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OPINIÓN - SÁBADO, 22 DE FEBRERO DE 2014

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

Dando la nota
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

No podía ser de otra forma la actuación de Juan Luis Aróstegui, tras la concentración del pasado jueves, en la Plaza de los Reyes.

Antes de nada hay que resaltar que la asistencia fue muy corta y que gracias a los “residentes del CETI” que se acercaron al centro de Ceuta, que si no hubieran estado casi solos Juan Luis Aróstegui, Mohamed Alí, los medios de comunicación – que tenían que cubrir la información-, algún sindicalista de los que no tuvieran que hacer, una docena de curiosos y poco más.

Porque, hoy por hoy, la gente no se deja camelar con palabras huecas y cualquiera de Ceuta, Algeciras, La Coruña o Alicante, lamenta la tragedia de 15 fallecidos sean subsaharianos, noruegos o venezolanos, pero lo que no hace la gente, ya, es salir a pedir lo que al “Oráculo de Delfos”, alias Aróstegui, se le ocurra reclamar.

Y es que un personaje que intenta estar en todo, pero sin ser útil en nada, no puede ser ni la voz del pueblo, ni el estandarte al que haya que seguir, porque él, que se las da de tanto interés por los que necesitan ayuda, muy poco ha hecho o está haciendo por las personas que llevan semanas y semanas a la puerta del Ayuntamiento. Juan Luis Aróstegui es un fracasado en el mundo de la política y se lo acaba de demostrar el personal, no acudiendo a la manifestación de la Plaza de los Reyes, el jueves por la tarde.

Demagogia pura y burda es lo que trataban de hacer los Aróstegui, Alí y otras dos docenas de sindicalistas y seguidores de esos partidos a los que no votan ni los familiares de los que van en las listas cuando llegan unas elecciones.

Se pidió ¿Con qué legitimidad? la dimisión del ministro de Interior, del director general de la Guardia Civil y del delegado del Gobierno de Ceuta.

Sencillamente, lamentable, porque ya me irán diciendo qué habían hechos en aquellos momentos cualquiera de ellos y no habían hecho nada condenable, porque la invasión no fue algo anunciado, sino algo que se dio y las fuerzas de seguridad, en este caso la Guardia Civil, defendieron su terreno, ante los que querían entrar, por la fuerza, azuzados por unas mafias a las que les va muy bien con estos tipos de alborotos.

Y para echar un manto sobre sus bases muy poco sólidas, Juan Luis Aróstegui predicaba, en estos términos:”No hay ningún ciudadano en España que no sepa que ... han mentido”.

Mirándolo fríamente y apartados de esta tragedia, que todos hemos lamentado, Juan Luis Aróstegui es un “peligro” para la sana convivencia en esta ciudad.

Él, que cuando tuvo responsabilidades de gobierno dejó aquello como lo dejó, no puede ser el paladín de la pureza y de la rectitud en nada, y es que hablar de Juan Luis Aróstegui como el tipo preocupado por solucionar los problemas de Ceuta es como “hablar de la virtud en un burdel”.

Se deja ver, pero no lo votan y si en esta legislatura está en el Ayuntamiento es porque Mohamed Alí le dio cabida en una lista a la que votaron muchos de los que antes habían sido menospreciados por el propio Aróstegui.

No sé, al menos ahora mismo viernes a las siete de la tarde, si va a haber alguna dimisión o algún cese, pero si las altas esferas se hacen eco de las provocaciones de la farándula del tipo de Aróstegui es que en este país hemos perdido el tino y la cordura.

Muy claro ha quedado la fuerza de convocatoria por parte de Aróstegui y sus huestes: escasamente 200 personas asistieron y eso contando con los que se acercaron desde el CETI. Naturalmente hay lo que hay, y una tragedia no puede ser utilizada para empezar a buscar votos. Las insensateces no pueden llegar muy lejos.
 

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