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OPINIÓN - LUNES, 14 DE OCTUBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

El éxito y el fracaso en la educación
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Dicen los partidos políticos que la ‘ley Wert’ será derogada en cuanto el Gobierno actual pierda su mayoría absoluta. La frase me recuerda a aquella otra pronunciada por Manuel Fraga sobre la LODE: “Es una ley que en cuanto tengamos mayoría suficiente derogaremos para hacer una legislación acorde con la defensa de la tradición familiar”. Lo dijo en diciembre de 1983.

Al lado de colegiales y padres de familia, en las manifestaciones de los días 16, 17 y 18, del citado mes, se vieron los blancos griñones y los severos hábitos de algunas monjas temerosas de que, si era aprobado el proyecto, éste acabara obligándolas a cerrar sus centros de enseñanza. En las calles españolas los manifestantes gritaban el siguiente pareado: “Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura Maravall”. En síntesis: la LODE (Ley Orgánica de Enseñanza) pretendía regular la enseñanza general básica, por un lado, y el régimen de los colegios privados por otro.

En fin, válgame lo dicho para hablar de aquellos años donde los problemas escolares estaban a la orden del día en casi toda Europa. No sólo en una España que empezaba a coger el paso de las directrices marcadas por un Gobierno socialista que irrumpió en escena con enormes bríos y con apoyos multitudinarios. Tantos que a Emilio Romero se le ocurrió decir: “Como sigan así las cosas, el socialismo puede convertirse en un ‘franquismo moderno’, pero la gente –lógicamente- llama felipismo”.

De los problemas escolares leí yo algo en aquel tiempo. Recuerdo que en uno de mis viajes futbolísticos, concretamente a Jaén, descubrí en una de sus calles un mercadillo donde se vendían libros. Y muy pronto se me vino a la vista un ejemplar revestido de rojo. “Vivir con adolescentes era su título”. Y su autor era Martin Herbert. Me leí el libro en nada y menos. Y decidí, además, tenerlo siempre a mano. Así que lleva ya la friolera de 30 años situado en la mesita de apoyo que tengo en mi sala de lectura y escritura. En él se hace un estudio exhaustivo de la adolescencia. Y cuenta con 20 páginas donde se ahonda en el éxito y el fracaso de la educación.

No soy yo, por haberme leído este libro, la persona más indicada para opinar acerca de los continuados fracasos de las leyes educativas que se han venido aprobando durante años. Pero creo que hay algunos párrafos pertenecientes a “Vivir con adolescentes” que bien podrían interesarles a profesionales de la cosa. He aquí uno: “La educación formal masiva ha creado graves problemas de metas vitales en los adolescentes que sufren incapacidades de aprendizaje. Para los alumnos que logran éxitos académicos, el centro docente constituye un puente entre el mundo de la niñez y el mundo adulto. Para los niños que no quieren aprender o que son incapaces de conseguirlo, el centro de enseñanza es un lugar donde probablemente va a dar comienzo la batalla contra la sociedad. Y es que hay jóvenes que en su vida se desenvuelven bien, o razonablemente bien, antes y después de los años de escolarización, pero que durante estos años –por razones muy diversas- son considerados como incompetentes o escasamente adaptados. En cambio, muchos niños que se han visto condenados en la escuela experimentan una gran liberación cuando ingresan en el mundo adulto y tienen que ganarse la vida o sostener una familia”. En las escuelas tampoco se enseña a sobrellevar el ocio impuesto. O sea, el paro. Recomiendo la lectura del libro a los profesionales de la enseñanza. A lo mejor les vale de algo.
 

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