PortadaCorreoForoChatMultimediaServiciosBuscarCeuta



PORTADA DE HOY

Actualidad
Política
Sucesos
Economia
Sociedad
Cultura
Melilla

Opinión
Archivo
  

 

 

OPINIÓN - DOMINGO, 5 DE ENERO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

La importancia de dormir
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Conversando con uno de los hombres más cultos que hay en esta ciudad, no hace mucho, hablamos de la importancia de conocer la calle y de la necesidad de transitarla, por razones obvias. Y, cuando habíamos dialogado unos minutos al respecto, a mí no sé por qué se me ocurrió decirle que tampoco nos conviene echar en saco roto la mucha importancia que tiene, desde el punto de vista de la salud y de la higiene, el dormir.

Y mi interlocutor respondió preguntando:

-¿Eres tú de los que crees que dormir es más importante que comer, o que la satisfacción de cualquier otra necesidad física?

-Pues sí…, le dije. Aunque como decía el poeta, esto, claro, no se le puede decir a una señora porque las señoras los quieren, a veces, despiertos. Y es que el ansia de dormir lo vence todo.

En mi caso, cuando duermo las horas necesarias me siento mejor en todos los sentidos. Si duermo poco y desordenadamente, se hace presente la fatiga, el malestar físico, la inflamación de las venas me puede llevar a cometer acciones insensatas, a mostrar un lenguaje desprovisto de medida, a establecer juicios más gratuitos de lo que suelen los juicios habituales y humanos. En suma, que dormir bien es principalísimo para mí. Y no tengo el menor inconveniente en hacerle el artículo.

De los grandes seductores se ha dicho siempre que tienen una facilidad asombrosa para dormirse en cualquier sitio. Uno de ellos fue Napoleón. De él se ha escrito que aprovechaba cualquier momento para beneficiarse de la protección de Morfeo.

Por cierto, hablando de Napoleón, permítanme decirles que nuestro alcalde es rendido admirador del generalísimo francés. Y que quienes sabemos de su fascinación no pocas veces hemos apreciado en él gestos y tiques calcados a quien fue en su momento el dueño de casi toda Europa Central y Occidental.

Me imagino que nuestro alcalde, como ferviente admirador de tan grande hombre, sabrá perfectamente que la razón principal del poder de atracción de NB consistía en esto: que los hombres estaban seguros de conseguir sus fines guiados por él. Por esto se le adhirieron, como se adhieren a aquel que les infunde una creencia análoga.

Nuestro alcalde lleva doce años disfrutando de un poder absoluto, debido a que así lo han querido los ciudadanos por medio de su voto. Y ese veredicto es inapelable. No obstante, existe la creencia de que nuestro napoleón de andar por casa está perdiendo credibilidad a chorros. Que la desconfianza en su modo de obrar no cesa. Que cada vez cuenta con menos adhesiones. Y que la gente lleva mucho tiempo preguntándose dónde coño está su encanto, y cómo es posible que se le vayan acumulando los fracasos.

En ocasiones, he oído decir también que nuestro alcalde ya no genera entusiasmo ni entre los suyos, pero que va a ser muy difícil desalojarlo del poder. Y, desde luego, se habla de su manifiesto y perenne malhumor y de estar permanentemente viendo enemigos por todos los rincones. Así que no me sorprendería que cualquier día me dijeran que hasta se ha sometido a los consejos de cualquier rasputín de andar por casa. Algo que vuelve a estar de moda entre los gobernantes.

Y mi respuesta ha sido siempre la misma: nuestro alcalde tendría que dormir mucho. Muchísimo. Tanto o más que su admirado Napoleón Bonaparte. Aunque haya señoras que se lo critiquen. Y, mediante sueños reparadores, seguramente volverá a seducir.
 

Imprimir noticia 

Volver
 

 

Portada | Mapa del web | Redacción | Publicidad | Contacto