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ACTUALIDAD - MIÉRCOLES, 26 DE FEBRERO DE 2014


material con el que trabaja la Guardia Civil. a.m..

Presión migratoria en Ceuta y Melilla
 

“Estamos trabajando con un material obsoleto y vergonzoso”, afirman agentes en el perímetro

Los Guardias Civiles se preguntan “¿cómo nos puede exigir que contengamos las avalanchas humanas? ¿Cómo vamos a frenar la acometida?. Nos sentimos indefensos”, lamentan
 

CEUTA
El Pueblo

ceuta
@elpueblodeceuta.com

“Estamos trabajando con un material vergonzoso”. Así se manifiestan los Guardias Civiles que se encuentran en el perímetro fronterizo de Ceuta. Los hechos son irrefutables: el material con el que trabaja la Guardia Civil en la frontera del Tarajal no puede ser más precario. Su carácter antediluviano supone dejar a los agentes del Instituto Armado, prácticamente desarmados. Y ahora, encima, el Director General de la Benemérita da una “instrucción verbal” para prohibir a los agentes el uso de pelotas de goma para disuadir los intentos de entrada de inmigrantes ilegales.

En este punto, lo evidente, no solo es que se impartan estas consignas, sino que se hagan públicas, ya que desencadenan el denominado “efecto llamada”, como bien se ha demostrado en la frontera de Melilla con la entrada de un centenar de ilegales.

Si la Guardia Civil no puede utilizar material antidisturbios, si sus medios para evitar la presión migratoria son los que mostramos en los documentos gráficos que ilustran están páginas, si sólo se les permiten balas de fogueo, como bien reconocen los propios Guardia Civiles, “parece que estamos en un juego de niños”.

El perímetro fronterizo no es un mero juego de “Paintball”; allí se preservan nuestras fronteras, las de la Unión Europea, en las que la Seguridad del Estado controla la posible entrada indiscriminada de individuos “sin papeles” y, por tanto, algo que habría de ser muy serio.

Si no le ponemos puertas al campo, si la permisividad es total, “¿cómo nos puede exigir que contengamos las avalanchas humanas?”, subrayan los agentes, que están totalmente de acuerdo con presidente melillense Juan José Imbroda por ridiculizar la situación y hablar de azafatas y de un comité de recibimiento.

Los agentes dicen que “es como quitarle a un cirujano el bisturí con el que opera”. Otros decían que “para esto, que ponga a un Viser de Seguridad como en la puerta de las discotecas”. El representante de la AUGC, Juan Antonio Delgado, quien manifiesta que “no tiene ningún sentido ni lógica, que dentro del operativo se haya prohibido taxativamente el uso de pelotas de goma”.

Además, pidió respeto para la Benemérita en la frontera y ha reclamado a la Unión Europea que “deje de mirar para otro lado porque Ceuta y Melilla es la frontera sur de España y de Europa”. Para el representante de la AUG, Juan Antonio Delegado se ha tratado de criminalizar a la Guardia Civil y en su opinión “estas opiniones son injustas porque los agentes son profesionales, comprometidos y solidarios”.

“Podemos cometer errores pero no con mala fe; hemos podido disparar al agua pero no tiran a dar, ni mucho menos a matar como se ha dicho, eso son calumnias y se les ha intentado criminaliza”

Ante una gran avalancha de inmigrantes “¿cómo vamos a frenar la acometida? ¿Con balas de fogueo como un anticipo de las Fallas valencianas?”, se preguntan los agentes que se encuentran en el perímetro fronterizo.

Además, los agentes solicitan también un protocolo claro de actuación para no incurrir en responsabilidades que no les competen, ya que los políticos a nivel Madrid imparten mucha “doctrina” y pocas soluciones.

Se indica que esta situación no es nueva sino que proviene de etapas anteriores. A estas horas, “no sabemos muy bien cómo defender la entrada ilegal a Ceuta”, afirman los agentes. Y quieren reivindicar su situación, su precaria situación, sus limitaciones en cuestión de material y el número escaso de efectivos. Una dotación insuficiente, obligados a emplear balas de fogueo.

Algunos Guardias Civiles, con la nueva situación temen por su propia integridad. “Nos sentimos indefensos”, lamentan. Lo cierto es que limitados en los recursos de actuación y con el precario material con el que disponen, su trabajo se complica y su efectividad se reduce a límites insospechados.
 


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