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					En España han sido miles los pequeños ahorradores los que 
					se han visto atrapados por los tremendos efectos negativos 
					derivados de comercializar con las participaciones 
					preferentes, un producto financiero que por su alto nivel de 
					riesgo no era recomendable para ser adquirido por 
					particulares, y Ceuta no ha sido ajena a este problema. 
					Muchos de ellos convirtieron sus ahorros que tenían 
					depositado a plazo fijo en una compra de preferentes, y 
					según los responsables de un bufete de abogados de Ceuta, 
					consultado por EL PUEBLO, el mayor problema estriba en que 
					la mayoría de los clientes desconocían que las inversiones 
					la hacían a perpetuidad. 
					 
					Jubilados y clientes de toda la vida, ese era perfil elegido 
					por algunos bancos y cajas de ahorros para colocar las 
					participaciones preferentes, un producto financiero que por 
					su alto nivel de riesgo no era recomendable para ser 
					adquirido por particulares. 
					 
					En España han sido miles los pequeños ahorradores los que se 
					han visto atrapados por los tremendos efectos negativos 
					derivados de su comercialización y Ceuta no ha sido ajena a 
					este problema.  
					 
					Son muchos los ahorradores ceutíes que en estos momentos 
					están luchando por conseguir que la entidad que les colocó 
					las preferentes le devuelva su dinero. 
					 
					Según ha podido conocer este periódico de fuentes jurídicas, 
					la cifra media perdida por los ahorradores de Ceuta se sitúa 
					en los ciento cuarenta mil euros. Según estas fuentes, el 
					tramo va desde los que han perdido dieciocho mil euros –esa 
					es la cantidad mínima conocida- y los doscientos cincuenta 
					mil. Toda una ruina para muchos hogares ceutíes, cuyos 
					integrantes han comprobado como se han esfumado los ahorros 
					de toda una vida. 
					 
					Lo que en principio fue entendido como una inversión muy 
					rentable, con el transcurrir del tiempo se ha convertido en 
					una trampa mortal que ha desembocado en una pesadilla. 
					 
					Tanto es así, que este diario ha podido conocer que en Ceuta 
					son muchas las personas que invirtieron en estos productos 
					que no sólo han perdido todo lo depositado, si no que han 
					enfermado por causa de este problema 
					 
					Para poder entender bien el asunto, lo mejor que se puede 
					hacer es conocer que son las preferentes. 
					 
					Si nos atenemos a la definición que facilita la Comisión 
					Nacional del Mercado de Valores, las participaciones son 
					valores cuya rentabilidad es variable y no garantizada, por 
					lo que constituyen instrumentos financieros complejos y de 
					riesgo elevado. 
					 
					Aunque con anterioridad al 2003, estos productos eran 
					emitidos por filiales instrumentales radicadas en el 
					extranjero, aunque a partir del año citado se 
					comercializaron en el territorio español de forma masiva 
					para captar fondos, en muchos casos entre simples 
					ahorradores sin capacidad de discernir los riesgos 
					financieros que llevaban asociados.  
					 
					Estos productos no otorga derechos políticos al inversor, 
					ofrece una rentabilidad que está supeditada a la obtención 
					de beneficio por parte de la entidad y cuya duración es 
					indefinida. Los inversores de tan complejo producto son los 
					últimos en cobrar en caso de quiebra de la entidad, lo 
					harían sólo antes que los accionistas. 
					 
					Una de las entidades financieras que más comercializó este 
					producto fue Caja Madrid, que posteriormente se convirtió en 
					Bankia, Es aquí donde comienza lo ceutíes afectados por las 
					preferente. Como es conocido, la antigua Caja Ceuta se 
					convirtió, hace ya muchos años, en Caja Madrid, con lo que 
					esta entidad contaba con muchos clientes que respondían al 
					perfil descrito para se compradores de preferentes, Es 
					decir, personas de avanzada edad y cliente de la entidad de 
					toda la vida. 
					 
					Muchos de ellos convirtieron sus ahorros que tenían 
					depositado a plazo fijo en una compra de preferentes, y 
					según los responsables de un bufete de abogados de Ceuta 
					consultado por este periódico que lleva el caso de muchos 
					afectados, el mayor problema estriba en que la mayoría de 
					los clientes desconocían que las inversiones la hacían a 
					perpetuidad. 
					 
					Desde el bufete se informó que las pérdidas se sitúan, en la 
					mayoría de los casos, en un noventa por ciento de lo 
					invertido, prácticamente casi el total de lo depositado. 
					 
					Volviendo al caso de Bankia y según un documento interno 
					publicado en Expansión, este revela que el cuarenta y seis 
					por ciento de las preferentes que vendieron las siete cajas 
					que se fusionaran en Bankia, entre ella Caja Madrid, fueron 
					a parar a personas de más de sesenta y cinco años.  
					 
					Este producto, definido como deuda perpetua sin vencimiento, 
					tenían atrapados en 2012 a más de ochenta mil mayores de 
					sesenta y cinco años. De los que treinta y nueve mil 
					quinientos ahorradores tenían, incluso, más de setenta y 
					cinco. Muchos de ellos, ceutíes que habían confiando en la 
					entidad de toda la vida y que ahora luchan por no perder los 
					ahorros de toda una vida de sacrificios y trabajo. 
					 
					Pero hay más, ya que según se ha publicado recientemente por 
					agencias, Caja Madrid prometía a los potenciales compradores 
					de preferentes en el año 2009 que podrían rescatar su 
					inversión en un plazo máximo de siete días a precio de 
					mercado, según se desprende de varios argumentarios 
					distribuidos por la entidad a sus empleados con 
					instrucciones para la venta de estas participaciones a sus 
					clientes. 
					 
