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OPINIÓN - JUEVES, 06 DE FEBRERO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

Hay políticos que suelen perder la chaveta
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

A veces se me hace tan difícil entender a nuestro alcalde como sin duda lo sería contagiarle la gripe a un cadáver. O como bien decía otro amigo mío, a cada paso: “Mas difícil que raptar la Giralda de Sevilla a las doce y media del día”. Ya ven ustedes lo poco que cuesta hiperbolizar. Más o menos lo mismo que decir: “Yo continúo poniendo la mano en el fuego por Yolanda Bel”.

Nuestro alcalde sabe perfectamente que YB no ha hecho nunca nada que él no haya querido que haga. Ni YB ni ningún otro miembro de su gobierno. Insisto: en el Ayuntamiento nadie toma decisión alguna sin el consentimiento de Vivas y sin el consabido visto bueno de Aróstegui. Axioma: verdad que no necesita demostración.

Por lo tanto, no debe causarnos ninguna extrañeza que a Vivas no se le caiga de la boca lo de poner la mano en el fuego por su consejera (por cierto: debe valer un Potosí, dado los diversos cargos que ocupa) para significar que responde plenamente de ella; vamos, que le otorga toda la confianza habida y por haber. Tal es así, que a punto ha estado de decirnos que por ella es capaz de sacarle los ojos al más pitando.

La defensa de un compañero, compañera en este caso, no vaya a ser que me llame la atención mi estimada Fatima Hamed, es digna de encomio por parte de nuestro alcalde, naturalmente que sí. Si no fuera porque, no ha mucho tiempo José Antonio Rodríguez, consejero de Gobernación a la sazón, se vio envuelto en un caso similar y lo pagó con el destierro. Sin que nadie, y mucho menos nuestro alcalde, alzara la voz para defender su nombre ante los que decidieron mancillarlo.

Bien es verdad que mi estimado Rodríguez ni fue denunciado ni hizo declaraciones altisonantes ni comprometedoras contra quien estaba al tanto de cualquier acción suya al frente de la consejería de marras. Sino que se limitó a coger sus bártulos e irse hacia otro sitio sin decir esta boca es mía. Decisión respetable de una persona, posiblemente agradecida a Vivas. Pues con esa actitud, no cabe la menor duda de que le hizo un gran favor a nuestro alcalde y a las siglas de sus amores.

Pero no todas las personas somos iguales y, por supuesto, no respondemos de la misma manera. Me explico: YB, de quien hace nada y menos dije que le había olido a cuerno quemado la llegada de un compañero revestido de poderes suficientes como para que ella pasara a un segundo plano en el gobierno local, comenzó a dar incesantes muestras de desagrado con su situación. Y reaccionó con el valor con que suelen hacerlo las mujeres cuando de por medio hay rivalidades personales de cualquier tipo. Mostrando su desacuerdo sin vacilar y hasta no cortándose lo más mínimo en decir que estaba dispuesta a darse el bote y, desde luego, a no comerse el posible marrón de los pagos fraccionados con el fin de ayudar a todas las empresas posibles.

La postura de YB debe considerarse justa, porque había venido actuando siempre acorde con los deseos de nuestro alcalde, como justa fue la denuncia hecha por una asociación local contra la corrupción. Lo incomprensible es que nuestro alcalde salga diciendo, una vez más, que lo que existe es una campaña política para desestabilizar a su Gobierno y para acabar con él. Por parte de sus enemigos. Nuestro alcalde, al paso que va, dirá en cualquier momento que hay un contubernio judeo-masónico atentando contra su persona. Hay políticos que suelen perder la chaveta.
 

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