La Real y Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del
Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Nuestra Señora del
Mayor Dolor regresaba el Viernes Santo a la Semana Santa
después de tres años sin procesionar por diversos motivos.
Lo hacía con un aspecto renovado y mucho más serio al que ha
venido mostrando desde sus orígenes. Las puertas de la
Parroquia de Nuestra Señora de Los Remedios se abrían ante
los cientos de ceutíes que se arremolinaban en sus
alrededores para romper esa larga espera y volver a
disfrutar de esta cofradía y de sus Amantísimos Titulares
por las calles.
Las primeras de las novedades, muy criticadas por los
presentes, fueron las túnicas que portaban los nazarenos que
compusieron el pasado viernes el cortejo procesional de esta
hermandad. Estas túnicas, confeccionadas en Ruan negro con
esparto no tuvieron buena acogida por el público ceutí
aunque dieron un aspecto más sobrio a la cofradía.
Poco antes de las 18.45 horas, el paso del Santísimo Cristo
de la Buena Muerte aparecía por la puerta del templo bajo el
sonoro aplauso de los presentes. La imagen tallada por
Castillo Lastrucci se reencontraba con los ceutíes después
de tres largos años. Nada más abandonar la Parroquia de los
Remedios, un gran número de promesas se situaron en la
trasera del paso para acompañar a la imagen durante su
procesionar por las calles de la ciudad, cuya cruz se alzaba
sobre un monte confeccionado con espinos, cardos, lirios
morados y alcatraz blancos.
Tras la imagen del Cristo de la Buena Muerte aparecía
Nuestra Señora del Mayor Dolor, con un palio provisional de
color morado y todo su exorno floral de rosas de color lila
pálido. La Banda de Música de Churriana de la Vega de
Granada fue la encargada de acompañar musicalmente a la
Virgen durante su recorrido.
La Hermandad fue abriéndose paso y tras recorrer la calle
Real, Agustina de Aragón, Isabel Cabral, General Aranda,
Sargento Mena, Solís, Antioco y Méndez Núñez, continuaba su
procesionar tras la hermandad del Valle que poco minutos
antes ya había recorrido el Paseo del Revellín, la Plaza de
la Constitución, Víctori Goñalons y Jáudenes para realizar
su Estación de Penitencia. La Hermandad conocida como la de
Los Remedios accedía al interior de la Seo Septense a las
21.00 horas para llevar a cabo su Estación de Penitencia. Un
gran número de ceutíes se agolpaban en la plaza de San
Daniel para ver entrar a la Cofradía a la Catedral antes de
su paso por carrera oficial, el cual lo efectuó a las 21.25
horas, justo detrás de la Hermandad de la Expiración.
Desde la Plaza la Constitución, y una vez concluído su paso
por la carrera oficial, la hermandad de la Buena Muerte
inició el regreso a su sede, produciéndose la recogida
alrededor de la medianoche.
Pese al feliz reencuentro de esta hermandad con los ceutíes,
muchos de los fieles devotos que ayer siguieron a la
cofradía durante su procesionar comentaban con tristeza la
forma de andar de ambos pasos, notándose cierta falta de
ensayos y por consiguiente conjunción de las cuadrillas que
luego se pudo observar en la calle, ya que el recorrido lo
realizaron con ciertas dificultades.
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