					“Existirá un mercado secundario en la propia entidad dónde 
					sus participaciones serán adquiridas en un plazo máximo de 7 
					días hábiles, a precio de mercado, el cual podrá ser mayor o 
					menor del precio de adquisición”, indican los documentos que 
					han sido aportados por la asociación ‘15MpaRato’ al juez de 
					la Audiencia Nacional Fernando Andreu, que investiga la 
					venta fraudulenta de este producto. 
					 
					¿Qué pasa si necesito mi dinero? 
					 
					En ellos se incluyen respuestas a las distintas dudas que 
					pudieran plantear los clientes. La precisión sobre el plazo 
					máximo de siete días para la recuperación de la inversión 
					figura como respuesta a la pregunta ‘Pero...¿qué pasa si 
					necesito mi dinero?’. 
					 
					Los argumentarios también incluye contestación a cuestiones 
					como el plazo de vencimiento de la emisión y especifica que, 
					aunque ésta “carece de vencimiento definido porque se trata 
					de recursos propios similares a las acciones de los bancos”, 
					a partir del quinto año Caja Madrid, a su elección, podrá 
					amortizar total o parcialmente la emisión, previa 
					autorización del Banco de España. 
					 
					“En ese caso los títulos se amortizarán al cien por cien de 
					su valor nominal, y los partícipes habrán obtenido, durante 
					todo ese tiempo, una rentabilidad superior a la habitual 
					para ese plazo”, indicaban. 
					 
					Los folletos incluían una prohibición expresa de “la 
					difusión de su contenido” a personas ajenas a la entidad 
					“por limitaciones impuestas por la CNMV”, que prohibía la 
					publicidad de la emisión en medios de comunicación, la web y 
					en oficinas. “Esta información no debe estar en nuestras 
					oficinas a la vista de los clientes”, especificaba. 
					 
					Agregaban que la compra del producto constituía “una gran 
					oportunidad” para “aquellos clientes que deseen obtener 
					durante un amplio plazo de tiempo un rendimiento muy 
					atractivo”. Las recomendaciones insistían en la necesidad de 
					garantizar la “seguridad” del producto, que contaba con “la 
					garantía cien por cien” de la entidad. “Caja Madrid, cuarta 
					entidad financiera nacional ha presentado en los últimos 30 
					años un historial creciente y sostenido de beneficios, 
					incluso en épocas complejas como la actual”, indicaba. 
					 
					Los argumentarios incluían también respuesta a la probable 
					inquietud sobre la bajada del rating. Así, refleja que los 
					empleados debían comunicar que esta disminución de las 
					calificaciones era común “a todo tipo de emisores, tanto 
					empresas como entidades financieras”. “En el panorama 
					internacional el sistema financiero español destaca sobre 
					todos los demás por su solidez y solvencia y, dentro del 
					sistema español, Caja Madrid ocupa una posición destacada”, 
					añadía. 
					 
					Uno de los folletos, elaborado para la dirección de la zona 
					de Toledo, fijaba objetivos de venta y recomendaba a las 
					oficinas grandes una venta de preferentes de 50.000 euros, a 
					las medianas de 35.000 y a las pequeñas de 20.000. El 
					objetivo era suscribir 29,7 millones de euros adicionales a 
					las ganancias de la emisión de preferentes de 2004. 
					 
					 Destaca entre los “aspectos clave a tener en cuenta” la 
					“implicación” de sus empleados en la venta de las 
					participaciones. “Todos debemos participar en la venta 
					activa”, decía. Ordenaba a los comerciales contactar “con 
					todos los clientes carterizados”. 
					 
					Ante esta situación, desde el bufete ceutí se informó que 
					son muchos los ahorradores que han acudido, el último hace 
					apenas una semana, para requerir sus servicios, iniciando, 
					al igual que mucho españoles afectados, un proceso que se 
					antoja complicado y no exentos de muchos inconvenientes. 
					 
					El Gobieno y la Audiencia Nacional se han visto obligado a 
					tener que abrir la vía del arbitraje como vía para que estas 
					personas puedan recuperar, al menos, la mayor parte de su 
					dinero. 
					 
					Pero este camino, según las fuentes jurídicas consultadas, 
					no es precisamente un camino de rosa, ya que las mismas 
					informan que en los casos de los ceutíes que llevan se ha 
					detectado mala fe, puesto la entidad financiera intenta dar 
					una buena imagen, pero en el fondo lo que se ofrece es el 
					canje por acciones, en muchos casos podría que con un 
					nominal superior al de mercado, es por lo que aseguran las 
					pérdidas pueden alcanzar hasta el noventa por ciento. Un 
					auténtico drama para el inversor. 
					 
					En otros muchos casos, prosiguen desde el bufete, se les ha 
					dicho a los ahorradores que no se preocupasen con el 
					procedimiento de arbitraje ya que se les iba a devolver todo 
					su dinero. 
					 
					Otra de las estrategias usadas, al parecer, por la entidad 
					es la de dilatar en el tiempo estas situaciones en un 
					intento de buscar la prescripción del presunto delito 
					cometido, basándolo en la fecha de la firma de la compra de 
					las participaciones. 
					 
					El bufete consultado tiene claro que lo más importante es 
					que este tipo de producto financiero no se debería de haber 
					comercializado a particulares. Y es cierto, ya que no estaba 
					destinado a pequeños ahorradores. 
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