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OPINIÓN - MARTES, 22 DE OCTUBRE DE 2013

 
OPINIÓN / CARTAS AL DIRECTOR

Vivas se apunta a la ‘teoría de la conspiración’

Por Ramiro T.


A cada caso de corrupción que brota en el PP, los populares sacan a relucir su palabra favorita: conspiración. El último en apuntarse a la teoría conspiratoria ha sido el Presidente de la Ciudad y del PP de Ceuta, Juan Vivas, quien viene denunciando una “operación acoso y derribo” contra su Gobierno para “desde la manipulación y la mentira, intentar manchar la honorabilidad de otros en beneficio propio”. Todo ello en un intento “desesperado” por esconder la presunta corrupción de los casos ‘Urbaser’ o ‘Kibesan’. El Gobierno y el PP parece construir su defensa ante el vendaval a partir de dos pilares: todo es mentira y hay una serie de maniobras -conspiración- contra Juan Vivas.

Cuando a Vivas no le gustan las instrucciones, las investigaciones y las críticas, arremete contra todo para intentar confundir a la opinión pública y alejar a los ciudadanos de la verdad. En este sentido, Vivas parece haber aprendido de Rajoy la estrategia a seguir ante los escándalos, una táctica que siempre responde a algunos patrones. En primer lugar, minimizar el ruido situándose en la mejor de las opciones. Esto es, actuar como si la acusación fuera una hipótesis improbable y no hubiera condena posible: “Sabes, querida Yolanda que tienes el apego de todo el partido, que confío en ti y que por ti pongo la mano en el fuego”. Y en segundo lugar, recurrir a la teoría de la conspiración contra su formación: “Existe una inesperada alianza de inquisidores, resentidos, aduladores de antaño que ahora no tocan bola y oportunistas sin escrúpulos” que ataca al Gobierno con la mentira y la manipulación”.

Existe una siguiente fase, que quizá se produzca pronto, en la que cuando las circunstancias hacen insostenible una defensa a ultranza, se opta por el silencio. Es esa fase en la que Vivas suele recordar que no le gusta tomar medidas drásticas. En este sentido, Rajoy apoyó abiertamente a Bárcenas hasta que las evidencias judiciales cambiaron el escenario. Empezó ahí una especie de estrategia del olvido, una opción que le permitió empezar a enterrar el escándalo con discreción. Esta hoja de ruta lleva años disparando especulaciones sobre el chantaje a la cúpula y al jefe del Ejecutivo. Ya en 2009, Rajoy aseguró que no toleraba chantajes. Enfatizó, al igual que ha hecho ahora Juan Vivas, una frase que era toda una declaración de intenciones y sonaba casi a advertencia: “Yo no funciono a base de presiones”.

Y es que la idea de Juan Vivas de que el destino de los acontecimientos humanos está totalmente fuera de nuestras individuales manos y de las manos de la colectividad, de que todos los sucesos y acontecimientos responden a las decisiones maquiavélicas de un reducido número de personas confabuladas para adquirir el poder absoluto y pleno, es una idea fácil y recurrente en el imaginario político, una idea que se repite de cuando en cuando y que da lugar a las teorías de la conspiración.

El presidente Vivas debe haberse aficionado mucho a las películas de Hollywood, y se acaba creyendo que lo visible y presente no es real, aunque lo parezca eminentemente, y que la verdadera trama de los acontecimientos a que asistimos no se desarrolla mediante la labor parlamentaria, ni por medio de los distintos grupos de presión y opinión existentes, ni de acuerdo con la historia pretérita, sino por la trama urdida en la sombra por unas pocas personas confabuladas entre sí.

Los elementos que inciden en los acontecimientos políticos, son pasadas por alto por los amantes -como Vivas- de las teorías conspiratorias, por quienes, en definitiva, carecen de profundidad de análisis para poder ver más allá de la superficie y simplifican la realidad haciéndola provenir, exclusivamente, de arbitrariedades secretas de un número reducido de personas. En realidad semejantes inventos no son teorías sino habladurías, charlatanería a menudo proferida por chiflados pero que puede llegar a calar hasta afincarse en pensamientos serios. Así, los nazis inventaron la tesis de la conspiración judeo-masónica mundial para hacerse con el mundo e incluso hubieron de redactar documentos falsos como Los Protocolos de Sión, lo que les valió para justificar y pretender legitimar todas sus atrocidades.

Juan Vivas se ha abonado a la teoría de la conspiración ante las andanada de los casos ‘Urbaser’ y ‘Kibesan’. “Vivas sabe que van a por él”, reconocía ayer un destacado dirigente del partido. “Es evidente que quieren perjudicar al PP y sobre todo al presidente”, reconoce Yolanda Bel en privado. La cuestión es dónde está el origen de esa ‘operación’. Y es que el PP ceutí, cainita por sí mismo porque lo lleva en los genes, no pierde la oportunidad de hacerse el harakiri sin necesidad de que vengan terceros, la oposición o quien sea, a buscarles las vueltas. Ustedes déjenlos, que ellos mismos se encargan de que llegue la sangre al río sin que nadie les ayude, que para eso son unos verdaderos expertos. ¿Se desatará el “fuego amigo” en el PP?
 

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