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OPINIÓN - VIERNES, 18 DE ABRIL DE 2014

 

OPINIÓN / EL OASIS

El documento de Gordillo
 


Manolo De la Torre
manolodelatorre@elpueblodeceuta.com
 

La última vez que me tropecé por la calle con Pedro Gordillo, días antes de que se celebrara el juicio en la Sala Sexta de la Audiencia Provincial de Cádiz en Ceuta, por haber sido acusado de los delitos de abuso y acoso sexual, en su momento, por Sineb Ahmed, estuvimos charlando unos minutos. Los justos para que PG me pusiera al tanto de que había visitado a Juan Vivas en su despacho, no sin antes retorcerle el cuello a su orgullo, con el fin de pedirle un favor que consideraba vital para uno de los suyos.

Tras unos segundos silenciosos, impuestos por mi interlocutor y que yo respeté, debido a que conozco sobradamente su emocionalismo, éste no dudó en decirme que había sido humillado por el alcalde. Algo que él, conociéndolo tan bien, se esperaba. Pero que a veces las circunstancias obligan a tomar decisiones aun a sabiendas de que se puede salir mortificado del trance.

Entonces, dado que faltaba nada y menos para que se celebrara la vista oral del ‘caso Sineb’, no quise escribir acerca de lo que me había contado Gordillo. Y de no haber dicho él nada del asunto, días atrás, a mí no se me habría ocurrido escribir de ello. Aunque puedo asegurar que me reservo lo más importante de cuanto Gordillo me explicó sobre la conversación mantenida con nuestro alcalde.

Eso sí, lo que hice fue airear que no consideraba yo a PG capaz de sacar a relucir los trapos sucios del Gobierno presidido por Vivas y que él, como vicepresidente que fue de ese gobierno, amén de presidente del partido, se los debe saber de memoria. Y hasta creo que aduje algo parecido a lo de su condición de ex sacerdote como freno para no largar en la medida que otra persona en su lugar no hubiese dudado hacerlo.

Por todo lo dicho, debo confesar que me sorprendió muchísimo oírle relatar a Gordillo en una radio que estaba arrepentido de no haberse llevado de su despacho un documento comprometedor para alguien… Achacándoselo a que fueron tan malos los momentos que le tocó vivir cuando se vio sometido al acoso de Vivas y, por supuesto, de Francisco Márquez, en el despacho del primero, que no se le ocurrió otra cosa que salir corriendo del lugar para reunirse con su mujer.

Gordillo, a quien ya se le notaba en su hablar por la radio el estado de sosiego que le había proporcionado la sentencia absolutoria de la causa abierta contra él para darle matarile político, también dejó caer, como quien no quiere la cosa, que no sabe dónde podrá estar el documento comprometedor de marras, para ese alguien, cuyo nombre se abstiene de citar, pero que todos tenemos en la punta de la lengua. Tan en la punta de la lengua que a mí me hace salivar como si tuviera ambrosía delante de mí.

Pero no caerá esa breva… Vamos, que tengo para mí que PG no dirá ni mu en relación con ese documento que bien podría acabar con la trayectoria política de ese señor X a quien apunta como causante de todas las desdichas que principiaron a sucederle y que terminaron por sumirlo en la ruina. De la que Gordillo va saliendo despaciosamente y con enormes dificultades. Pero jamás podrá olvidar que, durante el quebranto que ha padecido y que está padeciendo, su mujer se quedó en el camino.

Por consiguiente, bien harían en no dormirse en los laureles quienes participaron en la tropelía cometida contra Pedro Gordillo. Pues tampoco sería descartable que éste se levantara un día con el pie cambiado… Y se armara la marimorena.
 

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