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OPINIÓN - LUNES, 11 DE NOVIEMBRE DE 2013

 

OPINIÓN / EL OASIS

La posible verdad del cuento
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Imagínese usted, aunque sea por breves momentos, que es el director comercial de una empresa de alto copete o bien de entidad bancaria consagrada en el mundo entero. Y, por tanto, está usted al frente de un grupo de personas encargadas, entre otras muchas cosas, de vender lo mejor posible sus productos.

Imagínese que, una vez oídas todas las opiniones de los profesionales que le prestan asesoramiento, a usted le toca decidir quién es la persona adecuada para que se convierta en el propalador de lo que ustedes ya venden o quieren vender.

Imagínese que, una vez vistas todas las propuestas, y tras estudiar atentamente el asunto, atendiendo a sus pros y sus contras, usted, con el beneplácito de todos sus ayudantes, acepta que el elegido para anunciar las bondades, verbigracia, de su banco, sea un portero de fútbol famoso y que, además, es el clásico guaperas que requiere el arte de la seducción pública.

Pero usted, hombre de mundo, que está al tanto de la calle y cuya amistad con editores de medios de comunicación, directores y periodistas relevantes, con los que suele reunirse cada dos por tres, antes de comprometerse a que el guardameta sea la mejor imagen de su banco, no ha dudado en manifestarse así: “Oye, ese portero no juega. Es suplente. Por lo que me parece muy arriesgado apostar por él como hombre anuncio de nuestra entidad”.

Y, ante dudas tan de cajón, interviene el director de un medio deportivo madrileño, para poner las cosas en su sitio. Y lo hace pontificando: “En cuanto se vaya Mourinho, algo que doy por hecho, llegará Ancelotti y Casillas será titular indiscutible”.

Y usted, director comercial, da por bueno lo que, como dogma, le ha dicho el director de un medio deportivo que, a su vez, llega a la reunión acompañado de otro personaje perteneciente al consejo de administración del periódico. En suma: que el portero firma ese contrato de publicidad a precio de oro.

Meses más tarde, cuando ya no había posibilidad de romper los acuerdos entre partes, es decir, entre la entidad bancaria y el cancerbero, el preparador de porteros decide que Diego López, amén de ser mejor técnicamente, es más alto y está en mejores condiciones físicas. Y Ancelotti, cuya confianza en Vecchi es absoluta, le hace caso. Y usted, naturalmente, se queda chasqueado, decepcionado, desilusionado y piensa, inmediatamente, que ha sido objeto del timo de la estampita. Algo intolerable. Y que tiene consecuencias desagradables en el círculo de más poder de la entidad, compuesto por personas que nunca suelen olvidar las meteduras de pata de tamaño calibre.

A partir de ese momento, en el cual López es titular, los teléfonos echan humo y se suceden las conversaciones y se llega a la conclusión de que todo se puede arreglar mediante una campaña ‘sobrecogedora’ contra el muchacho nacido en Paradela (Lugo). A la par que el ahijado de Del Bosque se convierte en un Jeremías.

Así, menospreciando el hacer de DL, y exaltando virtudes del muchacho más querido por todas las suegras de España, lograron que Ancelotti prescindiera del gallego en los torneos coperos. Lo cual no ha satisfecho a los ‘sobrecogedores’ del periodismo deportivo, que aún siguen erre que erre contándonos el cuento del alfajor sobre Casillas. Lo mejor del caso, sin duda alguna, es haber descubierto que López tiene nervios de acero. Algo que le permite soportar la malévola campaña con estoicismo. Es decir, con firmeza y serenidad. Dando la impresión de que está hecho de hielo.
 

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