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                     Cada vez que veo a nuestro Rey Don 
					Juan Carlos, hacer un esfuerzo y un gesto dolorido así como 
					un resbalón y sobre la imagen reciente, que no podía decir 
					tres frases intercaladas en el Año Judicial, y las redes 
					sociales empezaron a echar humo... 
					 
					Los comentarios fueron los más sanguinarios....arremetiendo 
					contra la Monarquia, El Rey, y no había por donde coger las 
					declaraciones de los foros, que imploraban una Tercera 
					Republica en España. 
					 
					Yo era un niño que iba de la mano de mi padre en los paseos 
					caballas, mi padre se encontraba con mi abuelo y el , un 
					franquista convencido porque había estado en la guerra en el 
					bando nacional, suspiraba por la llegada de Juan Carlos como 
					Rey , como si fuera a llegar y sacudir la esterilla del 
					portón, sacar la pluma y el papel e ir diseñando tantas 
					cosas , que nos fuera a ir sobre ruedas, otros cuarenta años 
					como Franco. 
					 
					Recuerdo las tardes de juegos, las cabriolas y como no había 
					más que un sólo canal de televisión, las vecinas y 
					jubilados, así como nosotros los chavales, estábamos 
					pendientes de Sesión de Tarde, de había una vez un Circo, 
					los dibujos animados, y los sustos... en el Avance 
					Informativo, que cortaba cualquier emisión y la gente mayor, 
					se estremecía pensando, un atentado de ETA , o una 
					indisposición de su Excelencía el Jefe del Estado, que había 
					ingresado en el Hospital y quedaba suspendido el programa 
					tal, porque salían los artistas cantando y bailando, se 
					proyectará la pelicula Comando en el mar de China. Por su 
					puesto, de guerra. 
					 
					Ya antes vi los funerales y el luto televisado del Almirante 
					Carrero Blanco, que se cortaron hasta los anuncios, y sólo 
					las peliculas empalmadas una detrás de otra , y los 
					murmullos y comentarios silenciosos de los vecinos y la 
					gente mayor, que aunque uno era un niño, pero sabía que algo 
					no iba bien, o traía esa incertidumbre , plasmada en una 
					palabra, un futuro incierto. 
					 
					El Rey Don Juan Carlos, a la muerte de Franco, le decía al 
					Marqués de Mondéjar ... no se si vendrán a coronarme o a 
					detenerme... por la incertidumbre que llegaba a la vida 
					española, tras la muerte del Caudillo. Han pasado casi 
					cuarenta años y Don Juan Carlos se mueve, participa y acude 
					a los actos, con una enfermedad locomotra que de no ser por 
					ser El Rey, sería un español jubilado en una silla de ruedas 
					, y como bien dice El Rey, es una cuestión de tornillos... 
					todos los padecimientos que soporta tras una vida dedicada a 
					todos los deportes. Franco no se movía, ya estaba más que 
					decrépito y apenas movía la mano, hablaba breve y silencioso 
					y sabía que cualquier movimiento extraño , pondría al país 
					bajo una impresión fortísima como así se demostró, en los 
					funerales de Carrero Blanco, donde rompió a llorar ante la 
					viuda del Almirante , o los comentarios internos que iba 
					exclamando cuando los médicos le aconsejaban que aquello era 
					imparable y le pedían que se metiera en la cama, en reposo 
					absoluto. 
					 
					La Constitución, Los Partidos Políticos, La Democracia, La 
					Amnistía , y lo que transformaron luego los Presidentes del 
					Gobierno, legalizar el Partido Comunista, la entrada en la 
					OTAN , la verja de Gibraltar, la ley del Aborto y el 
					Divorcio , y por supuesto las Autonomías, empezando por 
					Vascos y Catalanes. 
					 
					Ahora, cuarenta años después casi, todos a por la República, 
					que sería más de lo mismo, un Presidente, un Primer 
					Ministro, Delegados, Diputados, Senadores, Alcaldes, 
					Concejales, Asesores, Viceconsejeros, Gerentes, 
					Subdirectores, Subdelegadoss, Subsecretarios de los 
					Secretarios , y por ende, papeles para todos, trabajo para 
					todos, casas para todos, y un estado de bienestar, que haya 
					dos pagas como minimo en cada casa y el fin del reinado , de 
					tantas familias emparentadas y arraigadas en los organismos 
					oficiales, instituciones y zonas limítrofes como 
					funcionarios, fijos e interinos. 
					 
					Del teatro de la Zarzuela, a los Reyes que vienen de 
					Oriente, a la Moncloa, la Gran Vía y la Plaza, de los Reyes. 
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