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OPINIÓN - VIERNES, 18 DE OCTUBRE DE 2013

 
OPINIÓN / ANALISIS

Ceuta y Melilla, ¿ciudades hermanas?

Por Alejandro S.


No es lo mismo predicar que repartir trigo. Las similitudes que siempre se han establecido entre las dos ciudades autónomas, por sus múltiples semejanzas, dejan en ocasiones un vacío que nos hacen pensar si, cuanto se dice en cuestión de hermanamiento o parecido es pura coincidencia o conveniencia según qué circunstancias y hechos se den o puedan dar.

Por ejemplo, hay que recordar que Melilla se abstuvo en la votación de la propuesta de financiación autonómica, presentada por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en 2009, por lo que, según Imbroda, fue “penalizada”. Entonces, Ceuta, que sí votó a favor propuesta de Zapatero, recibió 3,2 millones de esta partida.

Además, en materia de pago a proveedores, el Gobierno de Melilla no tuvo la necesidad de acudir a los préstamos ICO con ese 5% de interés anual, porque tampoco tenía 80 millones de euros de facturas en el cajón sin consignación presupuestaria. Y se dijo entonces, que Juan José Imbroda, había sabido gestionar mejor que Juan Vivas.

Ahora, con motivo del nuevo pliego de condiciones para sacar a concurso la línea marítima de interés público, el Gobierno de Melilla descarta que el concurso se quede desierto como en el caso de Ceuta y, a diferencia de nuestro caso, el Ejecutivo de Imbroda aporta 1,7 millones de euros en el convenio que suscribe con el Ministerio de Fomento para mejorar el contrato y, por ende, las líneas marítimas. Así el nuevo contrato marítimo de Melilla rebajará precios y potenciará el turismo, según Imbroda, que defiende el nuevo pliego porque aporta una mejor calidad de servicios para los ciudadanos. Ese esfuerzo por contribuir a que la calidad de vida de los melillenses sea mejor, es lo que ha llevado a imponer entre las condiciones del contrato la reducción del tiempo de travesía de ocho horas a cinco, que la navegación sea diurna en vez de nocturna como hasta ahora y que bajen los precios en más de un 40%.

A la vista de estas circunstancias, es difícil entender como ciudadano, que dos gobiernos del mismo color político (PP) en dos ciudades con los mismos problemas, vean un mismo asunto bajo distinto prisma, lo que nos lleva a pensar que “juntos pero no revueltos” y que cada Gobierno sigue su dinámica, sin que ello suponga directriz alguna desde Madrid ni unificación de criterios ni unidad de acción política, pese a que las singularidades sean muy parecidas. A lo que parece, en las continuas reuniones Vivas-Imbroda, no ha debido de plantearse una cuestión de estas características sobre la línea de interés público, como si éste fuera un tema menor o carente de importancia. Total, Vivas y los suyos, viajan en helicóptero…

Porque si bien, el portavoz del Gobierno, Emilio Carreira, tiene razón cuando expone que el coste del contrato “tiene que ser asumido con cargo a los presupuestos del Ministerio de Fomento”, tampoco ha de ser tan difícil, contribuir con el “granito de arena” a mejorar un pliego de condiciones que va a repercutir en beneficio de los ceutíes. De esos ceutíes, a los que, cuando llegue la época de elecciones se les va a pedir el voto y a los que ahora y por el momento se les deja sin una naviera que cubra las necesidades de un contrato de interés público. Por el momento porque la Delegación del Gobierno está trabajando para que no sea así y confío que ese trabajo dé sus frutos.

De cualquier forma, que Ceuta y Melilla vean las cosas de manera distinta en una cuestión fundamental, hace pensar en cualquier actitud (y ninguna buena) sobre la manera de prodigarse. ¿O es que acaso estamos tan pobres que no hay dinero para aportar 1,7 millones de euros para garantizar un servicio de interés general?

En este caso nos hemos desmarcado de Melilla, la ciudad hermana, el Gobierno “hermano”. Damos una mala sensación. ¿Sabe cuál señor Vivas? Pues parecemos los hermanos pobres de una familia de desfavorecidos, que nos vemos atrapados en nuestra propia indigencia. Como si no tuviéramos ni un duro. Quizás por tener que acudir al préstamo ICO para poder pagar los 80 millones de euros de facturas, de las que todavía nadie se ha responsabilizado.

Por eso, hay que entender que Ceuta y Melilla, tan parecidas pero, sin embargo, tan distintas. Nos hemos empeñado en diferenciarnos a peor. Como si el tema del contrato de interés público, no hubiera estado en la agenda de conversaciones Vivas-Imbroda. Total, ¡qué importa!
 

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