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OPINIÓN - MIÉRCOLES, 11 DE SEPTIEMBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

Vivas:“Quieren quitarme de en medio”
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Las declaraciones de nuestro alcalde, durante el debate correspondiente al ‘caso Urbaser’, me han permitido comprobar que el lenguaje que ha empleado es un bodrio. Su defensa del comportamiento del gobierno ante las actuaciones de la empresa de la basura ha sido de ínfima calidad.

Causó pena verlo defender lo indefendible por medio de circunloquios capaces de causar más pena que fobia por haberse hecho el lipendi ante las irregularidades contenidas en un contrato que lleva desaparecido la tira de tiempo.

Nuestro alcalde no se cansó de decir, aunque convertido en un auténtico farraguista, que su gobierno había errado mucho en todo lo relacionado con Urbaser pero que los yerros no significaban que nadie hubiera metido la mano en la caja. Y que si bien aceptaba que se les tachara de permisivo, jamás admitiría que se dijera que había habido el menor atisbo de corrupción en prueba tan palpable de dejadez fiscalizadora.

Nuestro alcalde gesticulaba y peroraba sin orden ni concierto. Con la faz desencajada y convencido de que estaba metido de hoz y coz en una situación desairada que reflejaba lo peor de él. Nunca antes lo había visto yo tan falto de recursos para poder salir de un trance donde la realidad se imponía: El contrato de Urbaser era una chapuza al servicio de la empresa Urbaser (Aróstegui).

Aróstegui, convertido en líder de la oposición, amén de pedirle responsabilidades políticas a nuestro alcalde, por su permisividad con una empresa que ha esquilmado los dineros del pueblo, durante mucho tiempo, fue al grano: “Usted ha sido alcalde gracias a ese contrato de la basura. El voto de censura logrado por el PP se debió a la aceptación de un contrato con Urbaser que ni siquiera existe”.

Sí, ya sé que el grupo que usted dirige no es corrupto, siguió largando el líder de la coalición Caballas, pero es negligente, incompetente y descuidado por haber permitido que una empresa haya actuado a su antojo y sin someterse a norma alguna. Llevándose, por tanto, una pasta gansa del pueblo.

Dado que Aróstegui había empezado su intervención diciendo que los ciudadanos, hartos de la corrupción política existente, habían visto en el ‘caso Urbaser’ un ejemplo del trinque. La defensa de un Vivas acalorado fue así: “Yo estoy donde estoy, a pesar del contrato de Urbaser, que hizo posible el voto de censura al GIL, porque los ciudadanos lo han querido mediante elecciones”. Y a partir de ahí le hizo varias recomendaciones a su amigo y asesor, Aróstegui, con el fin de que la sangre de la disputa no llegara al río. Y hasta hubo un guiño entre ambos que no se le escapó a la cámara de la televisión local.

Cuando le tocó el turno a José Antonio Carracao, lo primero que dijo es que si la Ciudad ha cometido tantos errores en cuanto a la fiscalización del contrato de la basura, cómo es posible que usted, señor Vivas, diga que se ha pagado lo debido.

Las palabras del secretario general de los socialistas, siendo mucho menos incisivas que las del líder de Caballas, causaron, sin embargo, más ira en nuestro alcalde. El cual ya no sabía donde meterse. Le podía la presión y se le desbordaba el desencanto por los cuatro costados. Y no se le ocurrió más que parapetarse en el burladero donde suelen hacerlo todos los que creen que son perseguidos. Y exclamó: “Aquí se trata de enganchar a Vivas...”. Uf.
 

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