eran incapaces de avanzar cuatro metros para recoger una botella de agua que se había caído a la mar, y no tenían hipotermia a pesar de que entraba agua a manta en el bote, que hacía una uve por el peso de los seis. En el Estrecho el agua está fría, muy fría”, insiste. Iban seis en una embarcación para tres personas, “dos en el medio y cuatro sentados cada uno en una esquina; tenían que achicar agua continuamente y sólo se les había mojado la mitad inferior de los pantalones”, recuerda. “Con el viento que hacía y la mala mar, con esas corrientes, si hubieran venido de más lejos tendrían que estar mojados y no lo estaban”, concluye.

En un primer momento, Ocio -que fue quien avistó la patera a simple vista-, pensó que se trataba de una boya. Al mirar con los prismáticos la sorpresa fue mayúscula. El velero puso proa a los náufragos y ellos comenzaron a hacerles señales con los chalecos salvavidas. Al ver que el ‘Aroha Rahi’ pasaba de largo, pues sólo trataba de mantenerse cerca para avisar a Salvamento Marítimo, unos pescadores marroquíes se acercaron a la patera “y les decían que remaran (con los precarios remos de madera que suelen llevar), pero pasaron olímpicamente de ellos”. “Los pescadores marroquíes se limitaban a mirarles indiferentes, de hecho, estaban poniendo todas las embarcaciones rumbo a sus puertos para vender las capturas y poco a poco los inmigrantes se quedaban solos”, narra Ocio, para apuntar indignado que considera “una vergüenza que actúen con tanta impunidad”.

Entre tanto, la situación se complicaba por momentos: “El viento y las olas iban en aumento y el agua les entraba sin cesar...; el frío es un mal consejero en la mar. Remaban pero no avanzaban, estaban a merced del viento, en un lugar dominado por cientos de barcos que cruzan continuamente entre los dos mundos. Y lo peor... la noche se echaba encima”, cuenta el naturalista también en su página de facebook ‘verballenas.com’.

Desde el Centro de Coordinación de Tarifa, y tal como señala el protocolo, preguntaron a los ocupantes del verlo si había menores en la balsa, “o si la embarcación hacía agua o estaba pinchada”. Además, Salvamento les dió indicaciones para que proporcionaran agua a los subsaharianos y les custodiaran hasta la llegada de la Salvamar. No cumplir el protocolo e intentar un rescate por parte de personas inexpertas, salvo riesgo inminente para la vida de las personas, puede representar un peligro mayor para los propios náufragos, recuerda este marinero. Mientras llegaba el auxilio, uno de los ocupantes del ‘Aroha Rahi’ se comunicó con los inmigrantes en francés y trató de tranquilizarles.

“Cuando ya a salvo se echaban las manos al corazón y las alzaban al viento en franco agradecimiento... en ese momento a todos nosotros... Pepe el patrón del ‘Aroha Rahi’, David Álvarez, Jorge Chachero, Nuria Liz, Jesús Menéndez, Jose Antonio López Constante y a mi, se nos partió el corazón. Habíamos salvado seis vidas”.

Horas después, ya en tierra, los rescatadores se acercaron a la base de Cruz Roja en Tarifa, donde les confirmaron que los seis hombres se encontraban en perfecto estado. Nuria Liz señala a su vez en su propio relato que esta ha sido “una de las experiencias más duras que hemos vivido todos los que íbamos en el barco. Desde que avistamos a los chicos y nos quedamos a su lado esperando a que Salvamento viniese a recogerlos, sus caras de miedo y luego de agradecimiento una vez a salvo..., son imágenes que nunca podré olvidar”.
 

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