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OPINIÓN - MARTES, 15 DE OCTUBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El PSOE y el “cambio”
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

Parecen términos sinónimos y, en realidad, habría que discutir mucho sobre la correlación de esos dos términos.

Es cierto que en las elecciones de 1982, las de aquel 28 de octubre, en la publicidad del PSOE, pudimos leer todos:”Por el cambio” y ese cambio se dio, aunque no estemos todos seguros de que fuera para mejor.

Y es que, cuando el PSOE llegó al poder, con nueve millones de votos a su favor y con una mayoría aplastante, ya estaba desmontado el franquismo, porque la UCD con muchos problemas internos, con cambio de presidente y sin una mayoría absoluta, en ningún momento, fue capaz, en muy poco tiempo, de desmontar lo que parecía, porque así se había aireado, que estaba “atado y bien atado”.

Ya por aquellos días, desde el PSOE se habían lanzado dardos envenenados contra Adolfo Suárez, primero y contra Leopoldo Calvo Sotelo, después, en el ocaso de la UCD.

Con el PSOE se daba un giro, no tan a la izquierda como habían alardeado, ni tan a la honradez como se publicaba, por aquello de los cien años de antes.

La mayoría absoluta y aplastante, que logró el PSOE, nadie la puede poner en tela de juicio. La legitimidad de su llegada al Gobierno está fuera de dudas, pero el “cambio”, si es que lo hubo empezó a ir acompañado de otras cosas.

Del Gobierno de Adolfo Suárez nadie ha podido hablar de amaños y favores a sus más allegados, de los gobiernos de Felipe González se han escrito muchas cosas y pocas de ellas se han llegado a desmentir con rotundidad, especialmente, a partir de la segunda legislatura en el poder.

Y es que poner las manos sobre la candela implica que te puedes quemar, y la primera quemadura de González la tuvo con su –en otros tiempos- inseparable Alfonso Guerra, un gran político, por otra parte.

Aquello queda muy lejos, era el cambio de España anunciado por el propio Guerra, que llegó y pasó, pero fue un cambio, poco a poco, hacia la cleptocracia, que comenzó con el PSOE en el poder, no con otros y con quien sigue, en más terrenos de los que serían deseables.

Y no digo que con otros no lo haya, porque ahí está Cataluña con CiU, o ahí está un Bárcenas cualquiera con el PP. Esto parece el cuento de nunca acabar, más por los hechos que por las simples palabras.

Y ahora vuelve a salir Rubalcaba a la arena. El eterno Rubalcaba, el político más contrapuesto a la seriedad y a la claridad, de cuantos “se han vestido de largo”, en los últimos 35 años.

Rubalcaba dice que “no nos podemos permitir un gobierno torpe y mentiroso”, lo que nos faltaba, que Rubalcaba hable de gobiernos mentirosos, cuando él ha participado de la mentira constante, desde que formó parte del primer Gobierno, y ahora en la oposición no hay quien recuerde una verdad suya, ni en lo que dice, ni en lo que ha hecho.

Pérez Rubalcaba, el hombre que ha recibido la mayor derrota en los años de “democracia”, ahora hace un llamamiento a los ciudadanos, para no caer en el “pesimismo social” y ya sueña con que el PP va a perder las próximas elecciones y que “cambiará lo que está haciendo el Gobierno”. Soñar no cuesta dinero y soñar despierto menos. Eso del cambio podría convertirse en un sueño más.
 

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