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OPINIÓN - SÁBADO, 2 DE NOVIEMBRE DE 2013

 
OPINIÓN / ANALISIS

La polémica obra de la Marina, suma y sigue

Por Alejandro S.


Juan Vivas busca un claro fin electoral: preocupado por la pérdida de votos en las últimas elecciones municipales en general (cerca de 3.000) y especialmente en la zona centro con un electorado afín y propicio del Partido Popular, se embarca ahora en un propósito descabellado con más 5 millones de euros de por medio, olvidándose de planes de austeridad o sostenibilidad, y tirando por el camino de en medio (como diría un castizo), sin importarle lo que piense la ciudadanía y a sabiendas de que ésta es una obra innecesaria en la actual coyuntura económica.

El descenso de votos no es cuestión de obras y sí de comportamientos, poco importa el impresionismo, lo impactante de un presidente en cuestión de inversión, los ciudadanos se fijan mucho más en el día a día, en lo cercano, en lo próximo y esto, en barriadas, es un fiasco. Por ello, ni las obras faraónicas ni los monumentos gigantescos, van a suponer un cheque en blanco para “recaudar” o recuperar votos. ¿Ha creído Vivas o el Partido Popular que el “atraco” a los bolsillos de empleados públicos no va a tener un muy elevado coste político? ¿Ha creído Vivas y el PP que los “recortes” en los salarios de los 2.500 empleados públicos del Ayuntamiento y empresas municipales es mera anécdota a olvidar en 2015?

Si es que piensa, realmente, que llegados a las elecciones de 2015, nada de estas circunstancias influirán, es que está en otro mundo: en el de Yuppi. Una vez que ha perdido él también su carisma de persona respetable, cordial, amable y tras sacar su verdadera cara en más de una actuación, poco le queda a lo que agarrarse. Y quiere hacerlo, a la desesperada, en una obra en la que pueda colocar su placa, en la que perpetuarse y, quien sabe (debe pensar), obtener rédito político.

En el Partido Popular muy pocos (por no decir nadie), comulgan con estas ideas tan estrambóticas al uso como la de la remodelación de la Marina. Otra cosa será que en público se manifiesten, que no lo hacen, porque el miedo el libre y siempre se temen las represalias de quien maneja muchos hilos para dañar a quien tenga la osadía de enfrentarse a él en público. De todas formas, que no se fie de los corifeos porque en la antigua Roma, ya conocimos traiciones históricas y en un partido político, los enredos “palaciegos” y el cainismo, son monedas de uso frecuente que ha dejado a muchísimos cadáveres por el camino o en los armarios.

Vivas, por ejemplo, ya que nos encontramos en la reciente Noche de Halloween, sabe mucho de difuntos, de disfraces, de historias de miedo y, naturalmente, de truco o trato. ¿O alguien ha pensado que anunció hace más de 15 días su candidatura por gusto? Obedecía a una razón clara: quiso exponer abiertamente en la sede de su partido, ante cuatro militantes, un “aquí estoy yo” para quien osara sacar la cabeza o menearse. Ha sido la candidatura más madrugadora, pionera, anticipada en el tiempo.

Alfonso Guerra, al menos, decía con toda claridad que “quien se menee no sale en la foto”, pero Juan Vivas, mucho más sibilino, no lo dice pero lo piensa y lo hace. Sin embargo, si hablas con algunos del Partido Popular, bien que te dicen a resultas de ese anuncio tan prematuro: “De aquí a 2015 falta mucho y pueden pasar muchas cosas”. Como dando a entender, que también puede esperarle alguna sorpresa a Juan Vivas. De ahí lo de truco o trato.

De cara al posible “chanchulleo” en los trámites de la adjudicación habrá que estar muy atentos, porque las características que se han hecho públicas sobre las condiciones que ha de reunir una posible adjudicataria, deja una puerta muy abierta que obliga a estar muy atentos. Veremos quien intenta “sacar tajada” en este asunto de la remodelación de la Marina, que parece un bizcocho para Juan Vivas y un caramelo envenenado para todos aquéllos que se oponen: desde los presidentes de barriadas, a los militantes del PP cuando se pronuncian en privado, y a cualquier persona sensata, a cuya inteligencia se insulta cuando desde el Gobierno se recurre al cumplimiento de una Sentencia judicial, cuando ésta, sólo obliga a la impermeabilización de los garajes que supone no los más de 5 millones que supondría la obra en su totalidad.

Tiempo habrá de ir haciendo el seguimiento a los componentes técnicos, políticos y de otro tipo. Aquí hay mucha tela que cortar.
 

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