PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - JUEVES, 29 DE AGOSTO DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Triunfador venido a menos
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Mohamed Alí irrumpió en la política con una fuerza arrolladora. Fue en el 2003 cuando al frente de un grupo de ceutíes, descontentos con la forma de proceder del Gobierno Popular, se presentó a las elecciones con la UDCE (Unión Demócrata Ceutí).

La UDCE obtuvo los votos suficientes para convertirse, contra todo pronóstico, en el primer partido de la oposición. Y a partir de ese momento, Mohamed Alí fue cortejado por los populares para que pactara con el gobierno todo lo que hubiera que pactar. Pero él no aceptaba componendas.

En aquel tiempo, el primer dirigente de la UDCE era un tipo extraordinario. Un recién llegado a la política con las ideas muy claras y, sobre todo, entregado de lleno a defender a los más desfavorecidos. Daba gusto conversar con él y dejaba entrever que era alguien destinado a conseguir logros políticos importantes.

La llegada de Mohamed Alí a la política me pareció un soplo de aire fresco. Y no tuve el menor inconveniente en celebrarlo. Hasta el punto de que los hubo que bien pronto principiaron a decirme que erraba de lo lindo. Que me equivocaba gravemente al tenerlo en tan buena consideración.

Pero yo seguía opinando más que bien del primer dirigente de la UDCE. Así que raro era el día en el cual no aparecía en esta columna flanqueado por mis ditirambos. Lo cual, justo es decirlo, me costó más de un disgusto con quien en este medio no comulgaba con mis elogios a Mohamed Alí.

Transcurrido cierto tiempo, no tuve más remedio que reconocer los muchos desvaríos que iba cometiendo el hombre que tanta expectación había despertado como político. Tal vez porque el cargo le vino grande y llegó un momento en el cual se vio precisado a unirse con la persona más enterada de los secretos y entresijos de la política local: Juan Luis Aróstegui.

A partir de ese momento, Mohamed Alí fue perdiendo credibilidad. Y pasó, de la noche a la mañana, de estar en la cresta de la ola a convertirse en un segundón de la política. Mientras su socio, Aróstegui, habituado a perder en las urnas, aprovechó la última oportunidad de su vida para conseguir un escaño de concejal. Escaño que le iba a permitir ser, además, asesor principal de Juan Vivas. Mediante la complacencia del hombre que había conseguido hacer de la UCDE un partido fuerte con el único fin de proteger a los más necesitados.

A Mohamed Alí le he visto hoy, ayer para ustedes, y he estado conversando con él un rato. Y le he vuelto a recordar que le sigo teniendo aprecio suficiente como para desearle lo mejor. Ahora bien, le he recordado que su comportamiento hacia este medio ha dejado mucho que desear desde que tuvo a bien aliarse con Aróstegui. Y, claro, él se ha visto obligado a defender a su compañero.

Luego, tras unos minutos de dimes y diretes, me ha pedido que seamos más condescendientes con las actuaciones de Caballas. Y no se ha cortado lo más mínimo en pedirme que haga todo lo posible para que no se critique tanto a su partido en este medio. Por el hecho de estar cumpliendo perfectamente con la labor fiscalizadora que le corresponde.

En lo tocante a Aróstegui, su socio y mucho más, me dijo que jamás hizo o dijo nada en contra de este periódico. Y no dudó en culpar al miembro más bajito del Gobierno de todas nuestras desdichas. Me gustaría creerle.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto