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OPINIÓN - SÁBADO, 15 DE MARZO DE 2014

 

OPINIÓN / EL ESQUINAZO

El sin sentido en una manifestación
 


Jesús Carretero
opinion
@elpueblodeceuta.com
 

No suelo ir, desde hace ya muchos años, a ningún tipo de manifestación porque, en casi todas ellas, hay ciertos tintes partidistas con los que no quiero colaborar, sean del color que sean.

En esta ocasión, sin embargo, el pasado jueves, a su debido tiempo, me planté, como otros más, en la Plaza de los Reyes, en la creencia de que la manifestación era, de verdad, para dar muestras de apoyo verdadero a la Guardia Civil, tras los ultrajes a los que ha sido sometida por parte de más de un siniestro personaje, por su intervención del pasado seis de febrero junto a la valla que separa nuestra ciudad de los dominios de Marruecos.

Y, en principio, tengo que decir que me defraudó el que sólo hubiera unas quinientas personas, si acaso, mostrando el agradecimiento que se debe a la Guardia Civil, por sus constantes actuaciones, corriendo muchos riesgos y poniendo en peligro su propia vida, especialmente ante avalanchas que nunca se sabe en qué pueden terminar.

En este caso y para con la Guardia Civil, Ceuta no fue generosa. Eso que quede claro y por mucha presencia de los organismos oficiales que hubiera.

Con todo, cada uno sabe lo que quiere y lo que tiene que o debe de hacer, con lo que si más de uno se quedó en casa sus razones tendría para ello y no seré yo el que tenga que objetar nada a nadie sobre este particular.

Pero lo que ni me gustó, ni voy a silenciar es el cariz político que, desde el principio, fue tomando ese apoyo, por parte de quienes debieran haber estado en un tono, totalmente, neutral por cuanto se estaba apoyando a unos profesionales y no buscando votos para unos o tratando que los otros no los consiguieran.

Y aquí, de nuevo, “vuelta la burra al trigo”, otra vez apareció eso del “piojoso” “y tú más”, que tanto agrada manifestar a los partidos políticos. No me gustó la exhibición de una pancarta con un sentido críptico y que, al final, no sé si iba en apoyo de, en contra de, para reprochar a los otros de o para manifestar que ellos son los mejores.

Exhibiciones de ese tipo flaco favor hacen, a ellos mismos o al propio acto que, en teoría, debiera haber sido totalmente neutro y de apoyo a la Guardia Civil, sin más, pero que en la práctica fue una manifestación de “colorines”, con los peones de brega en la arena, los primeros espadas en el burladero, en tanto que, en los tendidos, no supieron lucir, ni ellos, ni ellas, el mantón de Manila o el sombrero cordobés.

Poco lejos vamos por unos caminos tan tortuosos y tan estrechos, por los que si pasa el PSOE no quiere dejar espacio para que también transite el PP y si son estos los que van por delante, a duras penas, les dejan la vereda más estrecha para que pasen de uno en uno o se queden atrancados en medio del camino.

Con estas perspectivas, no me atrevería a decir que la manifestación llegó a donde tendría que haber llegado y una vez más ha quedado claro que cuando entran en escena los grupos políticos todo lo emborronan, lo suyo y lo que no les pertenece, mientras que cuando son los profesionales, del gremio que sea, los que actúan, entonces, salen las cosas, como tienen que salir.

Y en tanta anormalidad, dos notas que pueden ser tildadas como alguien quiera, pero siempre hay que verlo con sentido sano y sin recovecos, por un lado la llegada de Dudú, con un tricornio, símbolo imborrable de la Guardia Civil, con la bandera de España y el escudo del Real Madrid y por otro lado la llegada a la Plaza de los Reyes de una jovencita con su perro ataviado con una bandera de España, símbolo que nos debiera unir a todos, aunque fuera con los políticos de intermediarios.
 

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