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OPINIÓN - LUNES, 31 DE MARZO DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

Ser autodidacto no está bien visto
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

Nunca os jactéis de autodidactos, os repito, porque es poco lo que se puede aprender sin auxilio ajeno. Aforismo que Antonio Machado pone en boca de Juan de Mairena: profesor apócrifo en una de las obras fundamentales de la literatura española.

En esa sentencia se demuestra que el gran poeta sevillano, licenciado en Derecho y Filosofía y Letras, tenía metido entre ceja y ceja lo que sigue: si ya es difícil aprender con la ayuda de un maestro, conseguirlo sin ayuda de nadie debe provocar recelos.

De lo que se deduce que Miguel Hernández, por ejemplo, no dejaba de ser un bulto sospechoso, carente de todo crédito, por haber tenido que aprender siendo un lector compulsivo mientras pastoreaba cabras. El poeta de Orihuela es el mejor caso de persona autodidacta.

Autodidactos que lograron fama mundial en distintas disciplinas son tantos que, si a mí se me ocurriera mencionarlos, no cabrían en esta página. Y debo decirles que me quedo corto para que no se diga que peco de exagerado. Si bien no me resisto a nominar algunos que son de sobra conocidos: Agatha Cristie y Pearls Buck, Alexandre Graham Bell y Thomas Alve Edeson, Rober Frost y Mozart, y así podría continuar hasta mañana. Siguiendo la estela de Rousseau: que fue filósofo, músico, botánico y teórico político y social francés.

En España, como escritores de periódicos, aún sigue luciendo la estrella de Francisco Umbral como arquetipo de alguien que escribía como los ángeles -si es que éstos han escrito alguna vez- sin acreditación universitaria. Con acreditación universitaria se puede ser un negado del mismo modo que alguien que se haya instruido por su cuenta y carezca de título.

Los títulos ayudan a encontrar trabajo. Sería absurdo no reconocerlo. Pero tampoco conviene olvidar el caso excepcional del doctor Vivian Theodore Thomas: técnico quirúrgico afroamericano y profesor de cirugía, con un limitado grado de educación formal. Sí, ya sé que la excepción no hace la regla y mucho menos en algo tan sumamente delicado como es el estudio de la medicina: Ciencia que trata de la prevención y curación de las enfermedades y de sus distintas especialidades.

Yo he tenido la suerte de conocer autodidactos geniales en lo suyo. Verbigracia: había un químico auténtico de vinos en mi pueblo. Con una formación autodidacta pero sólida y verdadera. Era un genio en la materia. Y los propietarios de bodegas se lo rifaban ante el careto mohíno de los más distinguidos y remilgados licenciados. Cruyff, me acabo de acordar en estos momentos, nunca dejó de hacerle una higa tanto a la escuela como al colegio de entrenadores. Y, sin embargo, dejó huella de enorme sapiencia en los banquillos. Por cierto: jamás me dio a mí por denunciar o impedir que alguien sin carné de entrenador ejerciera como adversario mío.

Resumiendo: lo dicho, por encima, acerca de un tema -que es la palabra que ahora está en boga- tan sometido siempre a discusión, tiene un fin: recordarles a quienes le echan en cara a Emilio Carreira, portavoz del Gobierno, y consejero de Hacienda, Economía y Recursos Humanos, su falta de titulación universitaria, aun estando en su derecho a hacerlo, que el señor Carreira cuenta con experiencia y es solvente en la gestión que desempeña. Otra cosa es que su forma de ser y sus maniobras políticas no sean del agrado de cuantos se afanan por sambenitarlo. Y quien escribe, que conste en acta, nunca se codeó con él.
 

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